viernes, noviembre 11, 2005

Valparaíso

Hace exactamente un año tuve la oportunidad de viajar a Santiago de Chile por motivos de trabajo, oportunidad que mejoré con la compañía de mi marido y algunos días de vacaciones. Como la suerte estaba de cara, en Santiago trabaja un amigo mío(1) que nos ofreció su casa y nos prestó su coche, para que pudiéramos visitar Valparaíso.


Cuando llegué a Valparaíso, vi una ciudad singular llena de personalidad, nacida alrededor del puerto, expandiéndose sobre sus cerrillos con casas multicolores dentro de un caos multicultural. En los tiempos que describe Isabel Allende en su novela "La hija de la Fortuna", en plena fiebre del oro, debió ser un lugar de paso, con un continuo trasiego de barcos que vienen y van. Un lugar donde los marinos descansan mirando al mar para embarcar de nuevo. El paso de los años le ha quitado dinamismo al puerto y se percibe un aire decadente no exento de encanto. La bella ciudad ha empezado a marchitarse y algunos especuladores la han herido con bloques de hormigón infames. Desde el 2003 es patrimonio de la humanidad y cabe la esperanza de que los del ladrillo se dediquen a restaurar, más que a destruir para construir algo que será mucho peor que lo que había.

Comimos un estupendo pescado en el restaurante Turri(2) mientras disfrutábamos de unas impresionantes vistas a la bahía. Para llegar al restaurante, que está situado en el Cerro Concepción, subimos a pie y casi me quedo sin respiración. Al salir del restaurante vimos que había un ascensor decimonónico para bajar al puerto. El acceso a los ascensores que suben a los cerrillos está camuflado en portales normales y hay que estar muy despierto para detectarlos(3).

Después de la comida nos dispusimos a dar un paseo y en la Plaza Sotomayor mi marido, que tiene muy buena vista, vislumbró la entrada al ascensor del Cerro Alegre. El ingenio mecánico nos dejó al lado del Palacio Baburizza, una bella muestra del art nouveau. Y allí encontramos una flecha que nos indicaba cómo llegar a la Sebastiana, la casa de Pablo Neruda. Con flechas azules en el pavimento o en las paredes, caminamos casi tres kilómetros siguiendo las curvas de nivel de los cerrillos, sin perder nunca de vista la bahía. Vimos todo tipo de casas, de todos los colores y de todos los estilos. Cuando por fin llegamos a la Sebastiana encontramos la cancela cerrada porque era lunes, mal día para visitar museos. Nunca olvidaré mientras viva el paseo que dimos por los cerrillos, me quedó grabado en el cerebro y solo tengo que cerrar los ojos para volver a ver la bahía de Valparaíso.


A la misma distancia que existe entre Santiago y Valparaíso, unos 120 kms, desde Madrid se puede visitar en la provincia de Cuenca, no uno, sino dos Valparaísos, el de arriba y el de abajo(4). Ambos pueblos deben su nombre al río Paraíso y forman parte de los Campos del Paraíso(5). El que le puso nombre al río no cabe duda que fue un optimista y que lo miró con arrobo. El río Paraíso discurre con escasas aguas, por unas tierras onduladas donde impera el cultivo del cereal y los árboles son excepción. La variedad cromática del entorno es la que aplicaría un niño si coloreara un paisaje, todo verde en los primeros brotes del cereal, todo amarillo cuando está a punto de la siega y todo marrón después de la cosecha, volviendo la tierra a mostrarse desnuda, tal como es.

A pesar de ser de Cuenca, no me ciega el amor a mi tierra para no ver que el nombre del río y de los pueblos son un eufemismo. Pero no somos los únicos optimistas, los zamoranos también tienen otro Valparaíso(6), junto al embalse del mismo nombre, y tampoco debe ser como el que había entre los ríos Tigris y el Éufrates, ni como el que está a orillas del Pacífico.

Pero estas tierras onduladas, de cerrillos romos, a las que el río Paraíso elevó con tan bello nombre, fueron la cuna de Juan de Saavedra , que descubrió la bahía de Alimapu, a la que bautizó como Valparaíso. Consiguió que esta vez el nombre estuviera a la altura de la belleza de lo nombrado. Sin embargo, el conquistador no disfrutó de su descubrimiento, volvió a Lima y más tarde a su pueblo. Sus restos descansan en Valparaíso de arriba, en la capilla del conquistador de la iglesia de San Miguel Arcángel.


