sábado, diciembre 27, 2008

Adiós a Saturno S.A.


Goya supo plasmar como nadie el lado negro del poder con la alegoría de Saturno devorando a un hijo. Esta obra me ha originado siempre sensaciones contradictorias. Por un lado me produce un deseo de apartar mis ojos de esta imagen tan explícita y cruel y por otro un irresistible deseo de contemplarla.

Los acontecimientos de este año en la empresa para la que he trabajado durante tropecientos años me han hecho asociarla a la imagen de Saturno. Los estrategas de la que se podría llamar Saturno S.A. decidieron que para perpetuarse en el Mercado era preciso la ingestión de sus propios empleados y trazaron un plan en diez pasos para tan terrorífico buffet.

El paso 1 consistía en preparar la situación para que en el paso 2 se realizara el advenimiento del paraca que iba a ejecutar el plan. En el paso 3 se produjo la llegada de los galácticos, bárbaros extranjeros dispuestos a arrasar con la cultura vigente. Uno de ellos me correspondió en suerte. Resultó ser un jefe de valor detraído, un auténtico mago en convertir el trabajo de sus colaboradores en un inmenso chapapote laboral. Ante el desolado panorama generado por la gestión de la rubia, intenté analizar las distintas estrategias para sobrevivir a este jefe tonto y malo. La solución era HUIR, pero ¿a dónde?.

A mitad de año anunciaron un ERE, habíamos llegado al paso 8 del plan. Lo vendieron como una oportunidad para los afectados, aunque en realidad era una estrategia para desprenderse de las personas que fueron el germen de la empresa. La dirección llevaba tiempo removiendo la jaula de los pájaros para que estos desearan salir volando.

Rellené con mis datos una hoja de cálculo que había confeccionado Brain para calcular el futuro económico de los Ereados. Puse a un lado de la balanza la renta que me correspondía por el ERE y al otro la renta del trabajo obtenida en un entorno patético. El fiel de la balanza se inclinó hacia el ERE y vi la luz al final del túnel en el que me encontraba: ¡Podría HUIR!

He pasado, sin resistencia, a ser una vianda para Saturno S.A. No me da miedo ver sus fauces, es mejor ser tragada siendo un alimento fresco que permanecer en lenta maceración hasta amojamarme.

Por Navidad, Saturno S.A, se comerá a un elenco de buenos profesionales y algunos hombres sin piedad cobrarán su incentivo por preparar el banquete.

¡¡Ni me menees!!

miércoles, diciembre 24, 2008

Navidad 2008


La enigmática sonrisa de la La Gioconda me recuerda el espíritu del blog de la Sección Femenina.

Desde la Sección Femenina os deseamos unas Felices Fiestas

¡¡Ni me menees!!

sábado, diciembre 20, 2008

Viridiana


Es mi restaurante favorito desde hace tropecientos años. El destino me lo puso a tiro de piedra cuando vivía en la calle Peyre. En aquel entonces Viridiana se encontraba en la calle Fundadores, a escasos metros de mi calle. Todas las tardes pasaba por la puerta del restaurante cuando llevaba de paseo a mis hijos al Parque de la Fuente del Berro. Siempre me paraba a leer la carta en la que Abraham García desgranaba con letra picuda delicias profusamente descritas. Totalmente subyugada por esa mezcla de sabores que casi sentía paladear, despertaba de mi ensueño para comprender que esos placeres no estaban a la altura de mi bolsillo. Dos sueldos mínimos, dos niños muy pequeños y un piso en alquiler dejaban poco margen para comidas exquisitas.

Pero tanto fui al Parque de la Fuente del Berro, que como el cántaro, caí, y se rompió la prudencia de no incurrir en gastos que no me podía permitir. Me ayudó mi marido a dar este paso después de que le contase mi parada diaria en el restaurante.

El restaurante era pequeño y se llenaba hasta la última mesa. El primer día que fuimos nos sentaron en una mesa justo al lado de la puerta, sin duda la peor mesa. Para entretener la espera de la comida obsequiaban con un aperitivo que adornaban con una hoja de hiedra. En la hoja solían poner una inscripción en mantequilla con alguna frase personalizada(1). Ese día escribió Abraham "Sa puerta". Recuerdo que mi primer día comí crema de alcachofas con pistachos, crêpes de morcilla y pudding de menta con chocolate amargo. A mí me fascinó, a mi marido le dejó frío, pero siempre le agradeceré que me llevara a Viridiana a comer porque sabía la ilusión que me hacía.

Cuando mejoraron mis condiciones económicas empecé a llevar allí a mis amigos. También les tengo que agradecer que se rascaran el bolsillo ya que alguno de ellos comía para vivir en vez de vivir para comer. Una vez estuvimos allí todas las chicas de mi proyecto y cuando Abraham vio a tanta mujer junta (cosa nada habitual) nos puso en la hoja de hiedra "¿Qué hacéis después de cena?". Aquel día estaña allí Pedro J. y Ágata, asiduos del restaurante. Otra vez coincidí con Sabina, al que reconocí por su camisa con chorreras.

Cuando mi marido aprobó la oposición fuimos toda la familia a celebrarlo a Viridiana. Ya se había trasladado el restaurante a la calle Juan de Mena. Mis hijos, sangre de mi sangre, quedaron enganchados a la alquimia culinaria de Abraham. Se repetía la historia, su paladar era superior a su economía. Ese día Abraham se extrañó que comieran adolescentes en su restaurante y estuvo merodeando por la mesa. Al cabo de un rato vino y nos dijo: “¿de dónde son ustedes que no consigo identificar el acento? Después de aquella comida celebramos todos los eventos académicos (selectividad, carrera, Master..) en Viridiana. Cuando estaba por Madrid, S.M. estaba al tanto de las titulaciones y se apunta a la comida.

Lo que son las cosas, ese vínculo emocional a la cocina de Abraham ha dado lugar a otros vínculos. La última vez que fuimos a celebrar mi Master, uno de los camareros había sido compañero de mi hija benjamina cuando ella trabajaba en el Nodo.

Espero que mis hijos me den alguna alegría académica porque sino hasta que termine mi Tesis no voy a tener excusa de dejarme caer por allí. No tengo la suerte de mi hijo que en su cumpleaños le invitaron a cenar en Viridiana porque es amigo de uno de los cocineros del restaurante.

Lula

Más relatos de Lula, pulsar aquí
e-mail de contacto: seccionfemenina@gmail.com

(1) La costumbre del aperitivo se ha mantenido pero lamentablemente la hoja de hiedra ha desaparecido.

¡¡Ni me menees!!

martes, diciembre 16, 2008

El día de la Inmaculada


El día de la Inmaculada lo tengo marcado con una X. No sé qué fuerza misteriosa y recursiva me lleva a la lesión en esta gloriosa fiesta religiosa.

El año pasado, este mismo día en Almería, sufrí una caída con consecuencia de fractura de colles. Este año, en Badajoz, se volvió a repetir la escena, afortunadamente con menos lesiones. A Dios pongo por testigo de que de ahora en adelante no salgo de casa en esta fecha para preservar mi integridad física. Estos son los hechos acaecidos el 8-D de 2008:

Habíamos estado el puente de la constitución jugando al golf en el Guadiana club y el lunes, día de la Inmaculada, decidimos visitar Badajoz. Propuse a mi marido comer en el restaurante Aldebarán(1) para celebrar el primer aniversario de mi fractura de colles. El ingeniero, evaluando siempre riesgos, me dijo: No cantes victoria que aún no ha terminado el día.

Estuvimos paseando por el casco antiguo y recalamos en la Catedral a la hora de la misa mayor. Se celebraba una misa con muchísimo boato. La casulla de los co-celebrantes era azul claro, color exclusivo a esta festividad. La ceremonia, el olor a incienso y a flores y los cánticos religiosos nos invitaron a permanecer en el lugar. Al final de la misa el Arzobispo dio una bendición con indulgencia plenaria, sólo válida a los que hubieran comulgado.

