sábado, febrero 23, 2008

Los vagabundos


De la mala prensa que tiene ese representante de la fauna humana de nuestros días que es el vagabundo, es culpable, sin duda alguna, el haber metido en un mismo saco a vagabundos y vagantes .

Porque los que vemos hoy en las esquinas de nuestras calles o en los pasillos del Metro, envueltos en cartones y viejas mantas, no son vagabundos sino vagantes. Individuos asociales que representan, precisamente el polo opuesto del vagabundear y cuya conducta les sitúa, con frecuencia, al margen de la sociedad.

El auténtico vagabundo marcha sin rumbo de un lado a otro -hace camino al andar-, no tiene por horizonte las sucias paredes del Metro, sino los campos abiertos, las montañas, el cielo estrellado.

Se detiene en un lugar solamente el tiempo necesario para realizar un trabajo temporal y después "coge el hatillo" y sigue su peregrinaje.

Cuando en tus viajes por carretera te cruces con un personaje que camina por la cuneta con paso lento pero firme, piensa que detrás de estos ejemplares de nuestra fauna humana existe una larga y rica tradición.

En la Edad Media los vagabundos viajaban de pueblo en pueblo, viviendo de lo que se les daba y a cambio de ello, divertían a los pobres campesinos con fantásticos relatos, con trovas y canciones.

Durante siglos los vagabundos vivirán mezclados con un curioso mundo de nómadas, buhoneros, charlatanes, pero en medio de ellos siempre sabrán conservar sus señas de identidad.

La literatura universal -recordamos a Gorki- ha tomado al vagabundo cómo protagonista de muchas de sus creaciones.

Pero, desgraciadamente, en estos tiempos de prisas, de veloces automóviles, de autopistas sin horizontes, ya no hay lugar para el vagabundeo, para la contemplación detenida de la naturaleza que nos rodea.

Por ello os confieso que cuando las tres mil quinientas revoluciones de mi vehículo se cruzan con el lento y solitario caminar de un vagabundo, me regalo unos minutos de sueños de libertad.

¡¡Ni me menees!!

martes, febrero 19, 2008

De Madrid al cielo

Dedicado a María, que con un comentario en el Síndrome de Almería II, me trajo a la memoria el slogan "De Madrid al cielo".


No debe ser fácil llevar la cuenta de publicidad de los servicios funerarios. Aunque es un servicio que hemos de usar todos, nos guste o no, como está liberalizado no tiene más remedio que recurrir a la publicidad para captar a sus clientes.

La agencia de publicidad creará una Marca para distinguirla de sus competidores. Al concepto de Marca es muy importante asociarle un logo que la identifique en un solo flash. En el caso de la empresa mixta de servicios funerarios de Madrid, está claro que se identifica, sino vean este parecido razonable con el logo de Flash de Macromedia.

El diseño del marketing de un servicio siempre tiene en cuenta una tarjeta de cliente. En este caso la ofrecen bajo la modalidad oro con el slogan "De Madrid al cielo". No se puede hacer mayor alarde de humor negro, ni desvirtuar más cruelmente ese maravilloso piropo a Madrid. Los precavidos tendrán que armarse del valor necesario para llevar la tarjeta funeraria en la cartera por lo que pudiera ocurrir.

Otro factor importante a tener en cuenta es la comunicación y en este caso la funeraria de Madrid publica una revista llamada Adiós con titulares tales como El gusto andaluz por la cremación (1), y con secciones tan curiosas como los tanatocuentos, con concurso y todo.

Este Marketing letal, que parece diseñado por la familia Addams, se inspira en esa costumbre tan española de pagar mensualmente al agente de "El Ocaso" el recibo de la sepultura.


(1) 12/01/2008 REVISTA ADIÓS Número 68 / Enero-Febrero

¡¡Ni me menees!!

viernes, febrero 15, 2008

El narcisista



Hace muchos años conocí en la Facultad de Medicina de San Carlos de Madrid, a un compañero de curso que presumía, constante e inmodestamente, de su indudable atractivo físico.

Coincidimos también en el campamento de las Milicias Universitarias de La Granja (Segovia) y raro sería el compañero de "tienda" que no le sorprendió alguna vez mirándose largo rato en el espejo, con gesto complacido, como diciéndose a sí mismo: ¡¡ Mecachis que guapo soy!!.

Pronto se le conoció, por todo el campamento, como: J... el "divino".

Después, al acabar la carrera, la vida nos llevó a cada uno por distintos caminos y obligaciones, y no volví a verle. Pero alguna "lengua de doble filo" me comentó que al caer la noche solía pasear-pavoneándose—por la Gran Vía madrileña, y frecuentar sus Salas de Fiestas a la “caza" de alguna turista desesperada.

Esta clase de personajes es fácil encontrarlo entre nuestra fauna humana y en recuerdo del mito griego de Narciso -que se extasió ante su propia belleza haciéndose insensible a otro sentimiento que no fuera "el amor a sí mismo"- reciben el nombre de narcisistas.

Aunque la conducta narcisista constituye una fase básica de la evolución del niño, su persistencia más allá de la pubertad, adquiere un carácter patológico.

Cuando llegan a la edad adulta presentan una conducta basada en una pauta de grandiosidad, son hipersensibles a la valoración de sus jefes o compañeros de trabajo, y suelen despreciar o, en el mejor de los casos, ignorar los sentimientos de las personas de su entorno.

