sábado, febrero 23, 2008

Los vagabundos


De la mala prensa que tiene ese representante de la fauna humana de nuestros días que es el vagabundo, es culpable, sin duda alguna, el haber metido en un mismo saco a vagabundos y vagantes .

Porque los que vemos hoy en las esquinas de nuestras calles o en los pasillos del Metro, envueltos en cartones y viejas mantas, no son vagabundos sino vagantes. Individuos asociales que representan, precisamente el polo opuesto del vagabundear y cuya conducta les sitúa, con frecuencia, al margen de la sociedad.

El auténtico vagabundo marcha sin rumbo de un lado a otro -hace camino al andar-, no tiene por horizonte las sucias paredes del Metro, sino los campos abiertos, las montañas, el cielo estrellado.

Se detiene en un lugar solamente el tiempo necesario para realizar un trabajo temporal y después "coge el hatillo" y sigue su peregrinaje.

Cuando en tus viajes por carretera te cruces con un personaje que camina por la cuneta con paso lento pero firme, piensa que detrás de estos ejemplares de nuestra fauna humana existe una larga y rica tradición.

En la Edad Media los vagabundos viajaban de pueblo en pueblo, viviendo de lo que se les daba y a cambio de ello, divertían a los pobres campesinos con fantásticos relatos, con trovas y canciones.

Durante siglos los vagabundos vivirán mezclados con un curioso mundo de nómadas, buhoneros, charlatanes, pero en medio de ellos siempre sabrán conservar sus señas de identidad.

La literatura universal -recordamos a Gorki- ha tomado al vagabundo cómo protagonista de muchas de sus creaciones.

Pero, desgraciadamente, en estos tiempos de prisas, de veloces automóviles, de autopistas sin horizontes, ya no hay lugar para el vagabundeo, para la contemplación detenida de la naturaleza que nos rodea.

Por ello os confieso que cuando las tres mil quinientas revoluciones de mi vehículo se cruzan con el lento y solitario caminar de un vagabundo, me regalo unos minutos de sueños de libertad.

¡¡Ni me menees!!

8 comentarios:

Antonio dijo...

Estimaod Migue Angel: Me recuerda esto que cuentas, un poco románticamente y lo entiendo, porque se olvida que hay gente con problemas muy graves, tirada en la calle.. a Epicteto.

Un esclavo y preceptor de los hijos de un noble romano, el cual; "asustado" por la formación que estaban recibiendo sus vástagos, decidió dar a nuestro filósofo un escarmiento, rompiéndole las piernas.
Él, sin poder moverse y desde el suelo, contestó; Podrás inmovilizar mi cuerpo y atar mis miembros, pero nunca podrás atar mi pensamiento.
Quizá sea eso, lo que buscan nuestros "vagantes o Bacantes";)

De cualquier manera, muchos de estos que vagan por las aceras y acaban en las cunetas, cual modernos "y sempiternos" Don Quijotes, como muy bien apuntas, son quienes dejaron todo por un sueño y cuando lo perdieron, el mundo dejo de tener sentido. Opino.

También hay grandes dosis de arte y creatividad en la marginalidad; curiosa relación, por cierto. Hay quien también, y conozco casos, prefiere el olvido y al soledad a loca y pavorosa Feria del Mundo.

Magnífico article.
Un abrazo

Antonio dijo...

Y perdona la insistencia, pero desde el EFindEX, a esos que tan bien describes, podríamos llamarlos "VagaMundos".

Hermosa y nigromántica profesión; como la leyenda de "El Holandés Errante", condenado a vagar por los océanos del Mundo para enviar un mensaje a los muertos muchos siglos atrás.

Si cambiamos océanos de agua y sal, por información y navegar por "estar en red", puede ser un símil Curioso, no?.

Salu2

Lula Towanda dijo...

Que mejor ejemplo que D. Quijote, como bien menciona no-no, para expresar eso de echarse a andar por el mundo (VagaMundos).

Los que estamos insertados socialmente nos tienen atados en corto. Todo en la vida tiene su precio.

Tal vez por eso buscamos otros mundos virtuales para vagar (acepción 3 de la RAE: Dicho de una cosa: Andar libre y suelta, o sin el orden y disposición que regularmente debe tener.)

Miguel Arribas dijo...

Apreciado no-no:

Te agradezco la lectura de mi post, pero más aún que nos ofrezcas cosas tan bellas como "25 años" y "Ya ha pasado".
Es curioso que tengamos que mirar atrás y buscar el ejemplo de los grandes pensadores de la Antigüedad para encontrar respuesta a temas de hoy.
Epicteto como,a su forma, Diógenes, tuvieron en la esclavitud y en la pobreza sus mejores aliados para conseguir su libertad de pensamiento.
Un abrazo

Lula:
Cuando decidimos crear una familia y una forma de vida ¡¡que difícil es poder vagabundear!!.
Sólo existe una forma; hacerlo desde nuestro mundo interior o como tu acertadamente apuntas a través de lo virtual.
En lo virtual se encuentra la amistad más desinteresada y la cordialidad más gratificante.
Perdona este ataque agudo de trascendencia!!
Besos

Enrique Sabaté dijo...

Mi primer libro premiado se titulaba de este modo: Vagamundos en rebeldía. No está publicado, sólo gané el segundo premio y supongo que nunca se publicará. Me lo has recordado y te dejo un soneto de los que escribí.

Autorretrato.

Buscando vengo al caer la tarde:
un anillo de luz, un camafeo,
olvido como soy; y aun hago alarde.
¿Qué música compongo sin solfeo?

Alguna vez hurté, siendo cobarde,
los versos que escribía y ahora leo,
y expuse entre los labios ¡cómo arde!
¿palabras confundidas de deseo?

En el cielo de añil y en primavera,
pasante entre las nubes enlazadas,
juglar fui, trapecista y calavera.

Saludo, con placer, las madrugadas;
persigo, sin empacho, mi quimera
escrita en mil paredes encaladas.

Miguel Arribas dijo...

Enrique Sabaté:

Gracias por tu poético obsequio.

Es gratificante escribir unas deshilvanadas líneas y recibir-burla burlando- un bello soneto.

Tendrías que hacer algo por publicar el libro.¿Lo has intentado en la Casa de Cultura del Ayuntamiento?

No te rindas!!

Un abrazo

S.M. dijo...

Hace unos años hice un viaje a lo Thelma y Louise con mi hermana por las Alpujarras. Tras una de las múltiples curvas, fuimos a dar con un hombre barbado en bicicleta que llevaba la casa a cuestas.

Al verlo, mi hermana hizo un comentario que reveló más de sí misma que todos nuestros años de convivencia:

“Ver a alguien así siempre me confunde. Me da pena, pero no me da pena. Y me da envidia, pero no me da envidia.”

Supongo que es el vértigo de la libertad, anhelo inherente al ser humano. Conviviendo con el anhelo de la camada y el hogar.

¿Será que al fin sólo somos eso, cúmulo de anhelos encontrados?

Miguel Arribas dijo...

S.M

Con tu afortunada frase:
"un cúmulo de anhelos encontrados" has definido lo que yo quería decir al referirme a "unos sueños de libertad".

Con demasiada frecuencia los sueños se "encuentran" y "chocan" con la cotidiana realidad.

Besos