viernes, enero 11, 2008

El perezoso


Una de las muchas aportaciones de la cultura judeo-cristiana será calificar a la pereza, como vicio, más concretamente de "pecado capital". Durante siglos se asegurará que la pereza es "la madre de todos los vicios" y se propugnará como remedio: "contra pereza diligencia".

Pese a ello, ignorando anatemas y remedios, los perezosos comenzaron a proliferar de tal suerte que hubo necesidad de clasificarlos. Una de las más simples diferenciaciones establecía dos amplios grupos: a los que llenaban de contenido su ocio se les denominó perezosos listos a los que no perezosos tontos. No es preciso aclarar que estos últimos, son, desde entonces, el grupo más numeroso.

El perezoso listo

Del grupo de perezosos listos existen curiosos ejemplos. Uno de ellos -luego le pondremos apellido- era un chico inteligente, tan fácilmente predispuesto a la evasión, que podía, en cualquier momento iniciar, desde el "puerto" de su pupitre escolar, un fantástico viaje, en busca de esos maravillosos tesoros que están esperando a los adolescentes en la rada de cualquier isla de un mar cualquiera.

Un buen día su maestro cansado de su habitual pereza, le castigó a escribir una redacción sobre el tema: ¿Qué es la pereza?.

A la mañana siguiente, antes de iniciarse la clase, el maestro le preguntó: Robert, ¿Cuántas páginas te ha ocupado la redacción?. Tres, exclamó sonriendo nuestro particular perezoso. Lleno de satisfacción el profesor toma el cuaderno y contempla con asombro lo siguiente: en la primera página solamente había escrito la palabra: ESTO; en la segunda: ES y en la tercera página: PEREZA .

Este especial alumno que años más tarde, corregida su adolescente pereza, escribiría páginas de gloria para la Microbiología, se llamaba: Robert Koch.

Robert era, no cabe duda, un perfecto perezoso para lo rutinario, pero no para lo vocacional. Era en suma el prototipo del "perezoso listo"

El perezoso tonto

Desgraciadamente lo que más abunda entre nuestra fauna humana son los perezosos tontos. Es fácil encontrarlos en los más diversos lugares: el taller, la oficina, el bar de la esquina, subido al andamio, etc.

En un primer momento, el perezoso tonto camufla su condición con un calificativo que no le disgusta del todo: listillo.

Es un personaje que en un primer momento llega a caer simpático. Su especialidad es tratar de "escurrir el bulto". Y lo hace utilizando unos argumentos que en nuestro país tienen una larga tradición: ¡¡ a mí me engañaran en el sueldo, pero no en el trabajo!!.

Es fácil reconocerlo. Suele ponerse enfermo en el momento oportuno - balance de fin de año, situaciones de acúmulo de trabajo, aumento de enfermería, etc.-, y cuando se le encarga una determinada gestión suele utilizar una expresión que le caracteriza y que ayuda a identificarle:

¿Por qué precisamente lo tengo que hacer yo?

Si queréis ver a uno de estos ejemplares en plena acción (es un decir) acercaros a la ventanilla de cualquier oficina, pero sobre todo en las de la Administración Pública. Con un poco de suerte podréis observarle en su habitual y patológica lentitud de movimientos, en su minucioso examen del "anverso y reversos de los papeles dispersos" -como diría Gerardo Diego-, en la ausencia del menor gesto de interés por su trabajo.

Cuando creáis—la esperanza es lo último que se pierde—que está próxima la solución de vuestro asunto, el perezoso tonto, mascullando una inaudible excusa, coloca el cartel de "fuera de servicio" y desaparece. Al cabo de un buen rato y sin acusar el menor gesto de preocupación reaparece en la . Es, en cierta forma, la versión moderna del protagonista del "vuelva Ud. mañana" de nuestro inolvidable Mariano José de Larra.

Solo es posible verle abandonando su habitual pereza, minutos antes de que finalice la jornada laboral. Tras haber realizado una prolongada visita a los servicios, sitúa sus pertenencias al alcance de la mano, tensa los músculos y espera el "pistoletazo de salida". Cuando el reloj avisa, nuestro personaje se lanza a la puerta batiendo records de velocidad y atropellando al que se le cruza.

La vida laboral del perezoso tonto es muy corta. Muy pronto sus bromas van dejando de hacer gracia, su habilidad para descargar sus obligaciones en el compañero más generoso se agota y acaba "conociéndole" hasta la señora de la limpieza.

¡¡Ni me menees!!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Dear MigueL; Enhorabuena por tu ilsutrativo artículo, como siempre. De todas maneras, te disculpo por escribir en Female Secction, echo de menos más; como Gran conocedor del alma humana, que siempre escribas sobre los defectos en masculino(lo/perezoso, etc) y no en femenino, sabiendo que capaces de mayores vicios y virtudes, potenciales de todopunto, que NosOtros.

Personalmente te diré, para/fraseando a los "clásicos" y defendiendo la miqueta de honor que nos queda; la cuestión o es que se avago, es que no me da la gana . Y.


neO

Miguel Arribas dijo...

