martes, octubre 30, 2007

El regreso del torno


En ocasiones tiene uno que abandonar el estilo lúdico y dedicar unas líneas -con gran desazón de quien las escribe-, a ciertos representantes de la Fauna Humana que desgraciadamente tienen muy poco de humanos y no resisten la comparación con la peor de las especies de la fauna animal.

Me refiero a esos miserables individuos/ as-me resisto a llamarles padres- que no dudan en abandonar a sus hijos recién nacidos en el primer contenedor de basura que encuentran exponiéndole a una más que posible muerte.

A estas apasionadas consideraciones me mueve la noticia, que recoge la prensa de estos días, informando que las autoridades alemanas sorprendidas ante el creciente abandono de niños, sobre todo en las grandes ciudades y dentro de ellas en los barrios marginales, se plantean recuperar un sistema similar al antiguo "torno conventual" que durante siglos acogió a los niños abandonados.

El abandono, el abuso y explotación sexual, y el maltrato físico y psíquico-- que conforman el llamado "Síndrome del niño maltratado", no es desgraciadamente un hecho nuevo.

A lo largo de la historia de la infancia es fácil encontrar distintas etapas de esta particular crónica de la aberración de los sentimientos afectivos que representa el abandono físico del niño.

La primera de estas etapas la escriben las sociedades de Atenas, Esparta y Roma que se consideraban dueñas absolutas de la vida del niño y, en consecuencia, deciden si éste debe vivir o morir.

Es la llamada era del infanticidio, simbolizada por el trágico Mito de Medea, que narra como Medea para vengarse del abandono de Jasón, asesina a sus propios hijos.

Distanciamiento y alejamiento son las circunstancias que van a caracterizar otra larga etapa de la historia del maltrato al niño, que Lloyd de Mause ha denominado "período de abandono".

En éste las relaciones de padres e hijos se semejan a las que viven los personajes de la leyenda de Griselda, una joven madre que por sumisión a los deseos de su esposo, consiente en enviar a la hija, que aún amamanta, a un monasterio "en el que secretamente y sin declarar su ilustre cuna la depositan en el torno".

Son tiempos en los que el niño es enviado, a edades muy tempranas, a monasterios y conventos, entregado a una familia campesina para su crianza, dado en adopción, o en el mejor de los casos, se le envía, para su formación, a casa de algún noble. Las más de las veces, el niño es simple y tristemente abandonado—como en el caso de Griselda - "secretamente en el torno del convento".

Son hechos, que con ligeros matices sociológicos, van a persistir en el tiempo y que hasta un ayer no muy lejano "moverá" los tornos de asilos y conventos.

Por ello no causa sorpresa, pero sí dolor, el que después de tantos siglos tengamos que seguir hablando del niño como inocente víctima y que las autoridades alemanas, se vean obligadas a recuperar una nueva versión del "viejo torno" para protegerles de este trágico "repunte" de maltrato y abandono.

¡¡Ni me menees!!

viernes, octubre 26, 2007

El sobre

Chascarrillo recogido de la tradición popular del management y adaptado a mi modo de ver las cosas.

El sobre tiene dos connotaciones laborales, una interna y otra externa. La primera corresponde al antiguo incentivo en metálico que se envolvía dentro de un sobre y se repartía de forma totalmente secreta y arbitraria entre los colaboradores. Ahora se le llama variable y se viste bajo el honorable manto de los objetivos. En realidad, solo ha cambiado la forma, adornada de palabrería huera, y se sigue distribuyendo tan confidencial (menos para Hacienda) e injustamente como antes.

Pero en este post se va a tratar el aspecto externo del sobre, poniendo el foco en su dorso. En la parte posterior del sobre se encuentra la solapa impregnada de pegamento seco que cobra vida al contacto con la lengua para fundirse con los otros pliegues del sobre. Al cerrase, quedan a la vista cuatro triángulos mágicos a los que se ha bautizado como: trabajo, reuniones, viajes y comidas. Trazando tres líneas paralelas de izquierda a derecha del sobre se consigue determinar cinco posibles estados de la vida laboral.


  1. Es la iniciación en la vida laboral. Se sitúa en el borde inferior del sobre. La línea solo atraviesa el triangulo del trabajo. En este nivel se encuentran el aprendiz, destinado a las más pesadas cargas del trabajo. En algunos sitios se le llama becario o "el nuevo".

