viernes, junio 30, 2006

Al buen tiempo... mala cara

Llevamos cuatro días de buen tiempo y yo ya empiezo a tener pesadillas con mi culo, mis brazos, la talla 40, el bikini, la depilación definitiva, la firmeza de mis carnes y a despertarme sudando en medio de la noche acordándome de la abuela de la Madre Naturaleza, que más que madre, es Madrastra, porque mira que es vil y cruel con las mujeres.

Aparte del hecho de vivir en las Afortunadas que, aunque suene a chufla, es una faena porque tenemos menos meses para prepararnos para la temida "operación verano", porque a estas alturas del año ya anda todo el mundo con tirantes y sin medias y yo al borde del ataque de nervios.

Cuando era más joven me importaba un pito que llegara el calor y me pillara con estos pelos porque con el buen tiempo que tenemos por aquí siempre me podía dar una escapada al sur de la isla a tostarme un poco y mantener el tipo durante todo el año, además de que hacía más ejercicio a diario y bueno, cuando llegaba el temido mes no había mayores problemas a la hora de colocarme una faldita corta o lo que fuera.

Pero en los últimos diez años mi trasero le ha tomado gusto a la silla de la oficina, de tal modo que a veces creo que se está mimetizando con ella porque hay días que me parece que está igual de cuadrado, y esta barriguilla tonta que se me ha instalado debajo del ombligo y que por muchos abdominales que haga ahí sigue, y estos brazos que se me ponen, que parezco Stallone entrenando para la siguiente entrega de Rocky , vamos, un cuadro de Boticcelli .

Yo me suelo apuntar a TODO lo que digan que ayuda a estar como una portada de revista: tengo cremas anticelulíticas, reductoras y reafirmantes, con autobronceador y sin él, un aparato de electrodos que te los pones en todo el cuerpo mientras ves la tv y te reafirma las carnes, otro para hacerte masajes de drenaje linfático, uno que riza el pelo y otro que lo alisa, porque es bonito cambiar el look y aparecer diferente de vez en cuando. En la ducha tengo maquinilla de afeitar para las axilas, también piedra pómez y guante de crin, mascarilla de aguacate para el pelo y de aloe para la cara, y fuera de la ducha tengo cera caliente para el bigotillo, pinzas para las cejas y otro cacharro para depilar las piernas.

En medio del salón de mi casa hay un aparato elíptico que me costó un huevo y que utilizo para colgar el bolso cuando entro por la puerta, y que dicen que funciona (de hecho el amigo Mancho, ¿le recuerdan?, tiene uno y bajó no sé cuántos kilos haciéndolo a diario) y que yo uso algún domingo animada por mi chico y por los remordimientos de conciencia de la panzada de tortilla que me he pegado; también me compré un elástico para hacer ejercicios con los brazos al estilo Pilates , y ahí junto al reproductor de dvd hay una pila de cds de ejercicios, que si con la Schiffer , con la Crawford y con la de Los Vigilantes de la Playa .

Para animar más la cosa, mi compañera de trabajo y yo nos apuntamos al gimnasio hace dos meses, pero como íbamos a horas distintas, no duramos mucho ninguna de las dos; el primer día yo hice una sesión de Body Pump que casi me hizo fibrilar y entre que era un jueves y que al día siguiente me dio un ataque de alergia porque se adelantó la primavera, estuve cuatro días sin volver por allí; cuatro días que me tenían que levantar de la cama con una grúa Caterpillar porque no podía ni con mi alma!!!

Hay días, los que menos, que me miro al espejo y digo "bien, todo este arsenal funciona y algún día estaré perfecta"; pero la mayoría del tiempo me miro al espejo y pienso que lo mejor sería meterme directamente en un quirófano y que me hicieran un completo , de la barbilla para abajo, un recogido de esos que te dejan el ombligo entre los hombros, tipo folclórica añosa.

Pero como el que no se consuela es porque no le sale de las narices, en esos días terribles me vienen frases de mi chico del estilo "yo quiero envejecer con una mujer que envejezca, no con una muñeca estirada ", o "si vivieras de tu físico estarías ocho horas diarias dedicada a él y no sentada delante de un ordenador" etc., pero claro, a él la barriguilla le hace hasta gracioso, las canas le sientan de vicio, las arrugas le dan un aspecto tan interesante, y sobre todo, por encima de todo, si él hace dos abdominales se le queda el vientre plano, si coge las pesas una tarde se le marcan unos brazos estupendos y si corre cinco kilómetros durante una semana seguida se le tonifican hasta las orejas!!