Después de la misa subimos a lo alto de la ciudad y visitamos la plaza alta, preciosa y muy original. Nos dimos un paseo por los jardines de la Alcazaba. Antes de tomar el camino de bajada al centro, por la calle San Pedro de Alcántara, fotografié una cabina telefónica anclada en el tiempo para mi amigo muxfin. Cuando bajamos cruzamos la calle de Arias Montano (2), llegamos a la plaza de la Soledad, donde se encuentra la Giralda de Badajoz, pasamos la Avenida de Juan Carlos I y zas! en la calle de Menacho di un paso en falso en la acera y fui incapaz de guardar el equilibrio. Cuando mis pies dejaron de pisar el suelo presentí que había llegado mi hora. Lamenté no ser acreedora de la indulgencia plenaria por no haber comulgado.

Aterricé en plancha sobre mi lado derecho mientras que mi cabeza golpeaba contra un bordillo, rebotando. Ante tan espectacular caída se acercaron algunos transeúntes. Fui a incorporarme pero me dijeron que me quedara tumbada. De mi sien derecha brotaba sangre. Pensé que me había abierto la cabeza. La sangre provenía de una brecha encima de la ceja que me habían producido las gafas al clavarse en la caída. Me quitaron las gafas y me pusieron un pañuelo en la herida.

Empecé a sentir que no era muy grave porque no había perdido el conocimiento. Al poco rato la herida dejó de sangrar. Me incorpore un poco aturdida y dolorida. Eran las 14:15, la hora de comer. Tenía que tomar una decisión: ir al hospital o ir al restaurante. Ante la tesitura de pasar la hora de la comida en urgencias y terminar comiendo un bocata de bacon con queso me decanté rápido por el restaurante.

Fue una decisión acertada que evitó arruinarnos el día. En el restaurante Aldebarán pude celebrar el haber salido ilesa de semejante caída y disfrutar de la vida con uno de mis placeres favoritos: la comida. Nunca olvidaré el acogedor comedor, la amabilidad del chef, el vino de la tierra y ese arroz ibérico que resucita a los muertos. Después de tan exquisita comida, extasiada y anestesiada de mis dolores fuimos al hospital de la Virgen del Perpetuo Socorro donde me dieron un punto en la herida de la ceja.

En este estado quedaron mis gafas, que creo que me salvaron de un golpe peor







(1) El restaurante Aldebarán aparecía con dos soles en la guía REPSOL.
(2) Arias Montano, es un personaje que admiro y que me lo encuentro por donde voy. Hay una calle a su nombre al lado de mi casa de Madrid. Cerca de mi casa de Huelva, en Alajar, existe la peña de Arias Montano que es un lugar muy especial. En Badajoz, su tierra natal, es lógico que tenga su calle.

¡¡Ni me menees!!

viernes, diciembre 12, 2008

La madre adolescente


En varias ocasiones he intentado verter mis reflexiones sobre ese frágil personaje que es la madre adolescente.

El impacto emocional que supone para la adolescente -a veces, más bien, la niña-, y su familia, un embarazo no deseado, me impone tal respeto que repetidas veces he aparcado el tema en un rincón del ordenador.

Las repetidas noticias que diariamente nos ofrecen los medios de comunicación sobre el embarazo en niñas y adolescentes me decide a abordarlo. Más ¿cómo hacerlo?

Un modo sería aportando los incrementos de embarazos en niñas y adolescentes que arrojan cada año las frías pero veraces estadísticas o analizando las posibles causas sociales que los provocan o denunciando los errores y omisiones en la educación sexual a los que conduce el falso puritanismo de muchas instituciones y centros educativos.

Y tantas y tantas veces a la escasa comunicación entre padres e hijos por el temor de aquellos a sentarse a dialogar sobre estos temas y, a cambio, sufrir cada fin de semana la incertidumbre del regreso de sus hijas a las primeras luces del amanecer.

Hoy he encontrado la solución en los versos de alguien que conoce tan de cerca el tema: el Prof. Cruz Hermida.

He aquí algunos fragmentos:

Llegas asustada
El semblante serio

Piensas que en tu vientre

Se cierne el misterio...
y
no sabes nada.

En mi bata blanca acunas el miedo
Y algo se estremece por fuera..y por dentro.
Solo son catorce
Tus años de vida

Que arropan, temblando

Otra presentida.

Eres niña y madre

¡Ay madre! ¡Qué niña!

Maribel, la niña
Ya es una mujer

De ...catorce años.

Crecio... sin crecer.

En cada uno de los versos es fácil leer los conflictos psicológicos de conlleva una precoz maternidad. Un conflicto que marcará profundamente a esas frágiles adolescentes que “crecieron…sin crecer”

¡¡Ni me menees!!

sábado, diciembre 06, 2008

Tomates rojos secos en aceite

No conocía este manjar hasta que desde Roma mi prima Ali me trajo un bote de tomates secos en aceite. Después de que me enseñara a prepararlos me los he ido encontrado en muy buenos restaurantes de Madrid, en Copenhague, en Graná y seguramente me contaréis que se consumen en muchas partes más.

Esta es la receta en tres pasos para el que no tenéis el gusto de conocerlos.



Lo primero es hacerse con una buena cantidad de tomates secos. A mí me los traen de Roma pero Ali los ha visto en el mercado central de Málaga, también los venden en Granada y seguramente que en el mercado central de vuestras ciudades los encontraréis. Antes de prepararlos hay que proceder a limpiarlos sumergiéndolos en agua hirviendo a la que se habrá añadido un chorro de vinagre. Se mantendrán durante 5 minutos cociendo, se escurrirán y se pondrán a secar en un paño de cocina. El secado tiene que ser a temperatura ambiente y puede durar más de 24h.



Cuando los tomates estén de nuevo secos, nos haremos con un bote de cristal, un litro de aceite de oliva virgen, dos dientes de ajo y dos guindillas pequeñas. En un mortero se machacarán los ajos y las guindillas y se le añadirá aceite. Los tomates secos se irán bañando uno a uno en el contenido del mortero y se depositarán en el bote de cristal. Conforme se van añadiendo los tomates en el frasco se cubrirán con aceite y se presionarán con una cuchara de madera para que queden apelmazados y no tengan aire.



Una vez que estén todos los tomates en el bote, se cubre con aceite y se presiona con la cuchara de madera para extraer todo el aire. Se cierra el bote y se le da la vuelta para comprobar que no hay burbujas. Se deja reposar un día y ya se pueden ir comiendo con queso, con pan, en ensalada y acompañando un montón de platos tanto de carne como de pescado.


Buen provecho

¡¡Ni me menees!!

sábado, noviembre 29, 2008

Nostálgicos


Hace muchos años, cuando llevaba escasos días intentando conducir, o mejor dicho, dominar un pequeño "seiscientos", un buen amigo me ofreció este prudente consejo:

"Cuando conduzcas, mira, lógicamente hacia adelante, pero no te olvides de mirar de vez en cuando por el retrovisor".

En la vida como en la carretera, no está de más mirar también, de vez en cuando, por el retrovisor; recordar los momentos claves de nuestra particular biografía, de nuestro pasado personal, familiar y laboral, ya que ello puede constituir, sin duda alguna, un cometido grato e incluso pedagógico.

Pero muchos representantes de la fauna humana de nuestros días, insisten excesivamente en mirar hacia atrás, dedican excesivo tiempo a recordar ese pasado, se refugian obsesivamente en el ayer.

De alguna forma viven su pasado, acorde con los versos que Jorge Manrique dedicara a la muerte de su padre:

"Cómo a nuestro parecer / cualquier tiempo pasado / fue mejor"

Esta insistencia en "refugiarse" en el pasado la conocemos con el nombre de Nostalgia.

Un término que fue utilizada por primera vez el año 1668, por un suizo, estudiante de medicina, llamado Johannes Hofer. Una denominación con la que Hofer quería definir "el dolor que siente una persona enferma por no poder regresar a su tierra nativa, el miedo a no volver a verla nunca más ".

