Adiós a Saturno S.A.
Goya supo plasmar como nadie el lado negro del poder con la alegoría de Saturno devorando a un hijo. Esta obra me ha originado siempre sensaciones contradictorias. Por un lado me produce un deseo de apartar mis ojos de esta imagen tan explícita y cruel y por otro un irresistible deseo de contemplarla.
Los acontecimientos de este año en la empresa para la que he trabajado durante tropecientos años me han hecho asociarla a la imagen de Saturno. Los estrategas de la que se podría llamar Saturno S.A. decidieron que para perpetuarse en el Mercado era preciso la ingestión de sus propios empleados y trazaron un plan en diez pasos para tan terrorífico buffet.
El paso 1 consistía en preparar la situación para que en el paso 2 se realizara el advenimiento del paraca que iba a ejecutar el plan. En el paso 3 se produjo la llegada de los galácticos, bárbaros extranjeros dispuestos a arrasar con la cultura vigente. Uno de ellos me correspondió en suerte. Resultó ser un jefe de valor detraído, un auténtico mago en convertir el trabajo de sus colaboradores en un inmenso chapapote laboral. Ante el desolado panorama generado por la gestión de la rubia, intenté analizar las distintas estrategias para sobrevivir a este jefe tonto y malo. La solución era HUIR, pero ¿a dónde?.
A mitad de año anunciaron un ERE, habíamos llegado al paso 8 del plan. Lo vendieron como una oportunidad para los afectados, aunque en realidad era una estrategia para desprenderse de las personas que fueron el germen de la empresa. La dirección llevaba tiempo removiendo la jaula de los pájaros para que estos desearan salir volando.
Rellené con mis datos una hoja de cálculo que había confeccionado Brain para calcular el futuro económico de los Ereados. Puse a un lado de la balanza la renta que me correspondía por el ERE y al otro la renta del trabajo obtenida en un entorno patético. El fiel de la balanza se inclinó hacia el ERE y vi la luz al final del túnel en el que me encontraba: ¡Podría HUIR!
He pasado, sin resistencia, a ser una vianda para Saturno S.A. No me da miedo ver sus fauces, es mejor ser tragada siendo un alimento fresco que permanecer en lenta maceración hasta amojamarme.
Por Navidad, Saturno S.A, se comerá a un elenco de buenos profesionales y algunos hombres sin piedad cobrarán su incentivo por preparar el banquete.