Sección-Sapos y culebras

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martes, junio 27, 2006

Hablar añadiendo el femenino o la necesidad de reivindicar.

La verdad es que no lo entiendo, no me cabe en la cabeza. Nadie dice nada sobre tamaña falta de educación. ¿Qué es lo que pretenden? ¿Qué creamos que no olvidan la lucha femenina?

Toda la vida, por educación y sensibilidad, se ha antepuesto a la mujer: a la hora de hacerla pasar a un lugar, al sentarse, al ofrecer algo... y no por puro gusto, sino por esa caballerosidad bien entendida que apreciaba, cuidaba y respetaba a la mujer. (Imaginemos una embarazada, una señora cargada, una matrona con muchos hijos...)

Siempre he oido, hasta ahora, "señoras y señores", "ladies and gentelmen"... pues no. Hoy ya no. Ahora está de moda el abandonar todas las formas de educación y nadie dice nada...

Ya os habréis dado cuenta de a qué me refiero, ¿no?.

Se escucha en todas partes, se antepone en todos los discursos, desde oficiales hasta oficiosos y populares.

¿Qué es eso de "niños y niñas", "alumnos y alumnas", "ciudadanos y ciudadanas"...

¡Será posible!

Si realmente quieren nombrar los dos sexos, porque sienten que englobarlos en el masculino les discrimina, pues que antepongan el femenino, que eso es educación y dejémonos de monsergas.

No soy feminista, soy femenina y reivindico mi derecho a anteponerme al varón por educación, por respeto, por entendimiento y... porque es de buen nacido ser agradecido.

Sección-Sapos y culebras

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sábado, junio 24, 2006

La calle

Bola que queda en calle,
no le mires el detalle

Iñigo

La palabra calle posee una amplia semántica que va desde lo más positivo y abierto hasta lo más oscuro y abyecto. El lado bueno de la calle representa el exterior, el sitio donde se aprende a desenvolverse y a comportarse fuera de la protección del hogar, el lugar donde pasear y esparcirnos. En el otro extremo de su significado, la calle es lo que queda cuando no se tiene nada, por eso decimos "lo pusieron de patitas en la calle", "vive en la calle", "hace la calle", "es un niño de la calle", "es un perro callejero"...

Pero hay un tercer significado, en el entorno del golf, donde la palabra calle cobra un inmenso significado positivo, casi filosófico: estar en calle, jugar por la calle, volver a la calle son palabras mágicas para un golfista.

En el campo de golf, cada hoyo tiene cuatro zonas: el tee de salida, la calle, el green y los obstáculos, entre los que se encuentran: los bunkers(1), los arbustos, los árboles, el rough(2) y el agua. La calle es el camino más corto, fácil y cómodo entre el tee de salida y el hoyo del green, por eso todo golfista intenta jugar en calle, pero no siempre se consigue.

La calle es ese entorno propicio donde la bola se desliza suavemente una vez que ha alcanzado el suelo tras el golpe, añadiendo una distancia a modo de propina como recompensa por seguir en el camino marcado y quedando en un lugar idóneo para utilizar el palo más adecuado a la distancia que se quiera salvar. Sin embargo, si la bola cae en un bunker, o en el rough , se parará en seco y habrá que utilizar un palo especial para sacarla de allí. Si cae en zona de arbustos podemos perderla o pasar grandes penalidades para sacarla de allí. Si golpea un árbol con gran probabilidad puede retroceder en vez de avanzar. Si cae en agua aún es peor porque se pierde la bola y se penaliza con un golpe.

El campo de golf no perdona los errores dentro del contexto de un hoyo, aunque te da dieciocho oportunidades de empezar de nuevo y hacerlo bien. De nada vale querer ir por la calle, en este caso querer no es poder sino más bien saber es poder y los que saben son de una pasta muy especial o aprendieron de niños(3).

