viernes, abril 10, 2009

Volando voy, volando vengo


Ya estoy de vuelta de mi viaje a la isla verde. Fui buscando entender lo que mascullan esos malditos del otrora Imperio y me he vuelto con los oídos vacíos y el corazón lleno con nuevos amigos. Creo que he salido ganando en mis intenciones.

Me he acordado mil veces de las palabras de John Lennon:

La vida es aquello que nos pasa, mientras planificamos el futuro”

Aunque lo planificado se cayó por su peso en mi primera semana de estancia en vez de desesperarme intenté ver el lado positivo y lo encontré. De vuelta me traigo muchas aventuras y risas que trataré de escribir en ese dichoso idioma (se lo prometí a Peter, mi profesor de aquí) antes de transcribirlo a la bendita lengua de Cervantes.

Como avance os diré que descubrí la soledad pero tuve la suerte de encontrar a amigos como Aida, Kris y Gus que me sacaron de ella. Este pequeño exilio lo mitigué en "la casa de España" punto de encuentro de los emigrantes españoles por fuerza mayor del idioma. Esta colonia española, muy abundante, se vio ampliada por culturas afines como la italiana y la belga (de habla francesa).

Todos a una nos comunicábamos en algo parecido al inglés en torno a unas pintas. Resultaba cómico ver a personas inteligentes de verbo fluido en su lengua natal balbucear mientras esperaban que la palabra inglesa adecuada acudiera a la punta de su lengua. Más de una vez tuve que aguantar la risa cuando observaba nuestras conversaciones y me venía a la memoria la escena del sueño del alcalde en película de Bienvenido Mr. Marshall. Pasen y vean que era lo que me daba risa.

Finalmente, una mención especial a la recepcionista de la escuela de idiomas que durante toda mi estancia me saludo con una expresión propia de quién está oliendo una mierda. A ella no la echaré de menos.

Espero no tardar mucho en escribir la primera enterga

¡¡Ni me menees!!