La derecha de la izquierda o viceversa
Que los argentinos somos extraños, no hay quien lo niegue y yo, como buena argentina, soy la primera en afirmarlo. Dentro de la "extrañeza" que nos aqueja, hay un componente que no tiene desperdicio: la forma de elegir gobernantes y de soportarlos.
En los "bienvividos" 60 años que acusa mi DNI(1) y que no trato de ocultar pues se me notan, he visto desfilar por la Casa Rosada(2) cuantos ejemplares de Pitecantropus Erectus pueda una imaginarse y que harían la delicia de cualquier antropólogo.
Los hemos tenido diestros, zurdos y siniestros, o sea, para todos los gustos... menos para el gusto de los argentinos. ¿Somos un pueblo de derecha? ¿de izquierda? ¿de centro?, también nos preguntamos si somos de centro-izquierda ¿de centro-derecha? ¿de extrema izquierda? ¿de extrema derecha?... y así, hasta el infinito, hacemos combinaciones dignas de mi amigo Pitágoras (eso de amigo es sin recordar mis años de la secundaria y su Teorema Infernal).
Cuando llega la época de elegir gobierno, una mira el mapa de candidatos y es tan grande la melange, que se hace imposible encontrar un político que represente, en estado puro, cualquiera de las líneas tradicionales en el mundo.
Tenemos aquellos que, en su afán de diferenciarse, se autodefinen como de "izquierda de la derecha" o también, "la derecha de la izquierda", y no olvido los que son "la izquierda auténtica", "el centro de la derecha", o la humilde "izquierda moderada", como aquellos otros definidos como "la izquierda del centro"... y podría seguir.
Con esto podríamos decir que son todos la misma cosa.
Porque si alguien tiene ideas de izquierda, ¿cómo explicamos cual es la "izquierda de la derecha"?
Pero al fin de cuentas, cuando el aturdido elector sale del cuarto oscuro, que cada vez son más amplios pues no hay sitio para poner tantas boletas (3), no sabe si ha elegido a alguien que representa sus ideas o las del vecino, pero como por alguno hay que decidirse, da lo mismo.
Y digo bien. Da lo mismo.
Porque también las listas de candidatos de cada partido político están integradas por algunos señores (o señoras) que aparecen en diferentes listas, pero lo más llamativo de esto es que a veces las listas son de líneas diferentes.
¿Y eso? ¿Cómo se explica?
El Señor Pedro integra la lista del candidato José que es de centro-derecha, pero también lo encontramos integrando la lista de Antonio que, ¡oh misterio! es de la izquierda de la derecha...
Aquí ya el elector está preso de un ataque de nervios.
Hemos elegido a un candidato autoproclamado como de izquierda y a los pocos meses de gobierno lo vemos llevando a la práctica ideas de derecha.
¿Será esto la globalización de las ideas políticas de la que tanto se habla?
Pues si es así, los argentinos somos la cuna de la globalización.
¡Cuánta envidia, y de la mala, siento cuando, en mis madrugadas insomnes, veo en la TV internacional las elecciones en otras partes del mundo.
Envidio a esos países que tienen 2, 3 ó 4 partidos políticos por quien decidirse y perfectamente definidos en su línea ideológica: los de derecha son de derecha y los de izquierda son de izquierda!!! y por ahí aparecen los del centro como una opción intermedia y hasta sana, para quienes no aman los extremos. Pero allí se termina el laberinto.
Me los imagino entrando al cuarto oscuro y en un minuto encontrar la boleta que los identifica políticamente, ponerla en el sobre y ¡listo! derechito a la urna y luego a casa a beber una cervecita con picada (4) para esperar el resultado.
Aquí, en cambio, entras al cuarto oscuro y debes:
- Ponerte las gafas para poder leer el nombre del candidato.
- Calzar buenos zapatos para recorrer el salón en el cual están las interminables mesas que soportan la infinita cantidad de boletas.
- Haber hecho varias horas de abdominales para poder levantar del piso si la boleta que buscas no obtuvo un lugar sobre la mesa, porque no caben más mesas en la sala.