Los testimonios más antiguos de la nostalgia de la patria o del hogar son muy numerosos. Sirvan como ejemplo el que nos ofrecen personajes como Ulises o colectivos como el pueblo de Israel. El primero vagando incansable hacia su añorada Ítaca, el pueblo "elegido por Dios" buscando la "tierra prometida"

Pero también serán víctimas de la nostalgia los miles de personas exiliadas por motivos políticos o bélicos, o aquellos que han emigrado, en todas las épocas, buscando fortuna o huyendo del hambre.

Unos y otros sentirán siempre en sus corazones el sentimiento nostálgico de su origen, de su hogar, un sentimiento que algunos han definido como la "enfermedad del exilio".

Claro está que también hay grados menores de nostalgia, de añoranza del ayer más próximo. De entre ellos ninguno más intenso que el recuerdo idealizado de la niñez y la juventud y de todo lo que rodeaba aquellos dichosos e inolvidables años, en los que los sueños embellecían, como la nieve, la más áspera realidad.

¡¡Ni me menees!!

domingo, noviembre 23, 2008

Consejos para sobrellevar a los jefes

Actualizado el 29 de noviembre de 2008 con una contribución de Fernando (Hacerse el tonto).

En el post de Nostalgia me comentaba Noemí que urgía una guía de supervivencia para semejantes situaciones adversas y sin embargo empeorables. Me pongo manos a la obra para extraer de mi experiencia unos consejos destinados a todos los que ven teñirse de negro su entorno laboral.






Dentro de las posibles situaciones los factores de inteligencia y bondad de los jefes determinan el nivel de negritud de la situación. Esta clasificación tiene cierta similitud con el cuadro que se comentó en inteligencia por favor. En este caso la combinación de los cuatro posibles casos permite definir las siguientes estrategias de actuación.

Jefe bueno y listo

Es la situación ideal de la muerte pero desgraciadamente en clara extinción. Se recomienda dar gracias a Dios y disfrutar de esta jefatura mientras dure ya que suele ser efímera dado que es un perfil que no encaja bien en las estructuras.

Jefe bueno pero tonto

Aunque la falta de inteligencia no facilita la vida laboral si se compensa con la buena fe del jefe la situación no es tan negra. Siempre se le puede ayudar al jefe a hacer su trabajo sin el temor de una mala pasada.

Jefe Listo pero malo

Esta situación ya empieza a ser adversa. Se le recomienda huir si es posible hacia entornos de bondad. Como esto no siempre es posible se puede sobrellevar con prudencia y paciencia. Hay que ser más receptivo a las actividades que vienen de la parte inteligente que las que vienen por el lado perverso. Estos jefes tienden al esfuerzo mínimo y encargarán las maldades a los más predispuestos y el trabajo a los más pringados. Siempre cabe la opción de pasarse al lado oscuro y ser uno de los suyos, pero eso más que sobrevivir es ser vencido por el mal.

Jefe tonto pero malo

Este es el caso más adverso y el primer consejo es HUIR a cualquiera de los tres casos anteriores, que con gran diferencia son muchos mejores. Si no es posible encontrar una puerta de salida hay que pasar al plan B. Lo primero es trabajar la invisibilidad, es decir, mantener un perfil bajo de actividad y no dejarse ver. Si esto no es posible por el trabajo que se realiza entonces hay que entrar en una economía del esfuerzo y no discutir para no desgastarse (de donde no hay, no se saca). Se abandonará toda tentación de proactividad, pasando a una pasividad total. Está totalmente desaconsejado suministrarle ideas o darle consejos, ya que tendrán un efecto bumerán. Puede ayudar mucho el hacerse el tonto como bien dice Fernando: "La gente, y en especial los jefes, están siempre predispuestos a creer que el otro es tonto, así que no se necesita mucho esfuerzo. Ayuda mucho a la invisibilidad y a pasar por debajo del rádar". Se aconseja la alianza con los compañeros en la desgracia que ayudará al desahogo y la autodefensa. Se recomienda cierto marketing para crearle una marca personal de incompetencia a quien pudiera interesar.

Es conveniente dejar de lado la lealtad, la sinceridad, y cualquier sentimiento de piedad hacia su persona ya que el objetivo primordial, si no se puede huir de este jefe, debe ser su cese.

Espero que estos consejos sean de utilidad. En mi caso he sufrido durante más de un año un jefe tonto y malo con el que he conseguido una invisibilidad y pasividad increíble dada mi tendencia hacia la acción. Afortunadamente he encontrado una puerta para HUIR, pero eso, como decía Scheherazada, lo contaré otro día.

¡¡Ni me menees!!

jueves, noviembre 13, 2008

Nostalgia

Imagen tomada de Cerebro hueco

El tiempo pasa volando. Parece que fue ayer cuando empecé a trabajar con él, pero fue el siglo pasado. El hito que me ayuda a situar temporalmente aquella época son las reuniones del gabinete de crisis del efecto 2000 (Y2K) con decenas de sistemas totalmente descontrolados que no sabíamos por dónde iban a petar y que al final atravesaron el milenio sin ningún incidente. Una prueba de que Dios existe, no de nuestra profesionalidad.

El bienio 1999-2001 fue para mi una Odisea. La década anterior había trabajado en la gloria y había conocido la felicidad laboral, pero las cosas buenas no duran siempre. Los cambios de organización me llevaron de un ambiente racional en el que se trabajaba con extrema profesionalidad a una república bananera donde él era el tirano.

Era muy inteligente y tenía una enorme capacidad de trabajo. Dormía sólo cuatro horas y llegaba a trabajar antes de que saliera el sol. Le gustaba saborear el poder y disponer de vidas y de haciendas. Los criterios para favorecer o perjudicar a sus colaboradores eran siempre arbitrarios. El que gozaba de su favor tenía bula y el que se le atravesaba ya podía buscarse otro lugar. No obstante, valoraba la inteligencia, el trabajo y la lealtad aunque no era el criterio principal para repartir sus favores.

El día a día era insufrible porque sus modales y su lenguaje rozaban el maltrato. Era muy conservador y odiaba el riesgo. Le gustaba tener todo muy atado de una manera indirecta. Gastaba más energías en hacerse "amiguete" de los clientes(1) que en fomentar la calidad del trabajo. Nunca le vi hacer un plan ni escribir algo más largo que un correo de cuatro líneas. A pesar de esto, pretendía que las cosas se hicieran solas y nos llamaba inútiles al menor tropiezo.

La parte más oscura era la consecuencia de las comidas con los clientes “amiguetes” de las que volvía achispado y con una enorme predisposición a tomar decisiones en este estado. Aprendí a esquivarlo por las tardes. Una red de amigos me avisaba si lo veía andar vacilante por el pasillo y buscaba la escalera más próxima para refugiarme en un laboratorio amigo.

Nunca llegué a adaptarme a este régimen laboral. Atravesé varias etapas, desde la rebeldía al mutismo, sin llegar nunca a la sumisión. Comencé a morderme la lengua y me envenené. Cuando empecé a llorar por las esquinas supe que había que poner fin a la situación y dimití. Desde entonces sufro desarraigo laboral.

Con el tiempo he conocido jefes peores que me han hecho reflexionar sobre la relatividad de la vida y valorar las cosas buenas que entonces no supe apreciar en él.

Esta tarde se ha celebrado una misa por el tercer aniversario de su muerte. Allí estaban los que fueron la plana mayor de la república bananera. Casi ninguno trabaja en la empresa porque varias diásporas los repartieron por múltiples caminos. Viéndolos allí juntos he sentido nostalgia de aquellos tiempos.

¿Síndrome de Estocolmo? No, aquella república bananera era la pastoril Arcadia comparada con estos tiempos oscuros llenos de rubias, Forrest Gump, Petrimetres tecnológicos, ratas y otras variedades desagradables.


(1) Otra prueba de que existe Dios. Con esa forma de ser se me hacia imposible que alguien fuera amiguete suyo.

