viernes, marzo 26, 2010

Entre el señorito Iván y el Marqués de Sotoancho


Le tocó en el reparto de cargos uno de los sotos más floridos de una gran empresa de telecomunicaciones. En lugar de sacar rendimiento a todo lo que allí florecía y producía frutos comenzó por talar indiscriminadamente los árboles más añejos, continuó con una parcelación de la finca para venderla a los mejores postores y va camino de dejarla del tamaño de un huerto de tomates de un jubilado.

Se le puede catalogar entre el Señorito Iván de la novela de los Santos Inocentes y el Marques de Sotoancho. Del Señorito Iván tiene la insensibilidad y crueldad de las oligarquías rurales, que no son conscientes de que la esclavitud hace siglos que fue derogada, y del Marques de Sotoancho lo ridículo de su porte, amanerado, trasnochado y fuera de lugar.

Cada mañana su chofer le llevaba a su Soto tecnológico en un Audi 8 y se producía la escena de "El descendimiento del coche" ante la mirada atónita de los fumadores que satisfacían sus dependencias en la puerta principal del edificio. Su chofer se bajaba del coche, abría el maletero, tomaba el maletín de cuero negro, abría la puerta de atrás, le entregaba el maletín y en ese momento "descendía" del coche y hacía la entrada triunfal al edificio sin que se le escapara un "buenos días".

Para su desgracia no tenía ascensor privado y tenía que compartirlo con los siervos de la gleba a los que dedicaba la más displicente de sus miradas. Solía comentar en petit comité (très, très petit) lo mal vestida e incluso sucia que iba la gente.

La salida también tenía su protocolo que llamaremos "El descendimiento de la oficina". Consistía en que el chofer a partir de cierta hora hacía guardia en la entrada principal del edificio a la espera de que la secretaria del señorito le llamara por teléfono para decirle las palabras mágicas "ya va". En ese momento le esperaba en posición de firme hasta que aparecía en el vestíbulo, abría la puerta de la calle, abría la puerta del coche, tomaba el maletín negro, lo depositaba en el maletero y le llevaba a su casa.

Recientemente, una campaña de reducción de gastos le ha privado del privilegio de tener chofer. Su demostración de poder ante los fumadores se ha esfumado como el humo. En estos tiempos en que muchas familias no llegan a fin de mes o han perdido su empleo es lamentable que para algunos suponga una humillación tremenda tener que conducir un A8 con sus propias manos y abrir por si mismo la puerta del coche.

Viendo estas cosas pienso que las maneras de la oligarquía de España rural han emigrado a otros sectores productivos y que los señoritos ejercen su nauseabundo poder sin que nadie ponga remedio. Al igual que en la película de los Santos Inocentes la gente aplaudía cuando Azarías ponía fin a la tiranía del Señorito Iván, muchos aplaudiremos cuando alguien ponga fin a su vida laboral y le veamos que además de su chofer ha pedido su empleo. Pagaría por ver su "descendimiento a la cola del paro".

¡¡Ni me menees!!

sábado, marzo 20, 2010

Los lunes, reunión


El lunes es ese odiado día en el que se desvanece el oasis semanal llamado weekend y marca el amanecer de la semana laboral que dista cuatro lunas del esperado viernes, en el que al fin, se puede exclamar: TGIF! (Thanks God/Goodness It's Friday). Por eso, no hay crueldad mayor que empezar los lunes con una macroreunión de proyecto cuyas secuelas se extenderán como una marea negra a lo largo de la semana propiciando el entorno de chapapote laboral.

Seguro que fue idea del gestor tenebroso convocar la reunión los lunes por la mañana en su ánimo de incomodar al prójimo, aunque sospecho que pudo ser inducido por el gestor entusiasta, que al contrario que el resto de los mortales recibía el primer día de la semana con energías renovadas. Fuese quien fuese el causante de la fatídica fecha, allí se reunían un ramillete de ingenieros que trabajaban de sol a sol sin orden ni concierto.

Como toda reunión tenía su puesta en escena:

ACTO PRIMERO

Los ingenieros ocupan sus sitios y cuando ya están todos sentados aparece la santísima trinidad gestora: el gestor entusiasta, el gestor tenebroso y el gestor tranquilo, tres gestores distintos y un solo presupuesto verdadero.

El gestor entusiasta despliega su oratoria animando a las tropas ingenieriles a redoblar esfuerzos para conseguir los objetivos del proyecto. El discurso discurre desde la motivación emocional hasta derivar en los aspectos más sórdidos del vil metal. Tal que así:

"Sois los elegidos, los destinados a las más grandes proezas tecnológicas, los que abriréis nuevos caminos en las telecomunicaciones, porque, no obstante, sois los que más habéis promocionado el último año, los que habéis cobrado más incentivos y los que podréis llegar más lejos. ¡Lo conseguiremos!"