  2. Corresponde a la adaptación al puesto de trabajo. Está delimitado por la primera paralela al borde inferior del sobre que atraviesa las zonas de reuniones, trabajo y viajes. En este momento laboral, el círculo de conocidos se amplía y se inicia esa cansina tarea de las reuniones y algún viaje esporádico. En esta fase se encuentran el grueso de las fuerzas del trabajo.

  3. Engloba a la integración en la estructura de la empresa. Se alcanza este nivel cuando la segunda paralela al borde inferior atraviesa el triangulo de la comida además de las reuniones, trabajo y viajes. Es el inicio de la hidalguía laboral, en el que el trabajo empieza a ser insignificante frente a las actividades de relación.

  4. Es la etapa de la consolidación en la élite empresarial. Se llega a este estado de gracia cuando la tercera paralela desde la parte inferior del sobre abandona para siempre el triangulo del trabajo y solo atraviesa las reuniones, comidas y viajes. En este nivel se sitúa la aristocracia laboral, exenta de cargas laborales y ocupada tan solo en actividades de relación con sus iguales. Allí se practica la caza del zorro con jauría de perros y otros entretenimientos de las clases ociosas.

  5. El último escalón corresponde a la coronación laboral. Es el estado al que todos desean llegar pero en el que solo uno puede estar. Corresponde con la línea superior del sobre que tan solo atraviesa el triangulo de la comida. Allí se encuentra el rey, habitando la planta más alta del edificio y rodeado de su pequeña corte empresarial. La soledad del líder se manifiesta en la ausencia de reuniones.

En el largo camino laboral cada uno se va planteando en qué estado está y en cual quisiera estar. Desde mi pequeño nivel de influencia solo pido que prevalezca la inteligencia, por favor.

¡¡Ni me menees!!

martes, octubre 23, 2007

El trepa


Hace muchos años existía en Cuba una especie de artilugio formado por cuerdas del que se valían los guajiros para subir a las palmeras. Una especie de escalera que se conocía con el nombre de trepa.

Con la misma denominación, calificamos hoy día, a ciertos ejemplares de la fauna humana de nuestros días que utilizan una escalera o trepa en la que los escalones no están confeccionados con sencillas cuerdas sino con ambición insana, astucia, engaño, hipocresía, ausencia de escrúpulos...

A través de tan especial escalera, el trepa, aguijoneado por su desmesurada ambición, intenta alcanzar los más altos puestos de su actividad profesional, basándose no en sus méritos, que suelen ser escasos, sino en el halago al superior jerárquico y la desgracia o la descalificación injustificada de sus potenciales rivales.

Saltándose las más elementales normas éticas y los más básicos conceptos de lealtad, honradez y compañerismo, transforma una sana y noble ambición de progresar en una carrera en la que "todo vale" y el "fin justifica los medios".

Ser trepa, por otra parte, no se piense que es tarea fácil. En su labor, este personajillo estudia muy concienzudamente la estrategia a seguir y sabe ir dosificando, en cada momento, sus dos básicas y complementarias armas: adular al jefe y denostar al compañero.

Para lo primero no duda en adoptar las opiniones políticas, musicales o deportivas de aquel; está, siempre y plenamente de acuerdo con las decisiones de su jefe, que, aunque íntimamente no comparta, alaba sin recato alguno; solicita su "magistral" opinión ante cualquier problema; procura a toda costa hacerse el insustituible; no regatea su horario de trabajo y sacrifica, si es preciso, sus días de vacaciones.

Simultáneamente a todo ello, logrará ganarse la simpatía de la secretaría personal de su jefe. De ella obtendrá los nombres y fechas de nacimiento de cada uno de los miembros de la familia de su superior. Llegada cada una de las efemérides el trepa no olvidará remitir junto a la felicitación, el ramo de flores para la "encantadora" esposa o el juguete para el "precioso" niño del admirado y querido jefe.

Superados estos primeros escalones, el trepa inicia, seguro de sí mismo, el que le permita el definitivo "acoso y derribo" del compañero. Para ello aprovecha, inmisericorde cualquier fallo o error de éste y aprovecha las ausencias, aunque sean justificadas, de su potencial rival, para "minarle el suelo", de la forma más sutil y efectiva.

El trepa no tiene el menor reparo en propalar, convenientemente deformada, cualquier noticia que piense que puede menoscabar la efectividad del trabajo y la honorabilidad del compañero.