Incapaces de tomar contacto con la realidad diaria, la sustituyen por ideas exageradas de poder y éxito, y frecuentemente acaban por perderse en ese mundo de fantasías.

Sobrevaloran la importancia de su trabajo, por el que esperan recibir un trato especial y tienen una necesidad constante de sentirse atendidos y admirados. Cuando este moderno Narciso decide establecer vínculos de pareja, ésta suele ser tratada únicamente como un objeto que sólo le sirve para retroalimentar su frágil autoestima.

Parafraseando el mito griego, podría decirse que nuestro narcisista se asoma a las aguas turbias de su fantasía, intentando ver la perfección o la belleza que le haga exclamar:

¡¡ Mecachis que guapo soy!!

¡¡Ni me menees!!

jueves, febrero 14, 2008

Meme rápido de San Valentín


Telémaco me ha pasado la bola que tengo que pasar hoy.


Somos muchos los que pensamos que esto sólo es un reclamo comercial, y que no hay que esperar a que llegue esta fecha para decirle a nuestra pareja lo mucho que la queremos… pero a pesar de ello seguro que nos gustaría recibir un regalo muy especial.
-¿Qué te gustaría que te regalase tu pareja?
-¿Qué le dirías al recibir ese regalo?


Regalo: Nos vamos a dejar de tonterías, un Tag Heuer
¿Qué diría?: Ya me puedo ir tranquila a la tumba después de tantos años pidiéndolo.

Una pena que mi marido no lea mi blog :-(

Se lo paso a Muxfin y a la Marbellí

¡¡Ni me menees!!

miércoles, febrero 13, 2008

Champis plancha


El centro de Madrid está lleno de sorpresas, es como un enorme huevo Kinder. Cerca del aparcamiento de Tudescos, vecino del parking rojo pasión, se encuentra un curioso bar. Nunca hubiera entrado en él si no fuera porque mi colega lo conocía de tiempo atrás, cuando trabajaba en el servicio Ibercom.

Una puerta ojival de madera daba paso a un bar oscuro. Su decorado recordaba a los mesones de los años 70 de los que quedan algunos restos por la zona de la Plaza Mayor. Las paredes estaban pintadas de blanco sobre un grueso gotelé empedrado y sostenían rústicos aperos de varias clases. Las zonas de paso se limitaban con cortinas verdes con dibujos, como las que acostumbran a poner en la alpujarra granadina. La barra, de madera, estaba repleta de tapas setenteras. Era como un retorno al pasado.

Era las dos de la tarde y mientras me tomaba una caña mis ojos se deslizaron hacia la oferta de picoteo y se detuvieron al punto de leer: “champiñones plancha”. El ambiente retro me trajo a la memoria el aroma único de los champiñones del bar Sol y Sombra(1) que deleitaron mi paladar infantil. Los pedí aunque sólo fuera por el placer de volver a oír ¡marchando una de champis!

El camarero puso los champiñones en la plancha dejándome de una pieza cuando de forma recursiva le ponía encima otra plancha de hierro, pero esta vez de las de planchar. Los champiñones se cocinaron doblemente planchados, por calor y por aplastamiento.

No pude por menos que extraer el móvil y plasmar ese instante único, mientras mi colega intentaba hacer la foto por el exterior. Al final la imagen buena fue la que hice desde el interior que recogía también el instante en que los champis eran fotografiados desde la calle.

Los champiñones recursivos estaban estupendos, sin ninguna arruga. Telémaco ¡tienes que probarlos!

(1) Este bar estaba situado en la actual La Fontana de oro.

¡¡Ni me menees!!

domingo, febrero 10, 2008

Xochimilco y "El tercer hombre"

El escuchar esta semana en "Locos por el swing" el tema de "El tercer hombre" me ha evocado una pequeña travesura de nuestra cultura familiar que solíamos hacer durante nuestros siete años de residencia en México allá por la década de 1980.




Siempre me ha parecido interesante el sistema comercial que abunda en las playas y que representa la antítesis de nuestros centros comerciales en los que se nos obliga a recorrer centenares de metros por callejones repletos de productos.
El sistema consiste en ir pasando delante de tí las secciones de bisutería, heladería, refrescos, etc. mientras estás relajado tomando el sol o simplemente sentado.


Cuando llegaba algún conocido desde España, una de las visitas obligadas era dar un paseo entre las chinampas por los canales de Xochimilco(1) donde existía una variante del sistema comercial de las playas.



La excursión(2) consiste en recorrer los canales en unas embarcaciones con fondo plano llamadas trajineras, placidamente sentados con la debida dotación de cheves(3) y otras bebidas y que pagas al acabar el viaje contando los envases vacíos.
Mientras avanzas por los canales, se acercan otras trajineras con los más variados productos, entre ellos elotes(4) asados. La música está presente con mariachis y marimbas que se colocan en paralelo a tu embarcación tocando la música que les pides.

A nosotros nos encantaba la música de marimbas y en su repertorio tenían típicas canciones como "La zandunga", "Alma llanera" o "La llorona".
Nuestra pequeña travesura consistía en tratar de poner en un aprieto a los marimberos y pedirles "El tercer hombre", composición que por supuesto no estaba en su repertorio, pero siempre salieron airosos dando muestras de su profesionalidad.


(1) Para ver la pronunciación de Xochimilco, podeis ver mi post "México o Méjico" .
(2) Mos amigos de allá, me comentan que desgraciadamente ya no es lo que era.
(2) Cervezas.
(3) Mazorcas de maíz.

¡¡Ni me menees!!