(1) Yo le conocí de becario y en Santiago todos le llamaban "Don Pedro"
(2) En la mesa de al lado había ejecutivos españoles del sector de la construcción comiendo con un jefe de obra chileno. Su presencia nos alegró por dos motivos, por poder cotillear la conversación y por tener la seguridad de que en el Turri se comía bien.
(3) Si el lector siente curiosidad por conocer los ascensores de Valparaíso, en esta dirección de internet podrá satisfacerla: http://www.sernatur.cl/valpo/patrimonio.htm
(4) Lo de arriba y abajo es muy castellano y siempre da lugar a eternas rivalidades y disputas entre los pueblos del mismo nombre.
(5) Los Campos del Paraíso tiene su propia Web (por si lees esto desde el trabajo, cuidado que tiene música) camposdelparaiso.com
(6) Algunos historiadores consideran que allí nació Fernando III el Santo. Naciera o no en Valparaíso, el clima de la zona le impulsó a poner rumbo al sur para buscar tierras más cálidas. Conquistó gran parte de Andalucía y fijó residencia en Sevilla, donde murió. Los sevillanos lo tienen en un altar aunque no saben pronunciar bien su nombre, pues dicen: "Fennando".
(7)Juan de Saavedra militó a las órdenes de Diego de Almagro. En la primera expedición hacia Chile en 1535, Almagro envió a Juan de Saavedra a reconocer las costas en la embarcación que le había traído refuerzos desde el Perú. Saavedra alcanzó hasta la zona de Alimapu, que llamó Valparaíso, como su ciudad natal.
Juan de Saavedra fue un hombre cabal que no quiso participar en la guerra fraticida ente Diego de Almagro y Francisco Pizarro.

Sección-Cuaderno de viajes

¡¡Ni me menees!!

17 comentarios:

Hernán Fco. dijo...

Bravo niña, excelente relato de nuestro Valparaiso llamado La perla del Pacifico cuna de poetas y de bohemia, yo mientras vivia en la bella Viña del Mar donde hicimos famoso al cantante Julio Iglesias, estudie en la Universidad Catolica de Valparaiso, ahora vivo en Santiago de Chile y te invito a visitar mi blog y mi flickr donde encontrarás muchas fotos de Valparaiso.

Zifnab dijo...

Como mola viajar. A mi me jode un poco que sean los demás los que viajen, pero siendo tu y contándolo así, haremos la vista gorda por una vez. Me apete el paseo a la Sebastiana, las cosas como son. Y la serranía de Cuenca es tremendamente hermosa, sin que haga falta que que te ciegue la pasión del indígena.

Se feliz

Lula Towanda dijo...

Hernán Fco. Ya he visitado tu blog (deje mi huella) y tu flickr con unas preciosas fotos de Valparaíso. Que suerte que vivieras un tiempo en Valparaíso, se te habrán quedado los ojos educados en la belleza.
Cuando me marché de Santiago tuve la sensación que no era un adiós, sino un hasta luego.

Zifnab Lo de viajar es sacar unos días de vacaciones y ponerse en marcha. Rebuscando por Internet se encuentran precios para todos los bolsillos. Otra opción es visitar a los amigos que están fuera, que siempre hay.
Los Valparaíso de Cuenca no están en la Serranía, sino en la antesala. Son llanuras ondulantes, apacibles, pero de una belleza nada exuberante. Para ir a mi pueblo (este sí en la serranía) desde Madrid hay que pasar por Valparaíso y siempre me chocó lo ilógico del nombre. No veas la sorpresa que me llevé cuando al documentarme sobre Valparaíso (del Pacífico) para escribir este post descubrí que fue un conquense de Valparaíso de arriba el que descubrió a la perla del Pacífico.

Anónimo dijo...

Siempre leyéndote cuando describes, tus viajes o las ciudades y pueblos que visitas dan ganas de darse una vuelta por allí. Besos.

Karolina dijo...

Gracias por visitarme y qué sorpresa encontrarme con tan hermosa descripción de Valparaíso.

Seguiré visitándote.
Saludos!

Anónimo dijo...

y penese durante tanto tiempo, solo los chilenos apreciabamos la belleza de esta singular ciudad, exelente descripcion

Briseida dijo...

Buen recorrido por los valles de los Paraísos!
Sí. El Valparaíso zamorano parece que fue la cuna de Fernando III. Allí hay una pequeña fuentecita, junto al arcén de la carretera que une Zamora con Salamanca. Muchos camioneros paran allí para beber un trago de una exquisita agua fresca. Y muchos zamoranos se llegan hasta allí para llenar botellas de tan rica agua...