Su forma de trepar no se asemeja a la rápida y arriesgada ascensión del guajiro, sino al deslizamiento lento y sinuoso de la serpiente. Y es que lo que verdaderamente interesa a nuestro repugnante trepa no es el tiempo que tarde en dar la mordedura venenosa a su inocente víctima, sino la seguridad de alcanzar sus mezquinas ambiciones.

¡¡Ni me menees!!

viernes, octubre 19, 2007

Inteligencia, por favor

Gracias a Rrío encontré el blog de Pilar Jericó y en él un post sobre Las organizaciones idiotas del que he extraído la siguiente imagen.



Estoy inmersa en un cambio organizativo. Han traído un nuevo director general con el objetivo de que realice un cambio de cultura. Han evitado que el nuevo director esté contaminado por nuestro Statu quo y lo han elegido muy exótico: de un país lejano y de otro sector. Como es natural, el nuevo director lo primero que ha hecho es anunciar un cambio en la organización de su departamento.

Los habitantes de mi dirección han visto la oportunidad de sacar partido de la situación y están muy revueltos. Han emergido unos TO PA MI que estaban en estado de latencia. Aunque no entro en estas luchas, por mi instinto de supervivencia, me gusta siempre estar al tanto de la situación. Me vino como agua de mayo la tabla que encontré en el blog de Pilar Jericó para clarificar mi análisis del entorno.

Se lo comenté a un colega que también está al margen de la guerra y fuimos colocando a cada uno de nuestros compañeros en el cuadrante adecuado. Nos quedamos un poco preocupados porque se nos apelotonaban en la parte de los Malvados. Por nuestra parte estábamos situados en la casilla de los bondadosos. Vimos claramente el peligro que corríamos al estar doblemente perjudicados: por nosotros mismos y por los malvados.

Una vez que vi las orejas al lobo me brotó ese poso de mi educación religiosa que subyace en las profundidades de mi ser y tracé una línea horizontal que separaba las dos casillas superiores de las inferiores y dije:

Bueno, pero en la vida eterna los de arriba irán al cielo y los de abajo sufrirán los tormentos del infierno

Mi compañero, más terrenal que yo, trazó una línea vertical y separó las dos casillas de la derecha de las de la izquierda y me respondió:

Cómo se te notan las monjas, en esta vida terrenal los de la izquierda van directos al fracaso y los de la derecha hacia el éxito.



Teniendo en cuenta la situación, mi estrategia se debe desplazar hacia la casilla de los inteligentes, que a todas luces es la mejor: éxito en la tierra y cielo en la vida eterna.

Me pregunto si los malvados podrían abandonar el TO PA MI para tomar una postura inteligente en la que todos ganemos con los cambios.

Me da a mí que va a ser que no.

¡¡Ni me menees!!

martes, octubre 16, 2007

El intelectualoide


Entre los más curiosos personajes de la fauna humana de nuestros días, figura el aspirante a intelectual o, mejor dicho, a "intelectualoide". No precisa matricularse en ninguna facultad universitaria. En la mayoría de los casos le basta con leerse unas cuantas recensiones de los libros de actualidad, memorizar una serie de citas para "largarlas", venga a cuento o no, en la primera ocasión que se le presente, asistir a alguna tertulia, o sentarse en un viejo café, rodeado de papeles, y escribir, durante horas, delante de un humilde café con leche.

Ayudará notablemente a conseguir la calificación de intelectualoide, el adoptar aspecto y modales de "progre": barba rala o a medio afeitar, pelo cuidadosamente despeinado, pañuelo de vivos colores y una chaqueta de "arruga bella" con apariencia de suciedad. Indumentaria que sustituye en invierno por un largo abrigo oscuro "made in pseudo Armani" con las hombreras llenas de abundante caspa.

Y lo que con total seguridad le otorgará el doctorado en intelectualidad es presumir de haber participado en las jornadas del mayo francés del 68, haber recibido clases en Berkley, asistir exclusivamente a los cines en versión original, y declarar que solo le interesan los ensayos filosóficos de Sartre, Wittgestein, o Walter Benjamín.

En el terreno musical alguno de ellos cree haber descubierto ahora a Gustav Mahler, desconociendo que allá por los años cincuenta del pasado siglo el padre Sopeña ya promovía, entre los universitarios, audiciones del célebre compositor

Cuando nuestro personaje asiste a los conciertos de la llamada música culta es fácil reconocerle: reclina la cabeza hacia atrás, cierra los ojos -con evidente peligro de dormirse -y adopta un visible ensimismamiento. Vamos, que se traspone.