¡¡Ni me menees!!

viernes, octubre 31, 2008

Las empresas los prefieren "rubias"

No, no está mal escrito el título aunque no concuerde el pronombre con el adjetivo. El lector lo podrá comprobar a lo largo de este post. También quiero pedir disculpas si la metáfora usada hiere alguna sensibilidad feminista pero en mi faceta de Lula evito la autocensura para que la capacidad de expresión esté siempre por encima del lenguaje políticamente correcto.


De todos es sabido que lo que mueve el mundo no es el dinero, el verdadero motor es el sexo. En el fondo de toda ambición para acaparar la riqueza y como consecuencia el poder (o viceversa) está ese anhelo por poseer un "objeto sexual" para la autoafirmación social. No solo hay que llegar a lo más alto, hay que hacer ostentación de ello. Qué mejor manera de hacerlo que llevar colgada del brazo a una espectacular rubia como Marilyn Monroe.

En la película "Los caballeros las prefieren rubias" se muestra en clave de comedia ese ancestral afán de los caballeros por poseer una rubia espectacular y cómo ese dorado objeto de deseo busca a un millonario que le proporcione todos los caprichos. En uno de los chispeantes diálogos de la película Marilyn le dice al acaudalado padre de su novio:

Si tuviera usted una hija ¿desearía que se casara con un hombre pobre? Al contrario, desearía para ella lo mejor del mundo y que fuera muy feliz ¿Qué hay de malo en que yo quiera también todo eso?

Las empresas emulan el comportamiento de los caballeros cuando su cuenta de resultados es boyante. También quieren tener unos directivos de los que hacer alarde y por eso también los prefieren "rubias". El Mercado, como siempre, cubre esta demanda y hay una pléyade de ejecutivos dispuestos a satisfacer esta necesidad.

El ejecutivo "rubia" no precisa ni de inteligencia ni de conocimientos. Su valor es más superficial, solo se espera de ellos que estén siempre radiantes y contentos. Su misión es deslumbrar. Cuidan en extremo su imagen y sus poses. En vez de barra de carmín llevan un pendrive lleno de coloridas presentaciones en powerpoint para lucir en las ocasiones.

Como contrapartida, estos "rubias" salen un poco caros. Les gusta el lujo tecnológico. Sus complementos son los más ostentosos y rabiosamente actuales: siempre tienen el último modelo de los Mac o de los iPhone. Suelen viajar por todo lo alto en la clase preferente y en hoteles de 5 estrellas y hasta los taxis deben ser de la marca Mercedes.

A los "rubias" se les consiente todo, no se les pide nunca responsabilidades. Son caprichosos y no entran en razón (carecen de ella). Si se les lleva la contraria se enrabietan y si algo va mal le echan la culpa a sus colaboradores. Solo admiten la adulación como trato.

El matrimonio laboral empresa-rubia no se caracteriza por su fidelidad y resulta bastante inestable. Siempre puede aparecer otro "rubia" más despampanante o una empresa con más posibles. En ambos casos el ejecutivo "rubia" no tendrá que renunciar a sus caprichos porque dinero no le va a faltar.

Mientras, las morenas laborales a trabajar como negras.




Escrito ente el Aeropuerto de Barajas y un vuelo a Bilbao.

¡¡Ni me menees!!

sábado, octubre 25, 2008

El meme de Juan Palomo

Me pasa Julen el emotivo meme de Juan Palomo del que tomo el testigo con cierto retraso por causas viajeras.


¿Qué es Juan Palomo? Pues es una propuesta de financiación de Nireladia, la plataforma para la creación de contenidos multilingües y gratuitos. Detrás de Nirelandia hay personas que dedican su tiempo y su talento a sostener esta plataforma pero en esta vida nada es gratis y el hosting tiene su precio. La propuesta va para adelante y como dice Loretahur, La economía del cariño no entiende de caídas en bolsa ni de tipos de interés.

El objetivo del meme que lanza Julen es dar a conocer esta iniciativa de Juan Palomo a la vez que buscar la siguiente reflexión ¿cuáles son tus cinco pertenencias sin valor que más valoras?

Estas son las cinco cosas sin aparente valor económico pero muy valiosas para mí en la economía del cariño.

  • Mis labores sobre batista de hilo que realicé a la tierna edad de 10 años. Primorosas y minuciosas costuras francesas, cadenetas, vainicas, festones, punto de cruz y bordados. Sor Visitación me inculcó el gusto por la costura, a prestar atención y a hacer las cosas bien. Domesticó un poco mi natural impaciencia.
  • Mi libro del Quijote, releído siempre con ojos nuevos.
  • Los dientes de leche de mis hijos que conseguí suplantando al ratoncito Pérez y que guardo casi en secreto.
  • Las tarjetas de felicitación por mi cumpleaños de los directores de la empresa en la que trabajo. Me recuerda que hubo un tiempo en que los empleados eran personas en vez de recursos humanos.
  • Una pistola-mechero regalo del amigo invisible del trabajo. Me evoca las fiestas que montábamos con cualquier motivo. Entonces éramos compañeros de trabajo y sin embargo amigos.

El meme se debe pasar a seis amigos (cinco tiene mala rima) y han resultado agraciados:

Kotinussa, Marbelli, Rosa Cobos

Muxfin, Telemaco, Alycie

(difusión paritaria :-) )

¡¡Ni me menees!!

martes, octubre 21, 2008

Vecinos



Vecinos de ayer

La especie de los vecinos es, sin duda alguna, la más abundante de nuestra fauna humana. Y lo es porque, al fin y al cabo -y como asegura esta perogrullada -"cada uno de nosotros somos vecinos de alguien y este alguien es vecino nuestro".

Hasta bien avanzado el pasado siglo la mayoría de las casas de nuestras ciudades eran de alquiler, contaban con portero -todavía no se decía esa cursilada de físico- y en la mayoría de los casos los edificios contaban con la existencia de tres escaleras: exterior, interior y en algunas, la de servicio.

Una distribución que tenía una clara lectura socioeconómica ya que dividía la casa en dos zonas: los pisos de la zona exterior, amplios y dotados de hermosos miradores, acogían a las familias pudientes, y por el contrario, las viviendas de la estrecha escalera interior, eran más pobres y reducidas, daban a un angosto y maloliente patio y eran ocupadas por personas con menos posibles.

Los inquilinos de la escalera exterior podían ganarse el cielo practicando la conocida caridad decimonónica con los habitantes de las buhardillas, casi siempre habitadas por un modesto jornalero que, como en los relatos de Dickens, tenía un exiguo salario, una mujer mártir y santa y unos hijos a cual más desnutrido.

Los vecinos de ayer, con independencia del tipo de escalera por el que transitaran, se saludaban cordialmente, mostraban un sincero interés por la salud de sus convecinos y participaban activamente en cualquier acontecimiento, feliz o desgraciado, que les afectase. Y eso era algo que repercutía muy positivamente en los niveles de salud mental de aquellos afortunados vecinos.

Vecinos de hoy

Todo parecido entre los vecinos de ayer y los de hoy, es pura y simple coincidencia. Ello en buena parte se debe a dos circunstancias. Por una parte el régimen de alquiler ha dado paso al acceso a la vivienda en propiedad y estas se han diversificado en tipos muy diferentes: apartamentos, pisos, duplex, adosados, pareados y unifamiliares.

Curiosamente cada uno de estos nuevos tipos de vivienda va a marcar una diferencia muy sustancial en el grado y tipo de las relaciones de vecindad.

En los grandes bloques de apartamentos y pisos, los escasos centímetros de grosor de los tabiques que separan las viviendas, permiten, con enorme facilidad, disfrutar de los gritos de los niños, las conversaciones de los mayores, los programas de televisión más horteras, los sonidos característicos de sus hábitos higiénicos, y la cantidad y calidad de sus efusiones íntimas.

