viernes, agosto 22, 2008

Asociación de ideas

Esperando la llegada del autobús que iba a Ayamonte oímos recitar a un pescador jubilado estas coplillas que suenan un poco trogloditas(1).

María Manuela, ¿me escuchas?
Yo de vestíos no entiendo,
pero... ¿te gusta de veras
ese que te estás poniendo?
Tan fino, tan transparente,
tan escaso y tan ceñío,
que a lo mejor por la calle
te vas a morir de frío
. (verso completo aquí )

Mi prima Ali prestó atención a los últimos ripios y comentó que le sonaba lo del vestido ceñido y transparente. Le contesté que eran los famosos versos de María Manuela, ¿me escuchas? En ese momento metió baza en nuestra conversación el pescador y no la soltó hasta que llegamos a nuestro destino. Nos dijo el hombre que no deberían ir las mujeres como en la canción, transparentes y ajustadas, enseñándolo todo. Que cuando era un chiquillo las mujeres llevaban las faldas hasta los pies. Recordaba que con otros muchachos iba al lavadero a ver los tobillos de las mujeres. Alguna vez se llevaron un puntapié mientras miraban.

La conversación derivó inexplicablemente en unos segundos hacia la negritud. Nos contó el pescador que sirvió en la marina y que lo destinaron a Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo. Un día que estaba fregando la cubierta de madera subieron al barco un blanco y un negro. Le hizo una señal al negro diciéndole “apártate negro” y el blanco le sancionó con quince días de arrestó. No comprendía a qué se debía el castigo hasta que un compañero, paisano suyo, le dijo que a los negros se les llamaba morenos. El marinero nos dijo que hacía poco que se había cruzado en Ayamonte con una negra que, sin desmerecer a nadie, era guapísima y que además tenía un cuerpo muy bien formado. Cuando pasó por su lado no tuvo por menos que decirle "buenos días morena" y ella mirándole le respondió: "buenos días rubio ".

Una vez en el autobús, se sentó enfrente de nosotras diciendo que él solía sentarse mirando a proa pero que para seguir la conversación se iba a sentar mirando a popa. Retomamos el tema de su servicio militar. Nos contó que se ofreció voluntario para enrolarse en la marina(2). El 1 de febrero de 1947 a las once de la noche partió su barco de San Fernando y tardó dieciséis días en llegar a las colonias españolas. El blanco que le arrestó quince días por llamar al negro por el color de su piel resultó ser el capellán del barco. El pescador se siente en deuda con este cura que le enseñó todo lo que sabe, porque no había tenido oportunidad de aprender mucho desde que empezó a trabajar en la mar a los nueve años. Resumió su relato con esta frase redonda: "El que no tropieza no se cae".

Tras darle muchas vueltas no comprendí el porqué de esta conversación hasta que miré al suelo y vi que de mi minifalda blanca sobresalían unas piernas tan negras como las de moreno del barco de Santa Isabel.


(1) Le suelo llamar machismo-leninismo a estas demostraciones de talibanismo
(2) En la marina la mili duraba un año frente a los dos de los de infantería

¡¡Ni me menees!!

domingo, agosto 17, 2008

El polifacético

El polifacético tuvo la amabilidad de posar para mi cámara con su señora este verano. Rescato uno de los primeros relatos que escribí para la Sección femenina 1.0.



Lo conozco desde hace más de dos lustros y parece que el tiempo no pasa por él. Desde el primer momento me sorprendió tantísimo, que aún no se han atenuado los efectos. Es de mediana estatura, muy delgado, con el aire de los años 30 y me resulta muy difícil asignarle una edad aunque tiene dos hijos que rondarán los 40. Incluso con el ardiente viento de levante luce pantalones con la raya perfectamente planchada, camisas de manga larga que lleva remangadas en dos vueltas y como única concesión al calor unas sandalias de cuero natural. Es un hombre al que el sombrero además de su función le proporciona un aire de elegancia.

