miércoles, marzo 07, 2007

El frío


Una vez que el hambre pasó a ser una compañera habitual, vino el frío a incrementar mi círculo de amistades. Llegó en octubre y no se marchó hasta febrero. Contra el frío no servían las estrategias para escapar de las legumbres, ni la solidaridad, ni la negociación, ni la picaresca. Menos mal que Dios aprieta pero no ahoga; existían las camisetas de la Camerana y gracias a ellas casi pude hacer vida normal.

La camiseta de la Camerana era un escudo térmico que me proporcionaba el calor necesario para no caer en el letargo. Sin embargo, las partes del cuerpo que no cubría sufrían las inclemencias del tiempo. La piel de mi cara, mis manos y mis piernas se tornó dura y de una textura entre pez y lagarto, llena de escamas. Ese letargo ante el frío y esa piel escamada delataban que mis secuencias de ADN tenían mucho que ver con las lagartijas.

Como buena lagartija era inquieta y me metía por todos los rincones pero lo que más me gustaba era buscar el sol en el patio del colegio. Cuando Lorenzo brillaba, me sentaba en unos tubos de hormigón que había apoyados en una pared soleada y era capaz de pasarme todo el recreo sin pestañear absorbiendo sus rayos mientras mis amigas se divertían jugando. Allí empezó mi adoración al dios sol que pasados los años derivó en mi afición a tomarlo vuelta y vuelta en la playa.

Dentro del colegio el frío era omnipresente. Allí no llegaban los rayos de sol, excepto a una zona de paso acristalada que llamábamos la canariera. El edificio era decimonónico, de techos altísimos y de salas de grandes dimensiones: El comedor; las clases; las salas de estudio; la sala de música; los dormitorios; los roperos... No había forma de escapar del frío salvo en el cuarto de calderas en el que nos escondíamos aunque estaba prohibido. Nos recordaba a las cocinas de las casas normales en las que reinaba el calor y aprovechábamos para tostar pan y matar el hambre a la vez.

Al caer el sol el frío nos acompañaba hasta los dormitorios bautizados con nombres como Santo Ángel, Santa Luisa, San Joaquín, etc. y cada uno albergaba casi medio centenar de camas. No eran precisamente un lugar cálido ni íntimo para conciliar el sueño. Estaba prohibido hablar en ellos pero se nos olvidaba continuamente. Cuando la monja que estaba de guardia detectaba un rumor de conversaciones abría la puerta de sopetón y decía: ¡Santo Ángel, al pasillo! y allí íbamos las charlatanas a sufrir un plantón de media hora en camisón en el pasillo helado y ¡sin la camiseta de la Camerana!

Recordar estas escenas me da frío, tanto como el que paso en mi despacho. Espero que cuando lea esto Jose me deje poner el termostato a 25 grados.

¡¡Ni me menees!!

10 comentarios:

S.M. dijo...

AL RESPECTO DE LOS SAURIOS Y EL SOL, RECORDE LOS BELLISIMOS VERSOS DE CIORAN:

"TU CUERPO...
PARA TENDERME EN EL
COMO LAGARTO AL SOL
EN LOS DIAS DE TRISTEZA"

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Yo nunca he sido friolero... hasta hace cuatro días pudiéramos decir. Se me enfrían los pies, las manos, las orejas. Así que ya he decidido que dejo el alcohol. Que lo dedico a prendas térmicas. Cosas de la edad.
En mi colegio el frío era sinónimo de partidos de fútbol con el equipo de San Vicente de Pául (más conocido como Baracaldo Paúles) allá en los meses invernales en aquellos campos donde el cesped se negó a arraigar. Barro, revolcones, balones que pesaban un huevo... Claro que no había prendas térmicas sino pura inconsciencia infantil y juvenil.
A ver si un día escribo sobre los ánimos que nos mandaba el Padre Crespo, que daba latín, pero estaba loco.

Muxfin dijo...

Tus relatos escolares me recuerdan a Oliver Twist.

Karolina dijo...

FELIZ DÍA DE LA MUJER!!!

Un abrazo cariñoso,
Karolina

Unknown dijo...

¡Venga José!. ¡A ver si se nos va a resfriar Lula!.

Anónimo dijo...

Yo, si he pasado algo en la infancia, ha sido calor, con una madre obsesionada por que todas las enfermedades eran causadas porque te enfriabas. Para ella los virus no existen. Todo es el frío.

Rrío dijo...

Mi recuerdo es cruzar un campo de futbol completamente helado, con mis pantalones cortos que llevábamos todo el año.

Ya ves, ahora hay algunos colegios que los prohiben por indecorosos.

Entonces si que había heladas, no como hoy que en cuanto que amenaza el hombre del tiempo de turno amanecen las calles con una capa blanca (de sal, obviamente).

Pero a mi me parece que, a pesar de ello, se cogían menos catarros y gripes que hoy, con todas las calefacciones y prendas de abrigo que quieras.

Seoman dijo...

Aqui hace mucho frio. Aunqeu no soy friolero, prefioro escenas de calor..Aunque si aparece Ice Age, se te quita un poco el frio...
Es el dia de la mujer. Y no os mereceris un dia sino todos los dias del año. Que mejor manera que celebrarlo con vosotras. Besos

Fernando García Pañeda dijo...

A Julen se le ha olvidado la cantidad de duchas de las que sólo manaba agua helada. Y la alternativa era seguir cubierto de lodo (¿se adivina que jugábamos en el mismo equipo?). Pero, como bien dice, era inconsciencia voluntaria.
Lula, si el Jose no te hace caso, avísame, que se lo explico yo de otra manera...

Lula Towanda dijo...

S.M.: Muy bonitos los versos

Julen: Y yo que te hacía insensible a las inclemencias del tiempo subiendo puertos de montaña con tu bici. Veo que eres humano y que se te enfrían lo pies como a tantos otros.
Me quedo esperando por un post del padre Crespo y su circunstancias en el gélido campo de fútbol.

Muxfin: Cuando leí a Oliver Twist y Jane Eyre me quedé perpleja de que no hubiera cambiado nada en los colegios desde su tiempo.

Costillita: Felicidades también a ti

Telemaco: Jose se ha reído mucho con tu comentario. Hoy tengo el despacho a 24 grados y el pobre está sudando.

Kotiussa: Que de acuerdo estoy con tu madre. Siempre que mi salud se resiente se lo achaco al frío.

Rio: Hay que ver el frío que deberíais pasar con los pantaloncitos cortos. Estaríais deseando haceros mayores aunque solo fuera para abrigaros las piernas.
Parece que frío-fútbol van juntitos.

Seoman: Muchas gracias por tu deseo para las mujeres curritas.

Fernando: Con esas duchas de agua fría tendríais los nervios la mar de templados.

Jose empieza a preocupare por su integridad física :-)