Las relaciones sociales entre los vecinos, son, en la mayoría de los casos, inexistentes, comportándose como auténticos desconocidos y se limitan, en el mejor de los casos, a un monosilábico saludo, apenas musitado y que nace forzado por la corta distancia que impone la reducida caja del ascensor.

Cuando en casos muy excepcionales surge algún simulacro de buena relación vecinal, ésta se encontrará constantemente amenazada por el recelo que despierta el progreso del otro: la adquisición de un nuevo automóvil, la compra de un novedoso electrodoméstico, el lugar escogido para veranear, etc.,etc.

Los habitantes de adosados, pareados y unifamiliares aunque ponen medias distancias con sus vecinos, ello no les libra de innumerables peligros: el olor a barbacoa de los festivos, los constantes ladridos de los perros, los decibelios del equipo musical de su adolescente vecino, las ruidosas sesiones de piscina, el ruido de la máquina cortacéspedes, etc., etc.

Pero uno de los mayores peligros que acechan a unos y otros llega de las conflictivas reuniones de la Comunidad de Propietarios. Un peligro que alcanza su acmé cuando un pacífico vecino es propuesto para Presidente de la Comunidad.

Si esto sucede, mi experiencia me obliga a aconsejarte que rechaces con todas tus fuerzas, tal distinción, porque corres el peligro de ver afectada tu salud mental, perder el saludo de tus vecinos y, lo que es más grave, no tener a nadie a quien pedir unos dientes de ajo o un puñadito de sal.

¡¡Ni me menees!!

lunes, octubre 13, 2008

Jefes, jefes, jefes


Esta mañana me han llamado de Radio Esuskadi desde el programa "Mas que palabras" que conduce Javier Vizcaíno. Me han preguntando qué opino sobre los jefes. Creo que he estado muy pesimista, en la línea de lo que escribí en el post de Los julios y los jefes. El jefe de valor retraído es una tendencia en alza mientras que el buen jefe es algo casi testimonial. Es algo que está ocurriendo en mi entorno, muy competitivo y presto a incorporar las tendencias globales antes que nadie. Sirvan estas elegías como una llamada de atención a los entornos a los que aún no ha llegado el chapapote laboral.

Desde hace seis años voy escribiendo mis impresiones sobre lo que me rodea en mi vida profesional. Releyendo, solo encuentro sarcasmo en mis posts sobre los jefes. Haciendo un collage con los posts dedicados a la jefatura me salen los barros que han traído estos lodos:

La lucha y el reparto del poder descrita en Babuinos vs. ejecutivos con las leyes que rigen la jerarquía se mantiene aunque cambien los actores. El valor de la amistad en La organización friends es una realidad en un mundo sin control. La las escuelas de negocio, coloquialmente llamadas Masterbisnis, producen jefes a medio cocer y clónicos, al gusto del Imperio.

El liderazgo se ejerce como El flaustista de Hamelín que crea entusiasmo y lleva a los que le siguen a una catástrofe laboral segura o como Garrapata que se apalanca en su parcela de poder chupando la sangre a sus colaboradores.

El culto a la juventud ha dado lugar a El Niñatojefe en su distintas variedades como niñatomaster, niñatobabas, niñatoguay, ni ñatolabia, niñatolátigo y niñatopío.

Pero el jefe de valor detraído que escribía en broma hace un lustro en El síndrome de Forrest Gump y al que le auguraba un pronto final ha resultado ser un valor seguro de amplio crecimiento en el mercado laboral.

Puede que la crisis elimine al excedente de jefes pero soy escéptica en que mejore su calidad. ¡Salvemos a los jefes buenos antes de que se extingan!

¡¡Ni me menees!!

sábado, octubre 04, 2008

La garrapata


Escribí hace tiempo sobre la ladilla, parásito que se desarrolla en los entornos de poder con la intención de medrar. Como en esta vida nada es gratis, la ladilla para alcanzar sus ambiciones tiene que dejar por el camino la dignidad, los amigos, los afectos, su tiempo y sus escrúpulos. No todo el mundo está dispuesto a pagar tanto por conseguir tan poco y hay un déficit de ladillas en el mercado del poder.

Existe una necesidad en los entornos ejecutivos de disponer de su corte de agradaores y comemarrones, labor que desempeñan las ladillas con suma eficacia. Pero ante este déficit de ladillas los círculos de poder tienen que adaptarse al medio. Si la ladilla no viene a ellos, ellos irán a por la ladilla convirtiéndose en garrapatas.

La garrapata es un bicho de mayor tamaño y rango que la ladilla que elige a alguno de sus colaboradores para chuparle la sangre. La garrapata se adhiere a su víctima sin su consentimiento con la fuerza que proporciona el poder. La víctima se verá abocada a una vida tan escatológica como la de la ladilla pero sin ninguna compensación ni posibilidad de medrar.

La garrapata se caracteriza por:

  • La fijeza, una vez que se adhiere a una víctima no hay quien la despegue hasta que esté ahíta de sangre de su víctima.
  • El camuflaje, es difícil a los ojos de lo demás ver dónde están instaladas las garrapatas. Por este motivo se puede ser víctima de más de una garrapata.
  • El contagio es por contacto directo. Al contrario que la ladilla, no tiene la capacidad de salto.
  • La picadura provoca cansancio, irritabilidad y estrés. Una exposición prolongada puede producir perturbaciones en la salud más graves como trastornos del corazón o del sistema nervioso.

Se recomienda la siguiente profilaxis

  • Evitar zonas de riesgo en las que habitan las garrapatas, como son los despachos ejecutivos o las reuniones de alto nivel.
  • En caso de picadura dejar que chupe toda la sangre ya que intentar extraerla causará más daños en la víctima.

Al contrario que las ladillas no realizan una función social, por lo que podrían ser eliminadas del ecosistema laboral sin causar ningún daño.

¡¡Ni me menees!!

miércoles, octubre 01, 2008

[Meme] Lo más curioso...

Me pasa el meme Fernando desde el blog Territorio enemigo, que a su vez le ha llegado vía m@k, sobre los más curioso que he visto en Internet. Voy a seleccionar dos cosas extremas, una llena de ingenio y perfeccionismo y otra que pone en evidencia la incompetencia y el no estar a la altura.

La cara de la moneda es el vídeo de iJam, ejercicio de marketing viral cuidado hasta el más mínimo detalle que tuvo mucho de éxito en las navidades pasadas.

La cruz de la moneda la he encontrado hoy. Me he quedado con la boca abierta viendo un vídeo de la Ministra de Fomento Magdalena Álvarez poniendo de manifiesto sus incapacidades. Algo impensable de ver en la TV pero accesible desde YouTube. Se advierte que las escenas que van a ver pueden herir la sensibilidad de los ciudadadanos.

Le paso el meme a Muxfin, a Antonio y a El Intermediario, a ver que resulta.

Actualizado el 3-10-2008:

Me llega vía Luckyluke, este precioso vídeo sobre la belleza femenina. Asegura que no hay ninguna mujer que represente a la Virgen. ¿será cierto?

Sirvan estas imágenes para endulzar...



¡¡Ni me menees!!

domingo, septiembre 28, 2008

Paul Newman


La sección femenina está de luto. Todas las mujeres sentimos la perdida de un ideal de hombre, guapo hasta hacer daño a los ojos, con un magnetismo irresistible, con una manera de ir por la vida envidiable y con una forma de madurar exquisita. Ningún hombre osaría a compararse con él y ninguna generación de mujeres dejará de dar un suspiro al ver su imagen, siempre sonriente, iluminada por esos ojos azules.

No debe de haber en el mundo una mujer más envidiada que Joanne Woodward, que ha compartido más de 50 años de su vida con él, ni más triste por su ausencia. Me uno a su pena cantando la copla de Antonio Vargas Heredia : No lo hubo más guapo, más bueno y "honrao".

¡¡Ni me menees!!

miércoles, septiembre 24, 2008

Utopía veraniega


A lo largo de la geografía nacional, al igual, me imagino, que en los territorios bárbaros, ha proliferado durante todo el verano un curioso y pertinaz espécimen de la fauna humana.