Mi primer contacto fue por mi vicio de fumar, del que afortunadamente me he liberado, ya que nuestro personaje es el estanquero del pueblo. Cuando uno regenta una expendeduría de tabaco lo normal es que se someta al horario comercial, pero nuestro hombre es polifacético y la venta de tabaco no es su única ocupación. El estanco está ubicado en un bar, pero no en un bar de turistas; en él solo se bebe y a lo sumo se charla, no tiene por tanto nada de comer, ni unas tristes peladillas. La parroquia que lo frecuenta -o como se diría de forma más marketiniana, el segmento de mercado al que va dirigido el negocio de expender tabaco y bebidas- está formada por pescadores. El pescador de bajura, que tiende con nocturnidad y alevosía los trasmallos para capturar lenguados y langostinos, por la mañana muy temprano recoge las redes para recolectar sus capturas. Los pescadores de altura se levantan antes de amanecer y regresan cuando el sol va cuesta abajo. Para ambos colectivos está el bar-estanco abierto, temprano hasta que el sol empieza a picar y al atardecer hasta que se pone el sol, y de hecho se podría decir que está cerrado cuando el sol calienta más. Por este motivo, tuve que darme unos cuantos paseos hasta que logré coincidir con el horario pesquero-solar y por fin pude adquirir el anhelado paquete de tabaco.

Pero el bar-estanco tiene otras facetas como son la estación de radio-aficionado, la mesa de relojero y el taller trastero de reparación de radios y televisiones. A nuestro hombre le gustan las maquinarias de todo tipo, se ocupa de arreglar los relojes y los vetustos aparatos de radio de cuando la guerra y aquellos televisores de cuando salía Amestoy. Últimamente, descubrí al local una faceta más como galería de arte, ya que tenía unos cuadros de barcos pesqueros con una luz de atardecer divina. Le pregunté si se vendían y me dijo que sí, que el pintor era su hijo. El artista, que tiene la casa más bonita del pueblo, pinta unas acuarelas de una pincelada finísima, que parece casi óleo. Una de ellas está en mi casa de Madrid y me permite asomarme al atardecer marinero cada vez que tengo nostalgia del mar.

Pero nuestro hombre aun tiene otra actividad: es el responsable de la estación meteorológica de la zona y todos los días toma nota de los parámetros. Por este motivo, junto al tabaco puedes pedir un botellín, llevarte un pronóstico del tiempo, un cuadro y el reloj con pila nueva. ¿Alguien da más?


Mesas de trabajo del polifacético

Nota aclaratoria: Como bien me hace notar mi correctora de estilo, el personaje no queda encuadrado geográficamente y aunque bien pudiera ser de Macondo, no hay que irse tan lejos para encontrar su estanco-bodega-taller-galería ya que vive en una aldea onubense fronteriza con Portugal .

¡¡Ni me menees!!

martes, agosto 12, 2008

Populacho


Se sobreestima lo popular. No todo lo que tiene origen en el pueblo es pureza, no todo lo que encierra es sabiduría. Igual que el hormigón con el que se construyen las infraestructuras de lo que llamamos civilización está formado por cemento y áridos, la sociedad que formamos es una amalgama de pueblo y populacho.

Pude comprobar esta mezcla en la celebración de las fiestas del Carmen en Canela, una barriada de pescadores de Ayamonte. Esta pequeña comunidad posee un Comité de Festejos muy comprometido que se esmera en buscar a promesas del cante flamenco para organizar actuaciones gratuitas, abiertas a los lugareños y a los veraneantes.

Desde hace años disfrutamos de este regalo estival y gracias a la intuición y buen hacer de este Comité de Festejos hemos podido ver a muchos cantantes flamencos desconocidos que en unos pocos años han alcanzado la fama, como por ejemplo, "El Cigala".

Estas actuaciones congregaban a un abundante público de aficionados que asistían de forma respetuosa a este espectáculo. Sin embargo, en la actuación de este año afloró un brote de populacho dentro de esta comunidad marinera. Se veía venir esta marea negra por las palabras, con un cariz casi amargo, del portavoz del Comité de las Fiestas. Se lamentó de la falta de público a pesar de la calidad de las actuaciones que se esforzaban en traer. Pidió silencio y respeto para el cantaor que iba a actuar. Rogó a los padres que estuvieran al tanto de sus hijos para que no perturbasen a los artistas. Tras presentar a Jesús David García Palomar – "El Palomar"(1), hizo un llamamiento para limar las diferencias de opinión del recorrido de la procesión de la Virgen del Carmen(2) y se despidió anunciando que el próximo año habría un relevo en el Comité de Festejos.