En la vida real hay personas que, por sus condiciones de entorno naturales o porque aprenden a seguir los caminos fáciles, trazan trayectorias de calle en sus acciones en las que sólo cosechan recompensas. Otros, sin embargo, van de obstáculo en obstáculo, sufriendo y esforzándose por alcanzar una calle pero lo más que consiguen es golpear en un árbol y retroceder aún más.

Es curioso como se parece la vida a un campo de golf.

(1) Trampas de arena, tambien llamados playa por los golfistas graciosillos.
(2) La parte del campo de golf que bordea a la calle o al green, donde la hierba es más alta y espesa
(3) El golf como el inglés lo es todo empezar cuanto antes.

sección-Handicap 43

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miércoles, junio 21, 2006

El planchazo

Tirando un poco de fondo editorial....



Este relato quedará clasificado como Expediente-X, dado lo extraño del suceso. A veces algo tan cotidiano como un electrodoméstico que se estropea y hay que llevar a reparar a un servicio técnico se puede convertir en una pesadilla -o en un business, según se mire-. Primero desgranaré los hechos y sus consecuencias, dejando para el final la posible explicación, que no puedo asegurar que sea la verdadera...

Yo tenía una plancha estupenda de la marca Rowenta que un día de marzo se tornó frígida y perdió su principal función, que es quitar las arrugas de la ropa por medio del calor que desprende. Busqué un servicio técnico cerca de casa donde me dijeron que si el coste de la avería era menor de 15 euros me la reparaban directamente y en caso contrario me llamarían por teléfono para ver si me interesaba arreglarla. Como era la víspera de la Semana Santa y me iba de vacaciones a la playa, le dejé el resguardo de la plancha a mi hijo que se quedaba en Madrid para que hiciera la gestión. Gracias a mi instinto femenino, me compré otra plancha de la misma marca pero más moderna. Como se verá más adelante, esta decisión fue muy acertada.

Cuando regresé de las vacaciones, la gestión estaba sin realizar. En un ataque de delegación de funciones, le insistí a mi hijo que el asunto de la plancha era suyo y que esperaba resultados(1). Mi retoño, que cuando quiere es simpático y encantador, convenció a su hermana mayor para que, resguardo en mano, fuera a recoger la plancha. En el servicio técnico le dijeron que costaba arreglar la plancha 22 euros y que no la habían arreglado porque no merecía la pena. Se la entregaron y se la llevó a casa. Cuando regresé de la oficina y me contaron lo de la plancha, monté en cólera. ¡Cómo que no merece la pena arreglarla! ¡Mañana mismo la lleváis a arreglar! Pasó algún tiempo hasta que por fin la llevaron de nuevo al servicio técnico.

Transcurrido un mes la gestión seguía sin concluir; cada día mis comentarios al respecto era más agrios. Por fin, no sé si por no oírme o en un ataque de responsabilidad, mi hijo se decidió ir a recoger la plancha. Cuando fue a por ella, le entregan una plancha de la marca Ufesa. Ante la duda se la llevó a casa, previo pago de 22 euros, para que yo certificase si era mi plancha, duda que le despejé con un tono de voz algo alterado.

Al día siguiente me llamó mi hijo por teléfono a la oficina y me dijo que teníamos dos planchas: mi Rowenta de toda la vida, previo pago de 9 euros, y la Ufesa que trajo el día anterior. Me dio un ataque de caspa y comencé a gritarle de muy malos modos. Le dije que la Ufesa no es nuestra y que había que devolverla, pero a él, siempre optimista, le parecía un business de los más guay porque nos habíamos hecho con una plancha por 22 euros. Ahora tengo tres planchas: La Rowenta nueva, la vieja y la Ufesa.

La única explicación que se me ocurre es que confundieron el presupuesto de 9 euros para reparar mi Rowenta por el de la Ufesa de 22 euros. Cuando mi hija fue a recogerla, le dieron la Ufesa y no se dio cuenta, aunque ella jura lo contrario. Hay una prueba pericial que contradice su versión, ya que cuando mi hijo la llevó de nuevo al servicio técnico le hicieron un resguardo a su nombre en el que se indicaba que la marca de la plancha era Ufesa, siendo esta plancha la que recogió reparada. Cuando fue a deshacer el entuerto, encontraron la plancha Rowenta arreglada hace más de un mes con un resguardo a mi nombre y se la entregaron junto con la Ufesa.