Se trata de un ejemplar que a semejanza del oso polar suele "hibernar" o en todo caso mostrarse menos visible el resto del año, y que solamente surge masiva y "ostentóreamente" cuando se aproxima el verano.

Previo a realizar su puesta en escena -que elige en función de sus posibilidades esconómicas o el límite de su tarjeta de crédito- aunque sus preferencia son Benidorm y Marina d´Or -realiza una concienzuda puesta a punto.

Para ello aparte de tunnear su vehículo, llenarle de llamativas pegatinas y aumentar los decibelios del equipo musical, se inscribe en un gimnasio con el objeto de eliminar algún excesivo diámetro y tiñe su musculatura, con la ayuda de los rayos UVA, de un subido color marrón.

Revisa y actualiza la indumentaria del pasado verano y procede a actualizarla con prendas en las que dominan los colores más vivos y los distintivos de las marcas más en moda. Lo completa con unas originales gafas de sol, unos cuantos piercings, algún que otro tatuaje y un Rolex deportivo de imitación.

Ya sólo le queda ponerse en acción. Es fácil verle pasear por la orilla del mar o el borde de la piscina en una clara actitud de ridículo pavoneo.

En su escenificación busca acentuar su perímetro torácico a través de forzadas inspiraciones que logra sostener hasta límites insospechados. Solo cuando siente síntomas alarmantes de falta de oxígeno, se refugia en un lugar fuera de las miradas y allí respira durante unos segundos para volver de nuevo a "sacar pecho".

En un somero estudio psicológico este curioso personajes presenta una combinación aleatoria de alardes exhibicionistas, grandes dosis de narcisismo, unas pinceladas de paranoia y un cociente intelectual que roza lo borderline.

Pero como el que no se consuela es porque no quiere, estos personajillos tienen afortunadamente una vida tan corta como la de las mariposas y duran lo que le permite su período vacacional.

Pero también es obligado preguntarse ¿qué sería del verano sin estos curiosos personajes, el olor penetrante de aceites bronceadores, los molestos mosquitos, o las clásicas canciones del verano?

Pues algo tan irreal, queridos amigos y amigas, como una bella utopía.

¡¡Ni me menees!!

lunes, septiembre 15, 2008

Atrapada en el tiempo


Leí el post de S.M. sobre el libre albedrío justo cuando no había transcurrido un día desde que el Destino se había reído en mi cara una vez más. Como Telémaco, estoy atrapada en la maldición de la piedra de Sísifo, que me encadena a una vida tan recurrente como la del personaje Phil Connors en la película El día de la Marmota.

Me gusta ser dueña de mi vida, me irrita que otros decidan por mi. Mi condición de Capricornio, símbolo de tierra donde los haya, me hace tener los pies en el suelo y la cabeza pensando en mi plan estratégico vital. Mi carácter perseverante me ayuda a caminar por la senda trazada. Sin embargo, el resultado es volver al punto de partida aún caminando en línea recta.

Me cuesta creer que sea fruto de la casualidad que cualquier plan destinado a salir de mi entorno me lleve a permanecer en él, con los mismos personajes y en las mismas circunstancias que me han incitado a la huida.

He ido cambiando mi actitud en cada una de las iteraciones pasando de la rebeldía inicial a escuchar los consejos de mi amiga Pi que me sugería que lo aceptase para que finalmente se diluyese. Pero en la última iteración, cuando daba todo por concluido y había señales de una nueva vida, he vuelto a ver la sonrisa de profiden de mi Destino y he escuchado las carcajadas de mis amigos, que incrédulos, lloraban de la risa.

Me voy a hacer mirar esto del Karma y ya tengo cita con una especialista esotérica. Mientras, voy a precisar de esta medicina que circula por Internet para relajarme un poco.

¡¡Ni me menees!!

sábado, septiembre 13, 2008

Las Fiestas de Barajas

Ayer por la noche cumplí con mi cita fiel a las Fiestas de Nuestra Señora de la Soledad, patrona del distrito de Barajas. Mi vinculación a esta localidad viene de antiguo y por mi cónyuge que trabajó en su Junta de Distrito. Mi marido, aunque ahora está destinado a otro lugar, mantiene vivos los vínculos con los amigos dejó y que le añoran. Barajas es para él un lugar en el que una vez que llega, nunca sabe cuando sale. Yo lo suelo denominar cariñosamente “el agujero negro”.

Hay dos cosas que no me pueden faltar en las Fiestas de Barajas: el bocadillo de calamares y el mojito y ambas están en el mismo lugar: La caseta de Izquierda Unida. Esta caseta es la más concurrida de las Fiestas año tras año. El secreto de su éxito se debe al entusiasmo de sus militantes y a la receta secreta de su mojito. Ambas cosas han permanecido fieles en el tiempo.

A los de la caseta del PP les cuesta admitir que el modelo basado en recursos propios motivados funciona mejor que la subcontrata mercenaria y achacan el éxito de la caseta roja a los bajos precios. Les recriminan competencia desleal a los de IU en vez de analizar las causas de su éxito y aplicarlas a su caseta. Sería interesante ver a los militantes del PP detrás de la barra ejerciendo de mano de obra.

Otros años, cumplido el rito de los calamares y los mijitos, visitamos la caseta del PP para saludar a Tomás, Concejal del distrito y buen amigo de mi marido. Este año nos ahorramos la visita porque se acercó él a la caseta de IU cuando no nos habíamos terminado aún el mojito. Detrás de la barra, Antonio Aguilera, vocal vecino de IU, agasajó al Concejal y a su séquito con una ración de calamares y unas patatas bravas diciendo "que no se diga que los rojos somos tacaños ".

En esta entrañable caseta de IU comprábamos las entradas para la Fiesta del PC que tenía lugar unas semanas después de la Fiesta de Barajas. Este año no pudo ser, no se celebrará esta fiesta porque la entidad privada que gestiona los pabellones de la Casa de Campo les pide mucho dinero por el uso de los pabellones. Tristemente se rompe una tradición de 30 años.

fotos del interior de la caseta de IU


Zona de birras

Zona de mojitos

¡¡Ni me menees!!

martes, septiembre 09, 2008

Los ojos no tienen alcalde


Imagen tomada de wwwvireta.blogia.com

Una mujer de este pueblo del sur en el que habito me contó que su marido, como todos los hombres, miraba a las chicas guapas con las que se cruzaba. A ella, mujer decente donde las haya, le ocurría lo mismo con los maromazos de esta tierra de frontera. Los contemplaba y paladeaba con los ojos, sin que eso supusiera faltarle a nadie.

Niña, yo no he conocido más hombre que a mi marido. A los dieciséis años me lo eché de novio, y hasta hoy. No tengo queja. Pero claro, nosotros ya tenemos una edad y los cuerpos no son lo que eran. Por eso, cuando en las noches de verano nos vamos al paseo marítimo y vemos a la juventud, vestidos como pimpollos, enseñándose como pavos reales, lo que es a mí se me van los ojos. Como a él. Y es que, niña, los ojos no tienen alcalde. Otra cosa es que luego una con eso no haga nada. Porque yo puedo gobernar mis actos y mis palabras, pero lo que mi ojo ve, eso no hay quien lo controle, ni yo misma. Ahí no hay autoridad que valga.

Esta exposición de sabiduría popular me abrió una nueva perspectiva de análisis de los mecanismos de la socialización ("porque yo puedo gobernar mis actos y mis palabras") y el libre albedrío ("lo que mi ojo ve, eso no hay quien lo controle, ni yo misma").

Y me deja flotando una pregunta del millón como en la punta de la lengua, una especie de vacío frente a cómo interpretamos la realidad.

¡¡Ni me menees!!

viernes, agosto 22, 2008

Asociación de ideas

Esperando la llegada del autobús que iba a Ayamonte oímos recitar a un pescador jubilado estas coplillas que suenan un poco trogloditas(1).