Lo que vieron mis ojos a continuación en la carpa de las fiestas fue una expresión de un populacho insensible con el arte y desagradecido. Auténticos seres de corcho que continuaron sus conversaciones en la barra y dejaron a sus retoños campear a sus anchas entre el escenario y las sillas del público.

Las niñas, muy engalanadas por fuera, con trajes de faralaes y todos los accesorios de rigor no pararon de demostrar su mala educación. Un niño, pelado al cuatro, de mirada embrutecida y con una pistola en la mano no cesaba de cruzar de un lado a otro matando a seres de la nada. Mientras, una niña con una escoba del tren de la bruja dejaba volar su imaginación ¡barriendo! Los padres seguían a lo suyo, de cháchara, incrementando el ruido que generaban sus hijos.

A duras penas pude disfrutar de la actuación en estas circunstancias y pensé en la decepción de los que habían preparado las fiestas durante todo el año para unos vecinos que realmente no se merecen ni el saludo. Me recordó a la escena de los mendigos de la película Viridiana.

(1) En el flamenco la concisión en el nombre es casi norma.
(2) La barriada ha crecido y no se ponen de acuerdo si mantener el recorrido tradicional o ampliarlo a las nuevas calles.

¡¡Ni me menees!!

miércoles, agosto 06, 2008

La Isabel



Ella es mi suministradora de pescado veraniega. Es todo un portento de marketing que ha generado una marca triunfadora que transmite calidad y confianza. Ella es la número uno, la que vende más pescado a pesar de ser más caro que en el resto de los puestos del mercado.

Su sede comercial es como un santuario, con las paredes repletas de vírgenes dolientes y de Cristos Nazarenos. Sus parroquianos acuden como en procesión, formando una pequeña aglomeración en su pescadería. Ella atiende con rapidez y trato personalizado. No discute con ningún cliente porque sabe que el tiempo es oro. Utiliza técnicas comerciales tradicionales como redondear las cuentas o regalar algunas piezas de marisco según corresponda al gasto que se haga. Para diferenciar su servicio tiene una persona que limpia el pescado.

Ella habla con voz alta y clara, sentando cátedra. Por ejemplo, si le pides almejas entre semana te dirá: "Las almejas sólo se traen el fin de semana, si ve hoy alguna almeja en este mercado sepa que no son auténticas y que si las pone en el arroz y le sale alguna negra, se le echará a perder y lo tendrá que tirar". O si preguntas si hay coquinas responderá: "Las coquinas tienen toxinas, cuando vea en este puesto que se venden coquinas, entonces podrá comprarlas en cualquier puesto porque se podrán comer". En el caso de pedirle nieve(1) para transportar el pescado, ella decidirá en qué estado de frialdad se traslada el pescado: "Yo tengo dos cajas de nieve para ti, pero para las sardinas y el atún que te llevas no te hace falta ". Ella es la ISO-BEL de los pescados (esto va por AlyCie ).

Los lunes es la única pescadería que abre en el mercado. Allí se pueden encontrar lenguados, acedías y langostinos. Este pescado se captura con la técnica del trasmallo que consiste en echar las redes en zona de ría por la noche y sacarlas por la mañana siguiente. Lo suelen practicar algunos pescadores jubilados para matar el gusanillo de la mar.

Todos los años me recibe con alegría cuando me dejo caer por su puesto en el mercado y me despide con tristeza cuando le digo que éste será el último pescado de Ayamonte del año. Me dice que soy muy buena clienta y yo le digo que ella es la mejor pescadera y que la echaré de menos. No sabe ella lo que me acuerdo en Madrid de sus robalos(1), sus rapes, su atún, sus sardinas, sus lenguados, sus acedías, sus chocos, sus carabineros, sus langostinos y sus gambas. Hasta siempre Isabel.

(1) Denominación local al hielo picado que hay en las pescaderías.
(2) Robalo es la denominación de la lubina en Huelva

¡¡Ni me menees!!