Alguien estará buscando una pancha de marca Ufesa...


(1) Obsesión generada por la pervesión laboral de la gestión orientada a resultados

Sección-Expedientes-X

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viernes, junio 16, 2006

El Bueno, el Feo y el Malo


Como dice el sector eclesiástico, Dios escribe recto con renglones torcidos, y va a haber que darles la razón en el caso de la incorporación de la mujer al mercado laboral. La telegrafía les proporcionó la oportunidad de trabajar (escritura recta), pero el motivo fue por ser una mano de obra más barata que el hombre (renglón torcido que aún no se ha enderezado).

En la búsqueda incesante de Muxfin de documentación para su blog Colgado de las telecomunicaciones, encontró una polémica que surgió en 1881 sobre el papel de la mujer en la telegrafía. La lectura de este documento ha dado pie a que realicemos una reflexión conjunta sobre las distintas posturas de este debate. El lector comprenderá, mientras vaya leyendo, el por qué del título del post.

A raíz de una memoria del jefe postal de Victoria (Australia), desfavorable al papel de la mujer en la telegrafía, se desató en Europa una polémica entre los partidarios y los detractores de las telegrafistas reflejada en el Journal Telégraphique(1) y traducida por la Revista de Telégrafos(2).

Opinaron tres personas relevantes del mundo de la telegrafía sin pelos en la lengua (o la pluma en este caso), y sin miedo a ser políticamente incorrectos, por el simple motivo de que no existía la percepción de la mujer como ser humano en aquellas épocas.

La primera autoridad telegrafista, Herr J. Mathias, telegrafista de Cannstatt (Stuttgard), se ha ganado a pulso el sobrenombre de El Malo, gracias a las siguientes perlas :

"...son efectivamente los conocimientos previos de necesidad más imperiosa, habrá que reconocer que en la mayor parte de los casos no los poseen las mujeres suficientemente."

"¿Dónde se encuentran mujeres que escriban correcta y rápidamente?.."

"Otro motivo que no habla en favor de las mujeres en el servicio telegráfico es el efecto que ejerce desde el punto de vista moral y de la disciplina sobre los empleados masculinos cuyas ocupaciones son simultáneas y se verifican en el mismo lugar."

Para llegar a esta conclusión final:

"Creemos que vale más, en efecto, reservar los empleos de la telegrafía a los hombres que hayan servido durante muchos años en el ejército de su país, que hacer de esta institución un refugio para las mujeres que no hallan otro asilo que les convenga o que sienten poca inclinación hacia las funciones que la naturaleza las ha destinado."

El segundo participante en el debate, Mr. M.W.G. Gould, Superintendente de la central de telégrafos de Londres, que si bien, defiende la eficacia de la mujer como telegrafista, está a favor de la disminución de personal femenino por las frecuentes dimisiones y ausencias temporales. Estas son sus conclusiones que le hace acreedor del apelativo de El Feo:

"Reconocida la habilidad de las mujeres como telegrafistas y el poco número de carreras abiertas al sexo femenino, no sería político ni equitativo el excluirlas por completo del servicio telegráfico."


Y por último tenemos a Clint Eastwood, perdón a il Signore Patocchi, Inspector de los Telégrafos suizos en Bellinzone que se convierte en un verdadero defensor de la igualdad, he aquí algunas frases por la que le hemos otorgado el título de El Bueno:


"Parécenos que esta crítica severa dirigida contra las mujeres no está justificada ni por la experiencia generalmente adquirida hasta la fecha, ni por los derechos que la sociedad moderna quiere con justicia conceder a esta amable mitad del género humano."


"..la mujer sabe, por sus estudios, su trabajo, sus obras, su corazón, su mano y su ingenio, mantenerse en un puesto que no es inferior al del hombre..."


"Negar esa aptitud (de la profesión) equivaldría ante todo a acusar de ello, no a las mujeres telegrafistas, sino al sistema de enseñanza adoptado en las escuelas."


"En otros tiempos las mujeres no tenían más refugio que los asilos donde iban a sepultar los tesoros de su inteligencia y de su corazón en el aislamiento y la abstinencia; pero hoy la civilización se les ofrece más propicia, brindándoles con otros recursos a fin de que puedan ostentar sus preciosos dones."

