domingo, septiembre 28, 2008

Paul Newman


La sección femenina está de luto. Todas las mujeres sentimos la perdida de un ideal de hombre, guapo hasta hacer daño a los ojos, con un magnetismo irresistible, con una manera de ir por la vida envidiable y con una forma de madurar exquisita. Ningún hombre osaría a compararse con él y ninguna generación de mujeres dejará de dar un suspiro al ver su imagen, siempre sonriente, iluminada por esos ojos azules.

No debe de haber en el mundo una mujer más envidiada que Joanne Woodward, que ha compartido más de 50 años de su vida con él, ni más triste por su ausencia. Me uno a su pena cantando la copla de Antonio Vargas Heredia : No lo hubo más guapo, más bueno y "honrao".

¡¡Ni me menees!!

miércoles, septiembre 24, 2008

Utopía veraniega


A lo largo de la geografía nacional, al igual, me imagino, que en los territorios bárbaros, ha proliferado durante todo el verano un curioso y pertinaz espécimen de la fauna humana.

Se trata de un ejemplar que a semejanza del oso polar suele "hibernar" o en todo caso mostrarse menos visible el resto del año, y que solamente surge masiva y "ostentóreamente" cuando se aproxima el verano.

Previo a realizar su puesta en escena -que elige en función de sus posibilidades esconómicas o el límite de su tarjeta de crédito- aunque sus preferencia son Benidorm y Marina d´Or -realiza una concienzuda puesta a punto.

Para ello aparte de tunnear su vehículo, llenarle de llamativas pegatinas y aumentar los decibelios del equipo musical, se inscribe en un gimnasio con el objeto de eliminar algún excesivo diámetro y tiñe su musculatura, con la ayuda de los rayos UVA, de un subido color marrón.

Revisa y actualiza la indumentaria del pasado verano y procede a actualizarla con prendas en las que dominan los colores más vivos y los distintivos de las marcas más en moda. Lo completa con unas originales gafas de sol, unos cuantos piercings, algún que otro tatuaje y un Rolex deportivo de imitación.

Ya sólo le queda ponerse en acción. Es fácil verle pasear por la orilla del mar o el borde de la piscina en una clara actitud de ridículo pavoneo.

En su escenificación busca acentuar su perímetro torácico a través de forzadas inspiraciones que logra sostener hasta límites insospechados. Solo cuando siente síntomas alarmantes de falta de oxígeno, se refugia en un lugar fuera de las miradas y allí respira durante unos segundos para volver de nuevo a "sacar pecho".

En un somero estudio psicológico este curioso personajes presenta una combinación aleatoria de alardes exhibicionistas, grandes dosis de narcisismo, unas pinceladas de paranoia y un cociente intelectual que roza lo borderline.

Pero como el que no se consuela es porque no quiere, estos personajillos tienen afortunadamente una vida tan corta como la de las mariposas y duran lo que le permite su período vacacional.

Pero también es obligado preguntarse ¿qué sería del verano sin estos curiosos personajes, el olor penetrante de aceites bronceadores, los molestos mosquitos, o las clásicas canciones del verano?

Pues algo tan irreal, queridos amigos y amigas, como una bella utopía.

¡¡Ni me menees!!

lunes, septiembre 15, 2008

Atrapada en el tiempo


Leí el post de S.M. sobre el libre albedrío justo cuando no había transcurrido un día desde que el Destino se había reído en mi cara una vez más. Como Telémaco, estoy atrapada en la maldición de la piedra de Sísifo, que me encadena a una vida tan recurrente como la del personaje Phil Connors en la película El día de la Marmota.

Me gusta ser dueña de mi vida, me irrita que otros decidan por mi. Mi condición de Capricornio, símbolo de tierra donde los haya, me hace tener los pies en el suelo y la cabeza pensando en mi plan estratégico vital. Mi carácter perseverante me ayuda a caminar por la senda trazada. Sin embargo, el resultado es volver al punto de partida aún caminando en línea recta.

Me cuesta creer que sea fruto de la casualidad que cualquier plan destinado a salir de mi entorno me lleve a permanecer en él, con los mismos personajes y en las mismas circunstancias que me han incitado a la huida.

He ido cambiando mi actitud en cada una de las iteraciones pasando de la rebeldía inicial a escuchar los consejos de mi amiga Pi que me sugería que lo aceptase para que finalmente se diluyese. Pero en la última iteración, cuando daba todo por concluido y había señales de una nueva vida, he vuelto a ver la sonrisa de profiden de mi Destino y he escuchado las carcajadas de mis amigos, que incrédulos, lloraban de la risa.