María Manuela, ¿me escuchas?
Yo de vestíos no entiendo,
pero... ¿te gusta de veras
ese que te estás poniendo?
Tan fino, tan transparente,
tan escaso y tan ceñío,
que a lo mejor por la calle
te vas a morir de frío
. (verso completo aquí )

Mi prima Ali prestó atención a los últimos ripios y comentó que le sonaba lo del vestido ceñido y transparente. Le contesté que eran los famosos versos de María Manuela, ¿me escuchas? En ese momento metió baza en nuestra conversación el pescador y no la soltó hasta que llegamos a nuestro destino. Nos dijo el hombre que no deberían ir las mujeres como en la canción, transparentes y ajustadas, enseñándolo todo. Que cuando era un chiquillo las mujeres llevaban las faldas hasta los pies. Recordaba que con otros muchachos iba al lavadero a ver los tobillos de las mujeres. Alguna vez se llevaron un puntapié mientras miraban.

La conversación derivó inexplicablemente en unos segundos hacia la negritud. Nos contó el pescador que sirvió en la marina y que lo destinaron a Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo. Un día que estaba fregando la cubierta de madera subieron al barco un blanco y un negro. Le hizo una señal al negro diciéndole “apártate negro” y el blanco le sancionó con quince días de arrestó. No comprendía a qué se debía el castigo hasta que un compañero, paisano suyo, le dijo que a los negros se les llamaba morenos. El marinero nos dijo que hacía poco que se había cruzado en Ayamonte con una negra que, sin desmerecer a nadie, era guapísima y que además tenía un cuerpo muy bien formado. Cuando pasó por su lado no tuvo por menos que decirle "buenos días morena" y ella mirándole le respondió: "buenos días rubio ".

Una vez en el autobús, se sentó enfrente de nosotras diciendo que él solía sentarse mirando a proa pero que para seguir la conversación se iba a sentar mirando a popa. Retomamos el tema de su servicio militar. Nos contó que se ofreció voluntario para enrolarse en la marina(2). El 1 de febrero de 1947 a las once de la noche partió su barco de San Fernando y tardó dieciséis días en llegar a las colonias españolas. El blanco que le arrestó quince días por llamar al negro por el color de su piel resultó ser el capellán del barco. El pescador se siente en deuda con este cura que le enseñó todo lo que sabe, porque no había tenido oportunidad de aprender mucho desde que empezó a trabajar en la mar a los nueve años. Resumió su relato con esta frase redonda: "El que no tropieza no se cae".

Tras darle muchas vueltas no comprendí el porqué de esta conversación hasta que miré al suelo y vi que de mi minifalda blanca sobresalían unas piernas tan negras como las de moreno del barco de Santa Isabel.


(1) Le suelo llamar machismo-leninismo a estas demostraciones de talibanismo
(2) En la marina la mili duraba un año frente a los dos de los de infantería

¡¡Ni me menees!!

domingo, agosto 17, 2008

El polifacético

El polifacético tuvo la amabilidad de posar para mi cámara con su señora este verano. Rescato uno de los primeros relatos que escribí para la Sección femenina 1.0.



Lo conozco desde hace más de dos lustros y parece que el tiempo no pasa por él. Desde el primer momento me sorprendió tantísimo, que aún no se han atenuado los efectos. Es de mediana estatura, muy delgado, con el aire de los años 30 y me resulta muy difícil asignarle una edad aunque tiene dos hijos que rondarán los 40. Incluso con el ardiente viento de levante luce pantalones con la raya perfectamente planchada, camisas de manga larga que lleva remangadas en dos vueltas y como única concesión al calor unas sandalias de cuero natural. Es un hombre al que el sombrero además de su función le proporciona un aire de elegancia.

Mi primer contacto fue por mi vicio de fumar, del que afortunadamente me he liberado, ya que nuestro personaje es el estanquero del pueblo. Cuando uno regenta una expendeduría de tabaco lo normal es que se someta al horario comercial, pero nuestro hombre es polifacético y la venta de tabaco no es su única ocupación. El estanco está ubicado en un bar, pero no en un bar de turistas; en él solo se bebe y a lo sumo se charla, no tiene por tanto nada de comer, ni unas tristes peladillas. La parroquia que lo frecuenta -o como se diría de forma más marketiniana, el segmento de mercado al que va dirigido el negocio de expender tabaco y bebidas- está formada por pescadores. El pescador de bajura, que tiende con nocturnidad y alevosía los trasmallos para capturar lenguados y langostinos, por la mañana muy temprano recoge las redes para recolectar sus capturas. Los pescadores de altura se levantan antes de amanecer y regresan cuando el sol va cuesta abajo. Para ambos colectivos está el bar-estanco abierto, temprano hasta que el sol empieza a picar y al atardecer hasta que se pone el sol, y de hecho se podría decir que está cerrado cuando el sol calienta más. Por este motivo, tuve que darme unos cuantos paseos hasta que logré coincidir con el horario pesquero-solar y por fin pude adquirir el anhelado paquete de tabaco.

Pero el bar-estanco tiene otras facetas como son la estación de radio-aficionado, la mesa de relojero y el taller trastero de reparación de radios y televisiones. A nuestro hombre le gustan las maquinarias de todo tipo, se ocupa de arreglar los relojes y los vetustos aparatos de radio de cuando la guerra y aquellos televisores de cuando salía Amestoy. Últimamente, descubrí al local una faceta más como galería de arte, ya que tenía unos cuadros de barcos pesqueros con una luz de atardecer divina. Le pregunté si se vendían y me dijo que sí, que el pintor era su hijo. El artista, que tiene la casa más bonita del pueblo, pinta unas acuarelas de una pincelada finísima, que parece casi óleo. Una de ellas está en mi casa de Madrid y me permite asomarme al atardecer marinero cada vez que tengo nostalgia del mar.

Pero nuestro hombre aun tiene otra actividad: es el responsable de la estación meteorológica de la zona y todos los días toma nota de los parámetros. Por este motivo, junto al tabaco puedes pedir un botellín, llevarte un pronóstico del tiempo, un cuadro y el reloj con pila nueva. ¿Alguien da más?


Mesas de trabajo del polifacético

Nota aclaratoria: Como bien me hace notar mi correctora de estilo, el personaje no queda encuadrado geográficamente y aunque bien pudiera ser de Macondo, no hay que irse tan lejos para encontrar su estanco-bodega-taller-galería ya que vive en una aldea onubense fronteriza con Portugal .

¡¡Ni me menees!!

martes, agosto 12, 2008

Populacho


Se sobreestima lo popular. No todo lo que tiene origen en el pueblo es pureza, no todo lo que encierra es sabiduría. Igual que el hormigón con el que se construyen las infraestructuras de lo que llamamos civilización está formado por cemento y áridos, la sociedad que formamos es una amalgama de pueblo y populacho.

Pude comprobar esta mezcla en la celebración de las fiestas del Carmen en Canela, una barriada de pescadores de Ayamonte. Esta pequeña comunidad posee un Comité de Festejos muy comprometido que se esmera en buscar a promesas del cante flamenco para organizar actuaciones gratuitas, abiertas a los lugareños y a los veraneantes.

Desde hace años disfrutamos de este regalo estival y gracias a la intuición y buen hacer de este Comité de Festejos hemos podido ver a muchos cantantes flamencos desconocidos que en unos pocos años han alcanzado la fama, como por ejemplo, "El Cigala".

Estas actuaciones congregaban a un abundante público de aficionados que asistían de forma respetuosa a este espectáculo. Sin embargo, en la actuación de este año afloró un brote de populacho dentro de esta comunidad marinera. Se veía venir esta marea negra por las palabras, con un cariz casi amargo, del portavoz del Comité de las Fiestas. Se lamentó de la falta de público a pesar de la calidad de las actuaciones que se esforzaban en traer. Pidió silencio y respeto para el cantaor que iba a actuar. Rogó a los padres que estuvieran al tanto de sus hijos para que no perturbasen a los artistas. Tras presentar a Jesús David García Palomar – "El Palomar"(1), hizo un llamamiento para limar las diferencias de opinión del recorrido de la procesión de la Virgen del Carmen(2) y se despidió anunciando que el próximo año habría un relevo en el Comité de Festejos.