Pasados los años aún existen algunos hombres como El Malo, que evitan expresarse con la crudeza del Herr J. Mathias, pero con aviesas intenciones. Predomina el perfil de El Feo, que pone chinitas en el camino de las mujeres y sólo por razones políticas no las excluyen del todo. Aunque existen hombres como El Bueno, por algún extraño motivo, Los Feos le ganan la partida en el reparto del poder.

Para allanar el camino a El bueno deberíamos cantar a pleno pulmón la canción de los Sirex: Que se mueran los feos, que se mueran los feos, que no quede ninguno, ninguno, ninguno, ninguno de feo .....

(1) Journal Télégraphique: publicación creada en 1869 por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en 1934 cambió su nombre por Journal des Télécommunications
(2) Revista de telégrafos año 1882. El empleo de mujeres en el servicio telegráfico.
(3) Otras fuentes que hablan sobre la mujer y el telégrafo:
Revista de telégrafos Año 1874 Nº 8. Condiciones de la admisión de mujeres en las oficinas telegráficas de Italia. (pdf)
La semana telegráfico-postal. Año 1870, Nº 58. De la participación de la mujer en el servicio telegráfico. (pdf)
Revista de telégrafos Año 1871 Nº 19. Las mujeres telegrafistas en Suecia. (pdf)


Sección-Reflexiones

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miércoles, junio 14, 2006

El Joker

Nunca des por real lo que parece ser.

Siempre he creído que los trepas se les reconocía físicamente por tener la sonrisa permanente, sobre todo delante del jefe. Últimamente me he cruzado con "un sonrisas" al que no dude el calificar de trepa o sogilla. Sonríe siempre a su jefe, pero sin guiñarle el ojo, así que hay que descartar el flirteo.

Cuando no esta su jefe delante, también sonríe. Tan permanente era la sonrisa que pensé que era una mueca producto de un coscorrón infantil, de una "paralis" o algo semejante y empecé a sentirme culpable.

En las reuniones era como el cuadro de la "Gioconda" , pero claro, podía estar posando pues siempre hay alguien en las reuniones que se dedica a hacer dibujitos y con la práctica se aprende. Seguro que le había juzgado mal con mi habitual tendencia del 'piensa mal y acertarás' . Más tarde se descubrió aficionado a varios vicios tóxicos como: escurrir el bulto con una sonrisa, echar basura a los compañeros sonriendo, el inmovilismo como la imagen giocondiana, el escaqueo dejando su sonrisa Cheshire, y el gusto por hacer de eco de lo que se acaba de decir. Un día declaró su máxima 'que no me den problemas y no dar problemas '.

Una vez, uno de sus compañeros le recriminó por encontrarse con alguna cáscara de plátano por sombrero y una colleja sin motivos, y mantuvo su sonrisa Joker.

Ahora estoy en peligro: he descubierto su secreto. Es un ultracuerpo!

Su plan es eliminar a los humanos con la plúmbea sonrisa hasta conseguir que la acrasia(1) se adueñe de ellos. De esta manera los compañeros van perdiendo su personalidad y convirtiéndose en jokers vivientes. Con una ataraxia(2) negativa nacida de una desesperación.

Ya se sabe que el hombre, para ser feliz, tiene que ser dueño de sí mismo, sentir y sentirse. Yo he comenzado a llevar siempre morritos para evitar que las comisuras de la boca se suban.

(1) Debilidad de la voluntad, según el término empleado por los antiguos, refiriéndose a la incapacidad de seguir lo que la razón ha determinado como lo mejor para el individuo
(2) Término con el que los griegos se referían a la paz anímica, a la imperturbabilidad del ánimo.

Sección-Fauna Humana

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sábado, junio 10, 2006

La soguilla

La semana pasada dejaba Enrique un comentario en el post titulado The Musters catalogando a "los consultores mutantes hueros rimbombantes" de TREPAS. Esta palabra me ha traído a la memoria una historia que escribí y que está basada en hechos reales. Aquí va, directamente desde el fondo editorial.
(perdonen los lectores por la falta de novedad pero esta semana no he tenido tiempo de escribir nada nuevo)


Siempre que alguien pronuncia la palabra "trepa", rápidamente lo asocio a un personaje que llamábamos "La Soguilla", por su afición al alpinismo de altas jerarquías. Como practicante de una actividad de riesgo, se ha prejubilado a los cincuenta años con el riñón bien cubierto.