El gestor entusiasta le da la palabra al gestor tenebroso y hace mutis por el foro. Se va para no tener que ver la cruda realidad.

ACTO SEGUNDO

El gestor tenebroso con gesto adusto empieza a enumerar las entregas inminentes del proyecto interrogando con mirada de rayos-X a los distintos responsables. En este punto la reunión se convierte en una partida de póker llena de faroles. Todo el mundo sabe que lleva retraso pero nadie está dispuesto a confesar. Las tretas para ocultar la verdad desafían las leyes de la lógica y dan lugar a excusas y acusaciones mutuas. El grupo x dice que su servicio está listo y que se lo ha pasado al grupo y para que lo pruebe. Los del grupo y contestan que no han podido probar el servicio de baja porque el grupo x aún no ha desarrollado el servicio de alta. Sin despeinarse el grupo x defiende sin reparos que su servicio de baja funciona perfectamente y que van en fechas.

El gestor tenebroso empieza impacientarse y deja muy claro que además de las entregas se ha comprometido personalmente con el cliente en realizar unas funcionalidades adicionales y que si hay que salir a las 12 de la noche, se sale y que si se ha venir el fin de semana, se viene. Después de decir: "Quién no está conmigo está contra mi" le pasa el testigo al gestor tranquilo y abandona el escenario, digo la reunión.

ACTO TRERCERO

En este punto se ha caldeado el ambiente y la basca ingenieril ha empezado a elevar el tono y el grosor de las palabras. El gestor tranquilo deja que el caos reine por la reunión pero a los quince minutos pide silencio con esas palabras: "Ya es suficiente, ya os habéis desahogado, ahora vamos a trabajar". Vuelve a la carga con la lista de las entregas y pacientemente y con buenas maneras va enmarronando a cada uno de los responsables.

Después de cuatro horas, parece que a los ingenieros les han hecho una lobotomía y salen en fila india camino de la máquina del café. Se reúnen en pequeños grupos y critican el caos del proyecto. Una vez con la cafeína de máquina en vena se irán su mesa de trabajo a currar a destajo y posiblemente cenen una pizza en la oficina.

FIN

Imagen tomada del blog de Julen

¡¡Ni me menees!!

viernes, marzo 12, 2010

El gestor tranquilo



El staff del gestor entusiasta, como buen sistema sostenible, mantenía un equilibrio de las cualidades de sus componentes. La dureza del gestor tenebroso se contrarrestaba con las cualidades del Gestor tranquilo que aportaba pragmatismo y serenidad a la dirección del proyecto.

De la misma manera que sus colegas del staff, inició su carrera por la vía técnica en el mismo proyecto estrella que se estrelló. Su carácter tranquilo y pragmático le salvó de la desilusión de ver como tiraban por la borda su trabajo de muchos años. Ni se fue de año sabático ni se consumió entre rencores ni envidias, siguió trabajando en los flecos que quedaron de lo que fue un gran proyecto, esperando mejores tiempos. Supo siempre separar las emociones de la vida laboral y eso le ahorró muchos disgustos y le permitió ver las situaciones fríamente.

Cuando retornó el gestor entusiasta con sus nuevas ideas sobre innovación, rápidamente percibió como había cambiado el mundo de la tecnología y siguió la nueva onda. Él y un pequeño grupo de 4-5 personas desarrollaron un servicio que marcó un punto de inflexión en el acceso a Internet. La idea era muy simple pero eficaz y rápidamente hubo que evolucionarla para ofrecer el servicio a un número mayor de usuarios, por lo que necesitaba ampliar rápidamente el número de personas del equipo.

En este punto empezó a funcionar el tándem de gestión tenebroso-tranquilo. El gestor tenebroso reclutaba talento de una forma eficaz sin ningún tipo de escrúpulos y el gestor tranquilo los trataba amablemente. Nunca perdía la paciencia, nunca levantaba la voz, siempre sabía justificar las actitudes de otros y ver el lado positivo de las cosas. Pero esta amabilidad no quitaba que se trabajase en el proyecto hasta las tantas todos los días y que cuando había una entrega inminente apareciese el gestor tenebroso aplicando sus métodos.