Pero no se crea que este arquetipo es fruto exclusivo de los tiempos que nos ha tocado vivir. Ya en el siglo XVII y XVIII pululaba en la Francia de "los salones" un cierto personaje que despertó el interés de la Psiquiatría del siglo XIX.

Eran individuos que junto a un escaso nivel intelectual, presentaban paradójicamente, ciertas facultades excepcionalmente desarrolladas: excelente memoria, facilidad para resolver cálculos, fluida conversación, etc.,

Cuando años más tarde el gran psiquiatra Hoche descubrió en clínica ciertos pacientes con esas especiales características no dudó en calificarlos con el nombre de "imbécil de salón", en recuerdo de aquellos petimetres que vestidos a los dictados de la última moda y con afectado lenguaje, transitaban con más cortesía que talento por los salones de París de los siglos XVII y XVIII.

Salones como el de Madame Geofrin, del que Diderot aseguraba que asistían a sus reuniones todos los que tenían alguna influencia en la corte, figuras de la talla de J.J. Rousseau, d'Alambert o los enviados de Catalina la Grande. O aquel otro que sostenía la famosa Madame de Sevigné, que le permitió recoger suficiente "material" para enviar a su hija nada menos que mil quinientas cartas, refiriéndole las "hablillas de la Corte".

Han transcurrido muchos años y el "testigo" de aquellos "imbeciles de salón" ha pasado a las manos de los actuales "intelectualoides", que cambiando casaca por chaqueta de arruga, pasean, con más afectación que conocimientos, por Ateneos, presentaciones literarias y tertulias de café de nuestras ciudades.

Sección-Fauna Humana

¡¡Ni me menees!!

viernes, octubre 12, 2007

Statu quo


Escribía este verano Fernando una estupenda serie sobre la condición humana y la primera entrega me dejó, en dos palabras, im presionada con esta reflexión:

Un famoso escritor dice que si se meten en una botella abejas y moscas y se pone la botella con el fondo hacia la luz y la boca abierta en opuesto sentido, las abejas, buscando la luz siempre, no hacen sino agitarse contra el cristal del fondo, sin poder convencerse de aquel invisible obstáculo, mientras que las atolondradas moscas revoloteando de una a otra parte hallan, cuando menos lo esperan, la salida .... [ sigue ]

La lógica vs. el statu quo eterna lucha recursiva en mi vida laboral. Aquí va una de las múltiples iteraciones.

Sucedió hace tiempo, el siglo pasado, en 1999. Me habían promocionado a Gerente y me estrenaba en nuevas funciones. Uno de los asuntos que estaban bajo el paraguas de mi responsabilidad eran unos vetustos sistemas de gestión con unas comunicaciones desfasadas y lentas pero caras. Fue una de las primeras cosas que llamaron mi atención y que pensé mejorar.

Me puse manos a la obra con el PowerPoint para hacer una propuesta de modernización de esta red. Definí una nueva arquitectura basada en una red IP, analicé cómo se podría hacer la migración de la red actual a la nueva y enumeré uno a uno los muchos beneficios de este nuevo escenario, entre ellos los económicos.

Cuando finalicé este trabajo me dispuse a imprimirlo para presentarlo en la próxima preparación del comité de dirección. La impresora estaba muy próxima a la entrada del despacho de mi director y cuando fui a recoger los papeles lo encontré leyéndolos con un gesto adusto. En cuanto estuve cerca de su radio de alcance me echó una de sus épicas broncas.

Me dijo que le estaba buscando la ruina con estas propuestas. Que qué era eso de querer cambiar las cosas y meternos en líos. Que hiciera el favor de destruir la presentación y que no quería volver a hablar más de ello. Intenté en vano convencerle de que este cambio era bueno para todos pero donde hay patrón no manda marinero.

Me fui a mi sitio cabizbaja y guardé la presentación para cuando vinieran tiempos mejores. Estos tiempos vinieron dos años más tarde cuando el cliente de los vetustos sistemas de gestión pidió una propuesta para modernizar la red de comunicaciones que a todas luces estaba desfasada. Mi director, como si no hubiera pasado antes nada, me dijo que era una vergüenza que YO NO me anticipara al cliente y que el cliente le había tenido que pedir a ÉL los cambios en la red.

En estos dos años me había acostumbrado a las lagunas de memoria de mi director (totalmente fingidas) y no me lo tomé a mal. Desempolvé mi propuesta two years old y apenas tuve que hacer cambios porque había resistido muy bien el paso de los años.