Me voy a hacer mirar esto del Karma y ya tengo cita con una especialista esotérica. Mientras, voy a precisar de esta medicina que circula por Internet para relajarme un poco.

¡¡Ni me menees!!

sábado, septiembre 13, 2008

Las Fiestas de Barajas

Ayer por la noche cumplí con mi cita fiel a las Fiestas de Nuestra Señora de la Soledad, patrona del distrito de Barajas. Mi vinculación a esta localidad viene de antiguo y por mi cónyuge que trabajó en su Junta de Distrito. Mi marido, aunque ahora está destinado a otro lugar, mantiene vivos los vínculos con los amigos dejó y que le añoran. Barajas es para él un lugar en el que una vez que llega, nunca sabe cuando sale. Yo lo suelo denominar cariñosamente “el agujero negro”.

Hay dos cosas que no me pueden faltar en las Fiestas de Barajas: el bocadillo de calamares y el mojito y ambas están en el mismo lugar: La caseta de Izquierda Unida. Esta caseta es la más concurrida de las Fiestas año tras año. El secreto de su éxito se debe al entusiasmo de sus militantes y a la receta secreta de su mojito. Ambas cosas han permanecido fieles en el tiempo.

A los de la caseta del PP les cuesta admitir que el modelo basado en recursos propios motivados funciona mejor que la subcontrata mercenaria y achacan el éxito de la caseta roja a los bajos precios. Les recriminan competencia desleal a los de IU en vez de analizar las causas de su éxito y aplicarlas a su caseta. Sería interesante ver a los militantes del PP detrás de la barra ejerciendo de mano de obra.

Otros años, cumplido el rito de los calamares y los mijitos, visitamos la caseta del PP para saludar a Tomás, Concejal del distrito y buen amigo de mi marido. Este año nos ahorramos la visita porque se acercó él a la caseta de IU cuando no nos habíamos terminado aún el mojito. Detrás de la barra, Antonio Aguilera, vocal vecino de IU, agasajó al Concejal y a su séquito con una ración de calamares y unas patatas bravas diciendo "que no se diga que los rojos somos tacaños ".

En esta entrañable caseta de IU comprábamos las entradas para la Fiesta del PC que tenía lugar unas semanas después de la Fiesta de Barajas. Este año no pudo ser, no se celebrará esta fiesta porque la entidad privada que gestiona los pabellones de la Casa de Campo les pide mucho dinero por el uso de los pabellones. Tristemente se rompe una tradición de 30 años.

fotos del interior de la caseta de IU


Zona de birras

Zona de mojitos

¡¡Ni me menees!!

martes, septiembre 09, 2008

Los ojos no tienen alcalde


Imagen tomada de wwwvireta.blogia.com

Una mujer de este pueblo del sur en el que habito me contó que su marido, como todos los hombres, miraba a las chicas guapas con las que se cruzaba. A ella, mujer decente donde las haya, le ocurría lo mismo con los maromazos de esta tierra de frontera. Los contemplaba y paladeaba con los ojos, sin que eso supusiera faltarle a nadie.

Niña, yo no he conocido más hombre que a mi marido. A los dieciséis años me lo eché de novio, y hasta hoy. No tengo queja. Pero claro, nosotros ya tenemos una edad y los cuerpos no son lo que eran. Por eso, cuando en las noches de verano nos vamos al paseo marítimo y vemos a la juventud, vestidos como pimpollos, enseñándose como pavos reales, lo que es a mí se me van los ojos. Como a él. Y es que, niña, los ojos no tienen alcalde. Otra cosa es que luego una con eso no haga nada. Porque yo puedo gobernar mis actos y mis palabras, pero lo que mi ojo ve, eso no hay quien lo controle, ni yo misma. Ahí no hay autoridad que valga.

Esta exposición de sabiduría popular me abrió una nueva perspectiva de análisis de los mecanismos de la socialización ("porque yo puedo gobernar mis actos y mis palabras") y el libre albedrío ("lo que mi ojo ve, eso no hay quien lo controle, ni yo misma").

Y me deja flotando una pregunta del millón como en la punta de la lengua, una especie de vacío frente a cómo interpretamos la realidad.

¡¡Ni me menees!!