viernes, julio 08, 2005

El golfista

Siempre se ha dicho que hay dos clases de viudas, las que adquieren esta condición por defunción del marido y las que lo son teniendo el marido en vida. En este segundo grupo se encuentran las mujeres que tienen un marido golfo(1) que no les presta la atención que se merecen, pero como los tiempos cambian, esta viudedad tan viva ha dado lugar a nuevas variantes. Una de ellas es la viuda de marido golfista(2) que aunque produce los mismos efectos de abandono tiene algunos matices que se detallan más adelante.

El marido golfo se cuida muy mucho de contarle a su mujer los logros en sus conquistas, sin embargo, el marido golfista aprovechará el poco rato que estén juntos para relatarle lo bien que lo ha hecho en cada uno de los 18 hoyos, que si me he hecho 5 pares(3); que si en el tres me hice un birdie(4); que si en el 6 casi me hice un eagle(5); que si me he encontrado en el campo 3 bolas(6). El golfista derrocha tanto entusiasmo por este deporte que no puede evitar impregnar el ambiente familiar con su greenmanía. Esto provoca que algunas mujeres prefieran tener un marido golfo a uno golfista ya que al menos no tienen que soportar el relato de tan plúmbeas hazañas.

Al marido golfo, la Big Bertha le sugiere una escultural rubia de bote con enormes senos, pero al golfista con la libido más aplacada sólo le sugiere una madera(7) que le gustaría tener en su bolsa de palos y que posiblemente su viuda en vida le regale por su cumpleaños(8).

Ilustrado por Sonia

Tanto el golfo como el golfista tienen la necesidad de viajar, pero por motivos diferentes. En el primer caso viajará con compañía femenina y buscará el abrigo de discretos hoteles donde sus escarceos amorosos queden a resguardo de miradas curiosas. Sin embargo, el golfista viaja de torneo en torneo, acompañado tan sólo de su bolsa de palos en la que lo único femenino es la Big Bertha; no busca pasar desapercibido, sino al contrario, anhela ganar el torneo y recoger el trofeo ante la mirada envidiosa de los otros participantes.

El golfista, si alguna vez tuvo la condición de golfo, tiene que elegir entre las dos aficiones si quiere superar su handicap(9). Éste sólo se mejora por la práctica y hay que dejar muchas horas en el green y jugar muchos torneos para que vaya descendiendo hasta valores socialmente admisibles. Sólo los que han aprendido a jugar al golf de jóvenes son poseedores de un handicap bajo y pueden compartir su condición de golfistas con la de golfos. Como este deporte ha empezado a popularizarse hace 10 años, únicamente los marquesones y los millonarios de cuna pueden entregarse a los placeres de la carne junto a estos verdes placeres mucho menos libidinosos.

¿Qué puede hacer la viuda de un golfista para dejar de serlo?
Sólo una cosa: aprender a jugar al golf.

Pero esa historia la contaré otro día...

(1) El caso de uso del golfo corresponde a la falta de honestidad por adulterio compulsivo.
(2) Golfista, según la RAE, persona que juega al golf.
(3) El par del hoyo es el número de golpes que un profesional del golf emplearía normalmente en colar la dichosa bola en el agujero. Los hoyos son de 3, 4 y 5 golpes según su longitud.
(4) Birdie : un golpe menos del par del hoyo.
(5) Eagle : dos golpes por debajo el par del hoyo.
(6) Aunque el golfista sea millonario le duele en el alma perder una bola; por ello la alegría de encontrar una en el campo.
(7) Los palos de golf se dividen en maderas, hierros y putters. Las maderas se utilizan para golpes de larga distancia.
(8) Así somos de tontas las mujeres.
(9) Handicap: Número de golpes de ventaja que se le da a un jugador para competir de forma equitativa con jugadores de distinto nivel de juego.

Sección-Fauna Humana

¡¡Ni me menees!!

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