El muchacho siempre quiso estar en la cima, por lo que ya en sus tiempos de estudiante militó en el Partido Comunista, donde recibió una sólida formación (gratis total) en dialéctica y conspiración que utilizó a lo largo de su carrera profesional con suma maestría.

Lo conocí en 1980, cuando entró a trabajar en el mismo proyecto que yo. Todos los que allí trabajábamos éramos muy jóvenes, recién salidos de la Universidad; estábamos en un estado de pureza e idealismo que ahora me hace reír. Queríamos hacer grandes cosas, demostrar lo listos que éramos entregándonos en cuerpo y alma al trabajo. No sabíamos lo que era la corbata y cubríamos nuestra ropa de sport con una bata blanca cuyo bolsillo superior estaba lleno de bolígrafos y lápices, estando los bolsillos inferiores descosidos a fuerza de guardar útiles de trabajo como extractores de EPROM, destornilladores y algún que otro conector.

Él nunca llevó bata, aunque no llegó a ponerse corbata para no desentonar. Nuestros caminos divergieron en tan sólo un año. Los pardillos de la bata perseguíamos terminar un proyecto de innovación a cinco años vista, él simplemente quería ser director de lo que fuese. No había que ser muy listo para darse cuenta de que el entorno de jóvenes soñadores no era el mejor campo abonado de oportunidades para satisfacer sus aspiraciones.

En vez de estudiarse las normas CCITT (ahora ITU) se estudió la estructura de la empresa y la forma de ir escalándola. Eligió a su primera víctima, a fuerza de halagos y zalamerías se hizo su hombre de confianza. Cuando intuyó que su protector iba de capa caída, un mes antes de que lo defenestraran ya había elegido otra presa más propicia a sus intereses y aplicando una técnica depurada de seducción laboral consiguió ser de nuevo mano derecha de alguien con poder.

Los soñadores de la bata veíamos con escándalo su actitud rastrera pero no podíamos dejar de constatar los buenos resultados que obtenía. En ese momento le pusimos el apodo de "La Soguilla" y nos refugiamos en nuestro pundonor para que la injusticia no nos hiriese.

La continua ascensión y el mantenimiento en los estratos superiores de las empresas no es tarea fácil, pero cuando se alcanza un nivel y se consolida, se adquiere una cualidad de flotador en la que es posible mantenerse siempre que no se cause ningún desaguisado. Nuestro trepa necesitó dos años para ser director, cuando se le agotó el elenco de directivos a los que seducir y la empresa empezó a decaer, se buscó el calor de otra compañía a la que accedió en olor de director, apelativo del que no se ha apeado hasta su feliz prejubilación.

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jueves, junio 08, 2006

Síndrome de Abstinencia

Y ahora a desintoxicarse tocan. Porque cuando uno se vuelve adicto a las drogas es lo que tiene: se siente uno maravillosamente bajo sus efectos, pero en cuanto terminan se queda ese vacío doloroso, ese ansia insatisfecha, esa impotencia fatua.

¿Cómo? ¿De qué droga hablo?. Ah, pero, ¿no lo he dicho?. Es sólo amor. Sencillo pero eficaz. La más vieja pastilla, la química infalible.

Y además, esta vez, no es que no lo viera venir. Ya casi iba preparado (o eso creía yo). Porque si se trata de una historia conocida, repetida, aprendida y vivida no es que uno no pueda decir que no le avisaron. Así que me dije antes: no pasa nada, tú tranquilo, esta vez como si nada, tú a lo tuyo. Ya sabes que, si te vuelves a colgar, luego lo pasas muy mal cuando hay que descolgarse. En fin, te rodeas de escepticismo protector.

Pero de nada sirve: cuando llega el momento aparece la droga, y la droga hace que por arte de magia todo se olvide: las prevenciones, los avisos. De repente ya nada importa: estás a gusto, disfrutas, VIVES. El tiempo se detiene. El pasado y el futuro se convierten en sueño. ¡Es que ni siquiera te das cuenta que estás enamorado!.