El gestor tranquilo estaba a los mandos de un proyecto sobre el que se ejercía una tremenda presión pero él tenía la habilidad de ser un superconductor del stress que pasaba por su cuerpo sin hacer mella. No ocurrió lo mismo con sus colaboradores y algunos sufrieron los efectos de la tensión permanente. Esta experiencia le hizo sentirse preparado para cualquier aventura tecnológica y siguió al gestor entusiasta en su empresa de la Internet móvil. Cuando explotó esta burbuja, lo afrontó con serenidad y encontró acomodo en un departamento de la empresa madre.

En este nuevo destino no supieron aprovechar su talento y a pesar de tener una buena capacidad de trabajo se encontró fuera de la primera línea de fuego. En esta época inicio su aprendizaje en el golf, descubriendo lo importante que eran sus cualidades para este juego. Su manera de ser de corcho le proporcionaba la ventaja de que las emociones no afectaran a su juego, su carácter pragmático le llevaba a estrategias orientadas al resultado y su naturaleza positiva le permitía sacar siempre ventaja en los obstáculos.

Cuando en una restructuración se desvinculó de la empresa lo afrontó como una buena oportunidad y así fue. Se llevó una jugosa indemnización y al día siguiente ya estaba trabajando en su ciudad natal. Ahora vive en una ciudad del sur con un clima envidiable y donde ha conseguido bajar su Handicap de golf escandalosamente.

¡¡Ni me menees!!

domingo, marzo 07, 2010

El gestor tenebroso


Continuando el culebrón del Management a petición de Noemí. Una historia aliñada con ambición, suerte, dinero, envidia, odio y traición.


El gestor entusiasta necesitaba en su camino para la gloria dotarse de un ejército de tecnólogos capaces de llevar a cabo sus grandes hazañas. Pronto vio que su discurso se debía reforzar con acciones más contundentes impropias de su carácter y creo un staff acorde a sus necesidades. Dentro de este staff, el gestor tenebroso tuvo un papel primordial y se convirtió en el brazo derecho de su jefe.


Al igual que el gestor entusiasta estaba dotado de inteligencia y de ambición pero suplía el liderazgo y el entusiasmo por fundamentalismo y dureza, complementando así las cualidades de su jefe. La vida le dio oportunidades de poder aplicar sus habilidades a todo el que se cruzó por su camino y las siguientes coplillas de Erwin Foskyto dedicadas a él dan fe de ello:


Yo a los despachos subí
Yo a las maquetas bajé
Y en todas partes dejé
Amarga huella de mí.


También inició su carrera por la vía técnica en el mismo proyecto que el gestor entusiasta. Allí alimentó su soberbia con el sentimiento de orgullo de pertenecer a un proyecto estrella. Cuando su proyecto pasó de estrella a estrellado, no volvió a ser el mismo. Mientras que su jefe salía de la noche oscura mediante un año sabático en San Francisco, el se quedó en la empresa rumiando su desgracia, esperando su revancha, alimentando su rencor a los que habían cerrado el proyecto y su envidia a los que continuaban trabajando en su proyecto sin ser en absoluto estrella.


Cuando retornó el gestor entusiasta con sus nuevas ideas de abandono del I+D a favor de innovar integrando equipos existentes en el mercado, inmediatamente las hizo suyas. Lanzaron un nuevo servicio que tuvo tanta demanda que rápidamente se quedó pequeño. De repente estaba en la cresta de la ola y como un Conde de Montecristo liberado del ostracismo, la venganza se le puso a tiro.


Empezó a reclutar al talento existente en otros proyectos con métodos cercanos al lado oscuro de la fuerza. Llevaba a sus víctimas a su despacho sin que sus jefes lo supieran, les hacía ver que su proyecto no tenía futuro mientras que el suyo iba a crecer muchísimo. Les ofrecía la oportunidad de trabajar para él con la condición de que eligieran la gente de más valía de su proyecto, abandonando al resto a su suerte. Sobra decir la calaña de los reclutados por este método.


Su proyecto creció como la espuma y el éxito continuó aumentando su soberbia. Crecido como estaba, con la fiebre de las start-up siguió a su jefe en su aventura de la Internet móvil que terminó como el rosario de la aurora. Fue uno de los pocos supervivientes del naufragio y encontró refugio en el lado más oscuro de la tecnología: el Departamento de Sistemas de su empresa madre. Desde allí siguió haciendo la vida difícil a los que tenían que sufrir los Sistemas de Información. Reinó durante unos años hasta que una reorganización lo devolvió al mercado laboral con el riñón bien forrado por una indemnización.


Ahora es consultor independiente, no sé muy bien de qué especialidad.

¡¡Ni me menees!!