El día D a la hora H se hizo la presentación de la nueva arquitectura ante los clientes. Todo fueron parabienes y felicitaciones. Casi abrumada por la buena acogida de la propuesta pensé que se llevaría a cabo. ¡Qué ingenua! Me golpeé de nuevo ante el cristal como las abejas buscando la luz.

Los clientes aprovecharon tan estupendo análisis de reducción de costes (gratis total) para presionar al suministrador de la red de datos obsoleta y rebajar el precio de las comunicaciones a la mitad. Los clientes cumplieron sus objetivos de reducción de costes y cobraron sus incentivos sin arriesgarse a ningún cambio en la red.

Hoy día todos los participantes en este suceso, salvo yo, están jubilados o han fallecido. Según dice la wikipedia, Laurence J. Peter, el autor del Principio de Peter, dijo en una ocasión: "La burocracia defiende el statu quo mucho tiempo después de que el quo haya perdido su statu ". Esta semana, ocho años después, he vivido una situación similar de statu quo y ni siquiera el parking rojo pasión me ha servido de descompresor. Cuando se jubilen o fallezcan las protagonistas del suceso de esta semana prometo contarlo. Mientras, las he colocado en el congelador.

Sección-Sapos y culebras

¡¡Ni me menees!!

martes, octubre 09, 2007

El indeciso



Hace algunos años estaba de moda una canción, cuplé o tonadilla,que estoy seguro que los más veteranos de nuestros lectores habrán escuchado, en más de una ocasión, en la voz de alguna de nuestras más famosas folclóricas.

Una popular canción cuyo estribillo, fácil y pegadizo, se escuchaba a cualquier hora en los patios de vecindad, y repetía, machacona e incesantemente, un mensaje que sugería dudas mucho más profundas que el famoso -"ser o no ser"-que atormentaba al joven Hamlet, príncipe de Dinamarca.

El mensaje de la canción, en versión abreviada venía a decir : "Que si a la Parrala le gustaba el vino o si por el contrario lo que le privaba era el aguardiente y el marrasquino..."

Curiosa canción, que tenía la virtud de que por muchas veces que se escuchara, siempre se quedaba uno sin conocer las auténticas preferencias alcohólicas de la Parrala a la que imaginábamos como una hembra de "rompe y rasga", apoyada en el mostrador de algún tugurio del barrio chino de cualquiera de nuestras ciudades.

A mayor abundancia, y por las mismas décadas algún genial humorista, que bien podría ser Jardiel Poncela, Miguel Mihura o Alvaro de la Iglesia, para complicar aún más las cosas, hizo famosa una enigmática frase cuya correcta interpretación aún no ha sido formulada: "Ni que sí, ni que no, sino todo lo contrario".

Pues bien, psicólogos y psiquiatras de todos los tiempos han estudiado un tipo de personalidad que, ante situaciones muy especiales, su respuesta, su toma de decisiones -a semejanza del estribillo de la canción- está condicionada por el hecho de no saber si lo que verdaderamente le gusta "es el aguardiente o el marrasquino", o lo que es lo mismo el hecho de "no poder decir sí, y no poder decir no..."

¿Ejemplos? Los que ustedes quieran. En el mundo de las tan en moda encuestas de opinión, el numeroso grupo de los que "no saben, no contestan"; en el terreno político la figura de los trásfugas, o los índices de los que optan por la abstención en cualquiera de las elecciones: generales, autonómicas, municipales, europeas, etc.

Normalmente las personas, una vez valorados los "pros" y los "contras" de la posible acción, proceden a adoptar una decisión. Entre todas las posibilidades de actuar, se elige: realizar aquello que se quiere hacer y plantearse cómo hacerlo, o por el contrario renunciar a tomar cualquier decisión.

Esta última opción puede paralizar al individuo, ya que mientras la persona decidida adopta con celeridad una decisión el indeciso piensa una y otra vez que decisión tomar y acaba preso de una creciente angustia.

Son personajes que en el aspecto laboral buscarán siempre un trabajo cómodo, que no les plantee muchos problemas y que sea "el jefe quien decida, que para eso gana más". Son, en definitiva, individuos que renuncian a "mojarse" y que prefieren que las decisiones las tomen los demás.

Hay que considerar que, efectivamente la toma de decisiones genera altos niveles de ansiedad ya que lleva implícita la posibilidad de equivocarse, y ante la necesidad de adoptar un decisión este tipo de individuos trata de defenderse utilizando estrategias conductuales o tácticas de enfrentamiento que Sigmund Freud denominó "mecanismos de defensa".