Y de golpe ella ya no está. ¡No está!. Estás solo de nuevo y te preguntas cómo es posible, qué puedes hacer para recuperarla. Lo intentas todo: la llamas, la buscas, pero sólo alcanzas el vacío. Estás en pleno Síndrome de Abstinencia.

Esta vez he pasado por tres síndromes de abstinencia consecutivos, en tres días, y el último ha sido el peor. En el último llegué a ser consciente de lo que pasaba y decidí borrar las huellas, desconectar los cables para que nunca, nunca más me vuelva a pasar.

Craso error. No puedes ir contra lo que eres, contra lo que sientes, aunque nadie te entienda, ni los demás ni ella misma. Aunque sepas a lo que te expones, ahora ya de forma consciente y plena.

Dicen las campañas del gobierno que La droga mata. Bueno, yo he probado algunas, incluso las sigo usando, comiendo, bebiendo o amando. Hasta ahora no he muerto por ninguna de ellas, pero si hay que morir de algo, por favor que me dejen morir de amor.

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domingo, junio 04, 2006

The Munsters

The Munsters

Esta semana una fuerza invisible me empujó a afilar mi pluma y a despacharme a gusto con una variedad de ecosistema de los consultores que escriben según la tabla de discursos hueros que tan bien describe Julen en su post aburrimiento total .

En el ecosistema de la consultoría no es oro todo lo que reluce. Existe una mutación, consecuencia de los tiempos rápidos en que vivimos, en la que se impone la cantidad sobre la calidad. Las prisas han dado lugar a una variante de la consultoría que me ha traído a la memoria la famosa serie de TV The Munsters(1).

En la familia Munster, Lily representa la elegancia, Herman encierra la esencia del cut&paste de Frankenstein, Granpa, el abuelo vampiro, encarna el estado de allways-on succionando sangre ajena y Eddy, el encantador niño-lobo, la transformación en criatura salvaje bajo ciertas circunstancias. Todas estas características encajan en estos consultores mutantes como un guante, salvo en algunos casos en que carecen de la elegancia de Lily si no han pasado por una consultora de alto standing.

El cut&paste es su mejor, por no decir única, herramienta de trabajo. No tienen experiencia en las trincheras de los proyectos, ni en las retaguardias, por el simple hecho de que nunca han formado parte de ninguno. Sin embargo, desprecian y miran por el hombro a cualquiera que no sean ellos, poniendo un mohín de asquito en su cara ratonera, murmurando por lo bajini en los workshops mientras hacen como que teclean en su laptop .

La función de cut&paste la realizan succionando la sangre ajena, bebiendo de todas las fuentes que pueden, preferiblemente en inglés, que al ser traducidas no macheen con ninguna información que se pueda buscar en google(2). En caso de emergencia, ante las prisas, no dudan en hacerlo de fuentes españolas haciendo suyo el trabajo de un compañero sin, por supuesto, advertirle de la emergencia.

Son muy celosos de su trabajo y recelosos de compartir sus fuentes, tanto, que nunca comparten nada(3). Sin embargo, nunca dicen no, van toreando a los que les solicitan información con aburridos mantazos que no soportaría el toro más noble. Pero cuando se ven en la obligación de colaborar por mandato divino de la dirección, entonces sufren un proceso transformación en criatura salvaje capaces de sembrar el desánimo a los que tienen que colaborar con ellos.

Ni que decir tiene que generan ingentes cantidades de papel huero que una vez encuadernado se convierten en estudios de prestigio(4) y su trabajo es tan valorado por la alta dirección que dicen que son unos Monstruos. Una denominación que comparto, pero evidentemente con distinta semántica.

Nota: Mientras que tenía este post en el horno, Telémaco escribía sobre la avaricia de la información en el post titulado Mr. Scrooge.

(1) No confundir con Addams family. Para los que no hayan visto la serie, en la wikipedia se puede leer un pequeño resumen aquí
(2) Prueba de fuego ante la sopecha de plagio: buscar trozos aleatorios en google para ver si se encuentran ya publicados.
(3) Nunca tendrían una cuenta en del.icio.us
(4) Lo que hace el papel couché

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viernes, junio 02, 2006

Exorcizando fantasmas (2)... por el Día del Libro

Yo quería ser pirata, Ernest Hemingway y azafata.