Besos!

Anónimo dijo...

tiene que ser un lugar muy hermoso, tan bien es un buen ejemplo para ver que dos cosas con el mismo nombre no tienen porque ser iguales
besos

Anónimo dijo...

Paisana, con respecto a lo del VAIT, i'm sorry, pero me temo que juegas con demasiada ventaja...así que prefiero no jugar...
Por otro lado, sigues sin contestar mi pregunta...aunque deduzco por lo que he leído en tu web, que actualmente...eres más de lo que haces o sueles hacer...me equivoco????

Agur.

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu descripción de las dos tierras.
Me he enamorado de la casa amarilla de la foto (qué maravilla).

cerise dijo...

Me gusta como invitas a tus lectores, somos participes del viaje y tus experiencias son casi nuestras.

Unknown dijo...

Si a mi me preguntan donde está el paraiso contestaría con el nombre de una pequeña aldea de Guadalajara.
Me imagino que a los que la visiten no les parecerá bonita, pero el concepto de paraiso es un concepto subjetivo. Y yo pienso que tiene mucho más que ver con los recuerdos de las vivencias que se asocian a cada lugar.

Lula Towanda dijo...

María Me encanta recrearme en ellos, es como volver a viajar.

La Revolución de las Costillas Suerte que puedes dejarte caer por Valparaíso sin tener que cruzar el charco.

Chanchito La belleza que no tiene discusión hace mella en todos los ojos.

almena Me falta visitar el Valparaíso de Zamora, que con lo que me cuentas de la fuente ya pasa a ser objetivo de viaje. Tengo una colección de fotos mías bebiendo agua de todos los caños que encuentro a mi paso. Mi marido que conoce mis inclinaciones cuando ve una fuente prepara la cámara de fotos.
Parece mentira que Fernando III cambiara este agua por la de Sevilla, tiene delito... .

pablo Seguro en Valparaíso te visitarían las musas, por eso tenía casa allí Neruda.

Anonymous No te guardo rencor por lo de VAIT porque es malo para el cutis :-). No entiendo lo de la ventaja, seguiremos de anónimos. Respecto a tu pregunta: sin duda no soy, pude estar pero no me gustó el camino y al final hago lo que puedo para sobrevivir, ejercitando día a día el ingenio.

mapashita Había casas de todos los colores, pero esta amarilla me gustó mucho y me alegré de encontrar la foto. Una ciudad así no se olvida nunca y mis tierras Conqueneses, más pardas, también tienen su encanto, aunque podrían romper su monotonía de color....

cerise Pues este año llevo mal lo del viaje otoño/invierno por complicaciones familiares. Tendré que recurrir al relato de ficción.

Telémaco Hace mucho los ojos con que miras tu tierra, pero hay tierras que enamoran a todos los ojos

Anónimo dijo...

Coincido contigo en lo del cutis, en este caso para mi es malo el jugar con ventaja, así que dejaremos el rencor y el VAIT para un futuro no muy cercano...

Haces lo que puedes....o lo que te dejan hacer???? Te has convertido tal vez en una especie de figura decorativa que sirve esporádicamente como comodín????
Percibo un deje de desilusión en tu exposición y me gustaría conocer tu punto de vista.

Agur.

Anónimo dijo...

Qué coincidencia, hoy desperté con ganas de saber dónde está el lugar, en España, que le dió el nombre a mi ciudad, ciudad de terremotos, de fuertes temporales, de pescadores Changos, de ascensores, de calles de un metro de ancho, de volantines, ciudad de presidentes y fuegos artificiales. Ahora que vivo en España quiero visitar su pueblo y donde están los restos de la persona que no descubrió, porque siempre estuvo ahi, Valparaíso, sino que fue quien la mostró al mundo. Nosotros quizás también tenemos un Valparaíso arriba, que es el de la gente humilde, de la gente pobre sin oportunidades y un Valparaíso abajo, el del plan de la ciudad, el del dinero, el que se lleva las ganancias del turista. Gracias Juan de Saavedra por mostrar nuestros 42 cerros.

Lula Towanda dijo...

Yuri Así cerramos el círculo.
Una de Cuenca conoce la perla de Pacífico y un Chileno visita la cuna del descubridor.
Como verás los Valparaíso de Cuenca son insignificantes frente a vuestra Perla, pero son parte de la historia de tu ciudad.

Anónimo dijo...

Valparaiso de Arriba

http://www.valparaiso.es.tl/