viernes, marzo 16, 2007

Las mentiras: I- El Ratoncito Pérez

El mecanismo de la mentira es algo que se aprende en la más tierna infancia.




Mi vecina Rosa brega a diario con su progenie, compuesta por tres tiernos infantes. El mayor de ellos, a punto de cumplir los diez años, ya ha descubierto alguna de las grandes mentiras de la infancia, y entre ellas la del Ratoncito Pérez. Aunque frente a su madre hace como que no lo sabe. Así puede seguir exigiendo su tributo cada vez que se le cae un diente.

El último diente se le cayó hará una semana. Estuvo toda la tarde diciendo: "Mamá, ¿no se te olvidará lo del Ratoncito Pérez?"

Pero esa noche Rosa, exhausta tras echar de comer a su marido, los tres niños y las dos gatas, tras sacar la carne del congelador para el estofado del día siguiente y dejar la lavadora cargada con ropa de color, olvidó hacer los deberes y el Ratoncito Pérez no apareció.

Su hijo mellado, naturalmente, echó en falta la visita de modo inmediato. Nada más despertarse constató la ausencia de diente y/o regalo bajo la almohada. Sin piedad, empezó a quejarse: "Mamá, ¡el Ratoncito Pérez no ha venido!"

Rosa se sintió culpable por su mala memoria e intentó mascullar una excusa: "No habrá podido, David. Anda, levántate y vístete que llegamos tarde".

Mientras se vestía, David no dejaba de protestar: "No es justo, mamá. Cuando a cualquiera de mis hermanos se le cae un diente, siempre viene. ¡Para él ( y ponía mucho énfasis en ÉL) son mucho más importantes que yo!"

Bombardeada por tan implacable chantaje emocional, y mientras intentaba por cuarta vez abrocharle la cazadora a la pequeña, Rosa empezó a maldecir en silencio al Ratoncito Pérez y a todos los roedores del universo.

Cuando por fin abrió la puerta para salir hacia el colegio con sus polluelos, la gata Blanquita estaba sentada en el umbral junto al magnífico trofeo conseguido en su cacería nocturna: un pequeño, parduzco e inerte ratoncillo de campo.

Rosa, triunfal, el espetó a David: "¿Ves por qué no pudo venir? ¡Aquí tienes al Ratoncito Pérez! Si tienes algo que decir, habla con Blanquita."

Sección-Reflexiones

¡¡Ni me menees!!

8 comentarios:

almena dijo...

jajajaja
ese día, el gato se mereció doble ración de delicatessen de pescado!

:)

Muxfin dijo...

Pocas veces estuvo la Providencia más oportuna.

Anónimo dijo...

Gato como a ratón, perro muerde a gato, entonces f.. tod@s una vuelta más ( hoy que es sábado) y descubrimos que lo único que realmente asustaba a la mujer y al elefante, era un simple ratoncito.


Hablamos de equilibrio?

Bs;
Andrómaco

Unknown dijo...

Ahora entiendo yo porque dejó de traerme monedas el ratoncillo.

Mira tú después de tantos años misterio resuelto.


Muy buena entrada, me ha gustado mucho.

mint dijo...

Genial. Pero pobre gatita, además de asumir estoicamente la culpabilidad de cualquier destrozo en la casa ahora también le toca responsabilizarse de los olvidos de mamá. Estoy de acuerdo, hay que aumentarle la ración, se la gana.

Anónimo dijo...

Lo que hubiera dado yo por ver la cara a David!!!! jajajaja.

Al final tendre que dejar de ser ateo y creerme lo de "Dios proveera"...


Por cierto esa gatita merece ración especial de mimos!!!!

S.M. dijo...

ALMENA:
Bueno, Rosa le ha comprado un lacito colorado....

MUXFIN:
Efectivamente, yo me he acordado de los escarabajos de Jung...

ANONIMO:
Si no es de eso, ¿de que otra cosa podriamos hablar?

TELEMACO:
Yo, con que me trajera una pequeña parte de lo que me gasto en el dentista, me daria por satisfecha.
Tal vez cuando pasen unos años le pedire una dentadura postiza...

MINT:
Blanquita es la heroina de la casa. ¡Que lindo juego de palabras!

Gus dijo...

Pues a mi hijo de 5 años el sábado se le cayó el primer diente, y aunque se trate de una "mentira piadosa", el verle con ilusión y feliz..merece la pena..