- Llevar un agua mineral en el bolso por si se seca tu garganta mientras buscas a tu candidato (y, porqué no, un bocadillo también).
- Salir con cara de "jugador de póquer" para que, los que están esperando para entrar, no te fulminen con la mirada por el tiempo transcurrido.
Y así, año tras año, los argentinos sumamos candidatos con aspiraciones de mandatarios, cada vez más cantidad y menos calidad.
Cada vez atomizamos más las líneas políticas tradicionales para confundir al pobre ciudadano, mezclándolas con la habilidad de un Chef de Grand Hotel que quiere sorprender a los turistas con su alquimia.
En definitiva, el resultado es un cocido de taberna de pueblo.
Hasta la próxima, desde el sur.
(1) DNI Documento Nacional de Identidad.
(2) Casa Rosada: nombre con que se conoce a la sede del Gobierno Nacional.
(3) Boletas. Papeleta donde figura el candidato a votar.
(4) Picada. Algo similar a las "tapas" española
Sección-Sapos y Culebras
Politicos
10 comentarios:
Bienvenida al Blog
En este globo vicioso que es la política, lo importante (para ellos) es estar, y en cada país desarrollan su propia tecnología.
Todo depende del estado, en unos países sus partidos están en estado gaseoso y tienden a ocupar todo el espacio por lo que no dejan lugar a "gases raros".
Por lo que comentas, en tu país el estado es líquido y las gotas (o manchas), caen donde pueden.
por cierto...
¿dónde tenía yo la mano derecha?
genial. Está realmente genial. Lo que más me ha sorprendido es eso de que un mismo candidato figure en dos listas distintas...
:-)
Pasé a desearte un buen fin de semana...estés en lado izquierdo, o en el derecho,jejeje
Besos
Pues si. La verdad que mucho tino no habeis tenido con los dirijentes, ahora uno comienza a explicarse por qué. Claro que en todas partes cuecen habas, y que aquí en la Madrastra Patria nos dió por ponernos enfermos de ideologías y por considerar importante en tu forma de valorar a una persona el partido político por el que vota. En fin, que que le vamos a hacer
Se feliz Lica
Y tu también Lula
y al final cuando ves el resultado... estan todos en la misma acera sea de Argentina o de cualquier otro pais...
Aquí, en la patria, tampoco es fácil distinguir o yo no lo veo claro, porque aunque parezcan o digan que son de izquierdas o derechas, al final no sé distinguir la política que hacen porque a veces,.... no es fácil no te creas. Muy bueno tu post, felicidades. Besos a ti y a Lula, por supuesto.
Lula feliz regreso, nada creo que no sólo los argentinos son raros, por acá los políticos también son bien raros y si bien hay pocos partidos dentro de ellos está la cagada y muchos grupúsculos cual de ellos más macuquero
cariños
Burton: mi regreso ha sido para maquetar el post de Lica. Sigo con los exámenes de febrero y sin tiempo libre para poder escribir.
Lica: la verdad es que los políticos son extraterrestres que hablan raro,raro,raro. Antes de cumplir los 30 trabajé a las órdenes de un político y no me quedaba en la espalda sitio para una nueva cuchillada, pero lo increíble es que a pesar de todo me caía bien. ¿Será que te hipnotizan?
No sabía yo esa faceta de la política argentina. Tengo un compañero de allí y la verdad no hablamos de estos temas, pero cuando tenga oportunidad se lo voy a comentar, a ver qué me cuenta él (la semana que viene tenemos que hacer un viaje de trabajo, así que aprovecharé).
Gracias Lula por enlazarme en tu blog.
Dicen que cada país se merece los gobernantes que tiene. Yo, sinceramente, dudo que haya gente que se merezca la mezca de idiotez, maldad e ignorancia satisfecha que parece caracterizar al 99% de los políticos. Y salvo a un 1%, no porque conozca a algún político que pueda entrar en ese grupo, sino porque luego dicen que soy muy radical.
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