Querido anónimo: Gracias por tu comentario, y por señalarme el film Office Space que no conocía y que procuraré buscar.
Respecto a mi repetida tendencia de escribir los defectos en masculino, voy a darte una doble disculpa:
-la primera es que los unicos ociosos documentados son los ociosos de la sinagoga. diez personas elegidas entre las clases acomodadas que no tenían otra ocupación que el servicio divino.
-La otra, a riesgo de atraerme las iras del personal masculino y alguna calificación de machista por el sector femenino,¡¡ ES QUE NO ENCUENTRO DEFECTO ALGUNO EN LA MUJER!!.
Son,comprendelo,formas de comportamiento de mi generación prehistórica.
Un abrazo

Enrique Sabaté dijo...

Verán sus mercedes
yo soy perezoso
e hiberno cual oso.
Caiga otro en las redes
de la diligencia
yo sigo a conciencia
la máxima sabia:
"el trabajo agravia";
por eso si puedo
lo dejo aparcado
que hoy no he espabilado
y trabajo con miedo.

Miguel Arribas dijo...

Enrique Sabaté.

Tu romance revela que quien lo escribe es un perezoso listo.Y fíjate, en el ejemplo de Koch, lo que llega a alcanzar un perezoso de ese tipo.
He entrado en tu poético y musical espacio..y sólo me queda darte las gracias por el agradable rato que me has hecho pasar con tu romance de Lope de Mendoza, Cantares y Coplas, etc.
Soy un admirador del romance y de la labor que hacen grupos como Nuevo Mester de Juglaría a los que escucho todos los veranos en el Castillo de Cuellar.
Un abrazo

Lula Towanda dijo...

Mi compañero de despacho Jose es un ejemplo de vago listo. Es incapaz de teclear dos veces algo similar, prefiere hacer un script de unix. Esta costumbre le lleva a veces a trabajar el doble. Por otro lado tengo una ex-colaboradora tan trabajadora que ante de pensar se pone a teclear y siempre le aconsejé que no fuera tan trabajadora que esta actitud le limitaba mucho su capacidad de razonamiento.
Recientemente me he encontrado con un par de vagas redomadamente tontas que me han despertado instintos asesinos.
Miguel, las mujeres tenemos muchos defectos,
Mae West decía: Cuando soy buena soy muy buena pero cuando soy mala soy mejor. Mae era muy sabia

Miguel Arribas dijo...

Lula:

Me he tropezado a lo largo de mi vida con individuos a los que se podía etiquetar como vagos y más tarde pude comprobar que su pereza era la expresión de una falta de vocación para lo que realizaba o una falta de incentivos en su trabajo.

Respecto a mi afirmación de la ausencia de defectos en la mujer, era una forma de provocar al personal y fomentar el debate.
Pero hasta ahora tu has sido la única en respoder al envite.

Besos

Enrique Sabaté dijo...

Soy un vago la verdad, me confieso ardiente defensor del derecho a la pereza; claro que esta no puede ser a costa de lso demás, reivindico una pereza solidaria, un no me corras tanto vida mía que el reloj marca las horas pero se está tan a gustito en la cama y en tus brazos que me da igual que cien sociedades avancen o se dispersen pero a mí que no me toquen. Seguro que me ha determinado mi falta de ambición o quizá la falta de instinto de supervivencia.

Miguel Arribas dijo...

Enrique Sabaté.

La verdad es que tanto en romance como en roman paladino tu elogio a la pereza, es contagioso.
Pero si es en brazos de una mujer eso no es pereza, es ocio divino.
Un abrazo.

Antonio dijo...

CANTO PRIMERO

A las damas, amor,
no gentilezas
de caballeros,
ni cantos de enamorado,
ni muestras, regalos y ternezas
de amorosos afectos y cuidados,
mas el valor, los hechos,
las proezas
de aquellos es-pañoles
esforzados
que a la cerviz de Arauco
no domada
pusieron duro yugo
por la espada.

Alonso de Ercilla
La Araucana


PD; Cuando quiero soy vago y ahora, cuando no quiero no.

Sr. Pérez Oso

Antonio dijo...

Un detalle;

"Los osos perezosos son tan lentos que el musgo crece en su pelaje. Cuando ellos mueven, que no es lo frecuente, les toma tres horas y media pasear una milla. Su metabolismo es tan bajo que holgazanean en los árboles y absorben los rayos del sol durante la parte mayor del día. Me pregunto cómo llegaron a las selvas de América del Sur los dos perezosos, cuando desembarcaron del arca de Noé. ¿Caminaron por Asia, a través del desierto frío de Siberia del norte, cruzaron Alaska, y luego caminaron hasta América del Sur para ponerse calurosos de nuevo? Todo un record roto por los perezosos. ¿Qué comieron en su travesía? ¡Qué buen libro de aventuras sería, con los efectos postcataclísmicos del Diluvio acechando cada uno de sus pasos. ¡Ojalá que esa historia estuviera en la Biblia!"

—Skip Chuch

Miguel Arribas dijo...

Neox:

Verdaderamente estás "que te sales".Todo un perezoso listísimo.
De los bellos versos de la Araucana al viaje del oso perezoso.Y los dos temas ubicados en las Américas.
Y te sobra tiempo para hablar de un estudio comparativo entre las avispas y las abejas!!.
Un abrazo