Tres amigas
Nos hicimos amigas hace más dos décadas cuando coincidimos en el mismo proyecto tirando líneas de código. Estábamos muy a gusto con nuestro trabajo pero las circunstancias de la vida separaron nuestras trayectorias profesionales y al cabo de unos años se produjo nuestra diáspora laboral.
Mantuvimos siempre la buena costumbre de comer juntas de vez en cuando para contarnos nuestras cosas al margen de que las circunstancias fueran propicias o no a colaborar desde nuestras distintas empresas. Estos encuentros nos mantuvieron siempre en contacto y nos permitió ver la vida desde tres ángulos.
La última comida que hemos tenido ha marcado una tendencia divergente en nuestras actividades que es difícil que tenga marcha atrás. Ahora cada una vive en un entorno distinto y eso da a nuestras conversaciones mucho colorido. Una de nosotras es profesora en una cárcel de la Comunidad de Madrid, otra es accionista y gestora de una empresa de alta tecnología y la que suscribe vive una segunda juventud en la Universidad.
La cárcel, la Ciencia y la Universidad dentro de una coctelera explosiva de palabras. En nuestra conversación se fueron mezclando sucesos de amor y cárcel con historias de científicos-empresarios que odian la burocracia con luchas de departamentos en las Universidades
Aún suena en mis oídos la desesperación de los científicos con la gestión del día a día. La capacidad de exportar tecnología en un país de servicios. La satisfacción de ver el conocimiento con aplicación práctica. El uso de la bata blanca como signo de distinción. El agradecimiento de los reclusos a los profesores plasmado en obsequios confeccionados con horas y horas de dedicación. La angustia de no disponer de un bolígrafo para preparar un examen en la UNED desde la cárcel. Las desventuras de un narcotraficante al que su mujer le deja sin blanca y sin hijos cuando se entera que ha tenido un bis-a-bis con una reclusa. Los Departamentos de la Universidad endógenos sin remedio. Las tribulaciones de una tesista que aterriza en la Universidad desde el mundo exterior.
Vidas distintas vistas por tres pares de ojos que antaño miraban las mismas cosas.