miércoles, marzo 14, 2007

La primavera ha venido...


... nadie sabe cómo ha sido, ha despertado la rana, el almendro ha florecido, en el campo se escucha el cri-cri de un grillo, la primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido, chán chán!!!

Y digo yo, quiero en mi vida al director de Marketing de la Primavera, porque época del año más sobreestimada, sobrevalorada y traída y llevada que la primavera, vamos, las Navidades y el Corte Inglés ya lo querrían para sí.

Llega la primavera y los asmáticos y poli alérgicos se ponen insoportables; llega la primavera y como no te hayas pasado días en el cacharrito ese de rayos uva, tus piernas tienen un color azul verdoso que ni te atreves a quitarte las medias hasta bien entrado junio; llega la primavera y sí, empiezas a dormir con las ventanas abiertas, pero los gatos andan en celo y no te dejan dormir, los pájaros te despiertan antes que el despertador, y como la vecina de abajo tenga una maceta en el alféizar de la ventana, es que sálvese quién pueda porque del grillo de antes no te libra ni San Pedro.

Ya ni me quiero poner a hablar de lo bonito que es ver nacer cervatillos y elefantes, pechada de Dumbo y Bambi del finde pasado, ¿se nota?, porque el otro día escuché o leí o me dijeron que los animales están tan descontrolados por culpa del cambio climático que ya no saben si aparearse, hibernar, cazar o irse de compras.

Yo me pregunto… qué tienen en contra del otoño?

En otoño el aire HUELE y además lo pueden oler todos, porque ponte a respirar a todo pulmón en la plaza de tu pueblo en plena primavera y verás cómo te tienen que llevar a urgencias con los bronquios encharcados de polen.

En otoño los colores son más vivos, más encendidos, en la primavera es todo tan insípidamente color "pastel" que parece un cuadro "naïf" ñoño y sensiblero.

En otoño, si tienes novio, ya empezamos con lo mismo de siempre pero sigo en la brecha, decía que si tienes novio pues mira, te vas a comprar castañas asadas y a tomar vinitos a un garito cutre y cálido y hasta te enamoras sin darte cuenta y si no lo tienes, pues en esos garitos cutres y cálidos y con el fresquete que empieza a hacer fuera, siempre se puede encontrar una "un helecho".

Porque en primavera, para empezar, si no tienes novio eres como la fea en la boda, todo cristo te mira mal, en primavera dicen que se te alteran las hormonas y yo me pregunto ¿qué tiene de divertido que se te alteren las jodías hormonas si no tienes a quién demostrárselo?, en primavera, como en una viñeta de Mafalda, todo el mundo se empareja "porque sí", hasta las mariquitas de San Juan, como en el anuncio del coche, y si a ti te da por andar "solana" y miras a tu alrededor… es como lo del día de San Valentín, apetece sacar escopetas y hacer masacres tipo USA.

Y ya por último, en primavera no puedo ponerme más el abrigo estupendo de conejo que me trajo mi madre de Argentina hace tres años y que obviamente viviendo en Canarias solo puedo usar en contadas ocasiones y en lugares fríos del norte, y eso, realmente, creo que es lo que más me da por saco, porque es precioso.

Independientemente de este exabrupto tonto, ñoño, superficial y antiecológico (aunque cuando regañé a mi madre por traérmelo, me dijo que eran conejos que se usaban para el consumo cárnico, que qué más me daba y yo a mamá le estoy empezando a hacer caso), independientemente de eso, quería decir, la primavera tiene un departamento de Publicidad que muchos quisieran, porque no es así, donde esté el otoño que se quiten las demás estaciones, porque ya no me voy a poner a hablar de los calores veraniegos ni de la tortura pre, entre y post navideña que ya dura los tres meses del invierno y parte de lo anterior.

¡¡Ni me menees!!

4 comentarios:

mint dijo...

Tienes razón la primavera está sobrevalorada. Te lo digo con una mano en el pañuelo combatiendo el maldito moquillo primaveral. El otoño se ha ido haciendo cada vez más pequeño y ya prácticamente sólo tenemos dos estaciones (y a poco que nos descuidemos solamente una). En primavera empieza la época de los institutos, mi ciudad se llena de todos los estudiantes de secundaria de la Unión Europea en viaje de fin de curso. Eso si que es una manifestación de hormonas. Para mi la primavera es ir a recoger narcisos con mis hijas al campo. Duran solamente unos días pero nos recuerdan que estamos un año más juntos y tirando adelante. Un beso.

Fernando García Pañeda dijo...

Sin perjucio de compartir la idea de la sobrevaloración de la primavera, me parece que cada estación tiene su aquel. Es cuestión de encontrarlo, supongo. O de acomodarse.

Anónimo dijo...

-- Venga, tranquila, ya paso, ya paso... --

Y despues de este apoyo paternalista. Lo unico que puedo decir es que actualmente estoy desintoxicandome de la tarjeta el corteingles y que a ratos me gusta la primavera a ratos no.. asi que no me hagas mucho caso....

Re dijo...

De todos modos, ando con las hormonas bastante alteradas últimamente, esto de "estar en el mercado" otra vez tiene sus ventajas y su cosa divertida, así que tampoco me hagan demasiado caso y piensen que en el fondo lo que me pasa es que YA quiero que se note en mi vida que es primavera.
Besititos para todos