Una de estas formas de mecanismos defensivos, se conoce como "Evitación defensiva por aplazamiento" y es la que eligió un personaje inolvidable, Scarlatta O´Hara protagonista del mítico film: Lo que el viento se llevó .

¡¡Ni me menees!!

viernes, octubre 05, 2007

Parking rojo pasión


Antes, cuando tenía que ir de reunión al centro, iba en transporte público hasta que un día necesité llevar el coche y lo estacioné en el parking de Vázquez de Mella. Quedé fascinada por la estética del garaje, por su diseño, su suelo brillante y su señalización luminosa de plazas libres.

A las 9 de la mañana el parking está semivacío y las lucecitas verdes brillan desde el techo indicándote los muchos huecos que quedan. Cuando aparcas el coche tienes la sensación de dejarlo en el mejor sitio del mundo, un parking cinco estrellas, lleno de color y de estética.

Casi te reconcilias con el mundo envuelta en tan buen gusto y hasta se va a la reunión con un espíritu más positivo. Lo mismo ocurre a la vuelta, cuando se recoge el coche, se olvidan los marrones que te han adjudicado envuelta en el rojo pasión de las paredes. Es como una cámara de descompresión.

De una de sus paredes surgen unos versos dantescos con letras de neón, no es el infierno aunque predomine el color del fuego. Las letras que iluminan la pared con estos maravillosos versos del amor más allá de la muerte:


"Amor, que amar obliga al que es amado, me ató a sus brazos, con placer tan fuerte, que como ves , ni aun muerto me abandona".

Ahora, rendida a sus encantos, espero ansiosa que haya reunión en el centro para adentrarme en este parking ardiente.

¡¡Ni me menees!!

miércoles, octubre 03, 2007

Fauna Humana Funcionarial: "To Pa Mí"

Os presento hoy un nuevo especimen de Fauna Humana que he dado en llamar "TO PA MI", basandome en esa castiza expresión perpetuada por Cruz y Raya.

Esta especie puede medrar en cualquier organización. Sin embargo su hábitat natural son las Administraciones Públicas, donde encuentra un caldo de cultivo excelente en virtud de su comportamiento acaparador y de lo dificil que es expulsarlo.

La principal característica del TOPAMI es pues su ansia por ser el centro de todo, el unico referente, el lider indiscutible. Las iniciativas, solo hay una válida, la suya. Los demas nunca han hecho nada y por lo tanto nunca lo harán. En el supuesto caso de que otro tenga una idea, será mala e inviable.

TOPAMI se sabe rodear de un grupo de colaboradores que alaben suficientemente su valía y poder. Aquellos que, por casualidades de la vida, acaban dentro de su radio de acción, sólo tienen dos opciones: o se convierten a la verdadera fé (o sea a servir fielmente sus intereses) o a largarse con el rabo entre las piernas. Sus súbditos acaban siendo sus mas leales seguidores, por nacimiento o por conversión (vease la película "Las Crónicas de Riddick"). Extender su imperio es por lo tanto su máximo objetivo en la vida.

TOPAMI se codea con la "creme de la creme" y no con directivillos de baja estofa. No se conforma con segundones, estará siempre bien relacionado.

TOPAMI puede actuar sólo, pero con más frecuencia actúa en grupo. Sabe por tanto explotar el nicho ecológico administrativo para que ninguna idea o iniciativa se le escape, pero si eso sucediese, solicitará la colaboración de sus congéneres, quienes llegado el momento le devolverán el favor.

TOPAMI es lo suficientemente inteligente para no meterse en política, ya que las urnas son volubles y cambiantes, mientras que su imperio es mucho más perdurable. Los TOPAMIS saben que son ellos y no los que figuran los que tienen el verdadero poder.

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NOTA: Como ejemplo del tipo que describo, y para que veais que no es una especie puramente española ni europea, fijaos en el doctor Doctor David Drumlin de la
película Contact, asesor presidencial en ciencia y tecnología, quien lucha contra el proyecto de la protagonista hasta cargárselo, para luego, cuando tiene éxito, parecer que ha sido todo idea de él.

De todos modos si no habeis visto la peli podeis veros el
video de Tomás y Ramón en el un, dos, tres, que es igual o más de ilustrativo y echaros unas risas.

¡¡Ni me menees!!