La cosa es que logré primero lo tercero porque a los diecisiete años decidí dejar temporalmente los estudios y mi madre me mandó a Alemania de au-pair , y cuando regresé decidí empezar a ganarme la vida y pagarme la universidad y todo eso y casi sin proponérmelo conseguí un puesto de trabajo en una línea aérea de esas de vuelos charter.
En el fondo fue una faena para mí lograrlo tan pronto, porque antes de cuatro años ya estaba hasta las narices de estar todo el día con la maletita en la mano y perdiéndome todas las juergas de mi pandilla, pero claro, ganaba una pasta para la época y la edad que yo tenía y en fin, con mi sueldo era un apoyo bastante grande en mi familia.

Como iba de un archipiélago a otro cada semana (de Canarias a Baleares y viceversa), pasaba más tiempo sola que yo qué sé y retomé la sana costumbre de leer; cuando yo tenía unos 14 años, allá en mi pueblo asturiano junto al Cantábrico, la biblioteca era mi segunda casa. Yo fui una cría muy acomplejada y retraída y mientras todas mis amigas empezaban a salir en tropita y quedar con chicos, yo me metía en la biblioteca y me quedaba hasta que Rosina, la bibliotecaria, cerraba las puertas a las tantas de la noche.
Por norma, entre semana, Rosina no te dejaba llevarte a casa más de un libro, y los viernes dos, pero a mí me dejaba llevarme los que quisiera, porque sabía que con dos libros a mí no me daba más que para empezar el fin de semana, así que cuando terminé todas las colecciones escritas para adolescentes (los Hollister, Puck , las mellizas de Santa Clara y Torres de Mallory , los gemelos Bobsey , los cinco de Enyd Blyton ) que te metían en la cabeza ganas de ser detective de andar por casa, empecé con Julio Verne y Emilio Salgari y hubiera dado mi vida por ser chico y convertirme en pirata, porque ser chica a los 14 era un tostón.

Así que a los 15 años más o menos, por descarte, descubrí a Mark Twain , a John Steinbeck y a Hemingway , y me enamoré de este último porque encarnaba todo lo que yo hubiera querido ser en la vida, excepto, claro, el tiro final. No me preguntes por qué no quise ser García Lorca o Miguel Hernández , o maestra o enfermera, los dos primeros porque, a riesgo de recibir un palo, en aquellos días me parecían un poco? agonías, y las dos segundas opciones, pues porque ni los niños ni los enfermos eran lo mío, para qué voy a mentir.

Yo quería ir a una guerra, escribir lo que sentía, vivir pasiones y aventuras que me dejaran cicatrices en el cuerpo y en el alma, aunque visto desde la perspectiva del tiempo, lo que sucedía era que yo no quería vivir la vida que me había tocado, al menos en aquella época.

Pero la vida de azafata me obligó a desprenderme de la coraza con la que escondía mi timidez, porque es muy chungo eso de ponerte de pie en medio un pasillito y hacer el ridículo delante de tropecientas personas que se están cachondeando de ti mientras tratas de explicarles cómo salvar su vida en caso de emergencia; eso te quita hasta el complejo de Electra si te aplicas. Así que poco a poco fui perdiendo las capas de cebolla que me cubrían, y en el camino también fui perdiendo las ganas de ser pirata, de vivir una guerra, de dormir en una tienda de campaña en el Serengeti , porque ya bastantes tumbos daba mi vida a los veintidós años como para meterme en esos berenjenales.

Por esa época fue cuando volví a leer a Lorca y a todos los que en el instituto se me habían atragantado; no me dejaron de parecer un tanto agonías, soy sincera, pero al menos empecé a poner los pies en el suelo y dejar de evadirme en historias que no me iban ni venían, así que entonces decidí escribirlas yo; inventarme esas vidas que me hubiera gustado vivir o simplemente convertir en un cuento cualquier pequeña anécdota de mi vida.
Con los años caí en la Página Definitiva y de rebote en La Sección Femenina , así que supongo que en último lugar conseguí mi segundo deseo de la niñez, el de emular a Hemingway, porque lo de pirata ? je, je, ¡¡Internet da mucho juego !!

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