Lo que vieron mis ojos a continuación en la carpa de las fiestas fue una expresión de un populacho insensible con el arte y desagradecido. Auténticos seres de corcho que continuaron sus conversaciones en la barra y dejaron a sus retoños campear a sus anchas entre el escenario y las sillas del público.

Las niñas, muy engalanadas por fuera, con trajes de faralaes y todos los accesorios de rigor no pararon de demostrar su mala educación. Un niño, pelado al cuatro, de mirada embrutecida y con una pistola en la mano no cesaba de cruzar de un lado a otro matando a seres de la nada. Mientras, una niña con una escoba del tren de la bruja dejaba volar su imaginación ¡barriendo! Los padres seguían a lo suyo, de cháchara, incrementando el ruido que generaban sus hijos.

A duras penas pude disfrutar de la actuación en estas circunstancias y pensé en la decepción de los que habían preparado las fiestas durante todo el año para unos vecinos que realmente no se merecen ni el saludo. Me recordó a la escena de los mendigos de la película Viridiana.

(1) En el flamenco la concisión en el nombre es casi norma.
(2) La barriada ha crecido y no se ponen de acuerdo si mantener el recorrido tradicional o ampliarlo a las nuevas calles.

¡¡Ni me menees!!

miércoles, agosto 06, 2008

La Isabel



Ella es mi suministradora de pescado veraniega. Es todo un portento de marketing que ha generado una marca triunfadora que transmite calidad y confianza. Ella es la número uno, la que vende más pescado a pesar de ser más caro que en el resto de los puestos del mercado.

Su sede comercial es como un santuario, con las paredes repletas de vírgenes dolientes y de Cristos Nazarenos. Sus parroquianos acuden como en procesión, formando una pequeña aglomeración en su pescadería. Ella atiende con rapidez y trato personalizado. No discute con ningún cliente porque sabe que el tiempo es oro. Utiliza técnicas comerciales tradicionales como redondear las cuentas o regalar algunas piezas de marisco según corresponda al gasto que se haga. Para diferenciar su servicio tiene una persona que limpia el pescado.

Ella habla con voz alta y clara, sentando cátedra. Por ejemplo, si le pides almejas entre semana te dirá: "Las almejas sólo se traen el fin de semana, si ve hoy alguna almeja en este mercado sepa que no son auténticas y que si las pone en el arroz y le sale alguna negra, se le echará a perder y lo tendrá que tirar". O si preguntas si hay coquinas responderá: "Las coquinas tienen toxinas, cuando vea en este puesto que se venden coquinas, entonces podrá comprarlas en cualquier puesto porque se podrán comer". En el caso de pedirle nieve(1) para transportar el pescado, ella decidirá en qué estado de frialdad se traslada el pescado: "Yo tengo dos cajas de nieve para ti, pero para las sardinas y el atún que te llevas no te hace falta ". Ella es la ISO-BEL de los pescados (esto va por AlyCie ).

Los lunes es la única pescadería que abre en el mercado. Allí se pueden encontrar lenguados, acedías y langostinos. Este pescado se captura con la técnica del trasmallo que consiste en echar las redes en zona de ría por la noche y sacarlas por la mañana siguiente. Lo suelen practicar algunos pescadores jubilados para matar el gusanillo de la mar.

Todos los años me recibe con alegría cuando me dejo caer por su puesto en el mercado y me despide con tristeza cuando le digo que éste será el último pescado de Ayamonte del año. Me dice que soy muy buena clienta y yo le digo que ella es la mejor pescadera y que la echaré de menos. No sabe ella lo que me acuerdo en Madrid de sus robalos(1), sus rapes, su atún, sus sardinas, sus lenguados, sus acedías, sus chocos, sus carabineros, sus langostinos y sus gambas. Hasta siempre Isabel.

(1) Denominación local al hielo picado que hay en las pescaderías.
(2) Robalo es la denominación de la lubina en Huelva

¡¡Ni me menees!!

domingo, julio 27, 2008

Con batas y a lo loco: Guadalhorce's blues


6 de la mañana, un día cualquiera, circa 1980: suena el despertador; ojos somnolientos y cabreados por este intempestivo sonido, se abren, se cierran, se vuelven a abrir.

Hay que levantarse, pero para ello hay que saltar sobre la cama del compañero. Él a su vez hubo de hacer lo mismo sobre la otra cama. Tres camas en una sola habitación que caben a costa de eliminar por completo el suelo pisable.

El suelo del apartamento en La Malagueta tenía otras virtudes: un color rojizo que fuimos descubriendo poco a poco ocultaba débilmente el verdadero color gris de las baldosas. Cualquier gota de agua reblandecía la pintura, y alrededor de la cocina americana se fué creando un cerco irregular donde el agua y las pisadas desgastaron la zona. Todo un fin de semana nos llevó, a base de estropajos y sudores, liquidar la escamosa pintura de aquel infausto suelo rojizo.

Bueno, sigamos con el relato de los hechos. Como zombies, tres jóvenes ingenieros engullen un rápido desayuno y se lanzan de cabeza a un rally suicida por las calles de Málaga, que acaba en la otra punta, camino del aeropuerto, donde poco antes de llegar se encuentra el desvío que lleva, entre los cañaverales que dan origen al Ron Baccardí, a la fábrica donde trabajan. Es muy importante fichar antes de las siete y cinco: el director, Estrada, está muy atento, y cualquier desviación del horario es severamente castigada.

Superado el primer obstáculo diario, los ingenieros se enfrascan cada uno en su tarea. La tarea es poner a andar un sistema de conmutación de paquetes, compuesto en base a placas con nombres muy sugerentes: ILA, ILS, ILH, PAV,...

El experto en PAV, Paco, tiene por afición, mientras exprime su cerebro para superar los desafíos del Bit Slice con el que está construído, elaborar densos acordeones de papel. Un trabajo de artesanía que perfecciona día a día, convirtiendo esta labor en un verdadero mantra que causa admiración de propios y extraños, por la admirable perfección de estos adminiculos que se encuentran repartidos por todo el laboratorio.

El laboratorio tiene como paisaje dominante los MDS: aparatos dotados de pantalla y teclado, pintados en un severo azul metálico, donde acude cada uno con su diskette de 8 pulgadas, en el que lleva su trabajo de incipiente sofware. Los más afortunados, programan en PLM, pero los chicos del hardware se tienen que contentar con el inefable ensamblador: PUSH, MOVE, ADD, XOR, INPUT, POP, CMP, JUMP, CALL, ....

El uso de la bata es obligado, todos, desde el director hasta el último empleado la llevan. Da un cierto aire de hospital, y a nosotros de ATS. Siempre bromeamos con la posibilidad de ir un día en pantalones cortos, lo que con la bata por encima, dejaría en ridículo esta manía del director Estrada... pero la verdad, nadie se atreve a poner el cascabel al gato.

El montaje de las placas de los prototipos es realizado por Zotano; un barbudo y ceceante malagueño, muy pero que muy enérgico, con la colaboración de algunos ayudantes. Son estas placas una veradera maraña de cables que conectan miles de terminales de grapinado, y que se montan uno a uno según los planos entregados por los ingenieros, como paso previo para ver que todo funciona antes de enviar los diseños al departamento de ingeniería para diseñar la placa de circuito impreso, lo cual es hecho de forma igualmente artesana por varios delineantes.

Por las ventanas, los patos y la marisma, las cañas que ocultan el Guadalhorce, mudos testigos de los días, semanas, meses y años que se necesitan para diseñar y construir lo que entonces era un pionero sistema de conmutación de paquetes para redes X.25: el sistema TESYS.

¡¡Ni me menees!!