lunes, junio 11, 2007

En barbecho voluntario


Desde mediados de febrero de este año me he declarado a mí misma Reserva de la Biosfera y, por si esto fuera poco, en Barbecho voluntario. Es decir, según la Wikipedia, estoy en estado de conservación y protección de mi propia biodiversidad y persigo el desarrollo económico y humano de mí misma, así como la investigación, la educación y el intercambio de información con otras reservas que forman la red mundial, peeeero…, y de ahí lo de barbecho y también según la Wikipedia, no me pienso dejar invadir durante uno o varios ciclos vegetativos, con el propósito de recuperar y almacenar materia orgánica. A saber, que me dejo descansar por uno o varios años (yo espero que tampoco sea para tanto, la verdad) y que durante el tiempo que permanezca sin cultivar seré sometida a una serie de labores con objeto de mejorar mi predisposición al cultivo. Ahí es nada.

Esta es la resolución a la que he llegado previo estudio de la fauna que me rodea y de las intenciones varias de los elementos estudiados, y como se dice por ahí aquello de más vale sola que mal acompañada y yo soy muy bruta a veces, pues he empezado por salir del armario, anunciar a los cuatro vientos mi declaración de intenciones y, como esto parecía no ser suficiente, quemar algunas naves.

La primera nave que quemé fue Pepe, al que pillé por banda cuando por fin apareció a firmarme los papeles del coche que me quedé yo en el reparto de bienes posterior a nuestra separación el año pasado. Aparte de llamarle de todo menos bonito, le solté unas cuantas perlas y preferí quedar ante él como una despechada o una cabrona sin sentimientos, pero desahogada que no veas y sacando mucha mala leche que llevaba acumulada.

La segunda nave que quemé fue Eduardo, al que quise mucho en su día y a cuyo cariño y recuerdo me aferré mucho cuando las cosas con Pepe se pusieron color hormiga el año pasado. Pero a Eduardo le gusta mucho nadar y guardar la ropa, y nunca te dice para dónde va a nadar ni por supuesto dónde ha guardado la ropa, y después de haberme tomado un café con él a principios de enero y haberme dicho que tenía novia, empezó a enviarme sms al móvil de vez en cuando y a dejarme instantáneos en el chat a altas horas de la mañana, viendo que yo estaba online, aunque no delante del ordenador. Así que una noche que por fin me pilló ahí sentada, decidí charlar un poco con él, y aunque al principio la charla fue maja y distendida, poco a poco me fui dando cuenta de muchas cosas. Entre ellas que a Eduardo también le gusta jugar conmigo, y hacerme dar vueltas y vueltas hasta que me saca de quicio y termino mandándolo a hacer puñetas y así no se puede vivir.

Se dio cuenta de que estaba en un momento bajo anímicamente, que mi vida emocional era un carajo, y aunque al principio de la conversación estuvo muy en plan “los hombres no entienden a las mujeres” y todo ese rollo que tan bien se le da, poco a poco me di cuenta de que estaba intentando llevarme al huerto en honor a los viejos tiempos… y no hijo, no. Si tienes novia, pues la tienes, y si no la tienes, pues habla claro y deja ver tus cartas, pero no me torees, que me pongo vitorina y la liamos.

Y efectivamente, la liamos, discutimos y desde entonces lo eliminé definitivamente de mi móvil, de mi agenda, de mi chat y de mi vida. Espero que sea muy feliz, que la vida le colme de cosas buenas y que la novia que tenga le haga la vida agradable y sin sobresaltos (que según él, era lo que tenía conmigo, un sobresalto tras otro), pero ahí muere.

Después de esto aún me dio tiempo de quemar la tercera nave, prácticamente recién adquirida; un par de días después de lo de Eduardo me llama una amiga para que vayamos una noche a un local donde va a haber una especie de fiesta con música de los 80, y claro, una no puede perder la oportunidad de encontrarse con gente de su misma edad, son ganas de mortificarse pensando que ya estamos de estas formas, como cuando a los 16 años me colaba en los guateques revival de mi madre, pues lo mismo, pero ahora desde el otro lado de la barrera; los veinteañeros lo flipan viendo los video clips de esos años y alucinan mientras grupos de cuasi cuarentones nos miramos de reojo unos a otros, buscándonos las canas y las calvas, y cayendo en picado sobre aquellos /as que no los lucen.

Total, que llego a la fiesta, y esta amiga, entre otros, se trae a un amigo que rompió con su novia hace un par de meses y que anda un poco despistado y sin saber por dónde tirar, y el amigo este, Juan, es que es llegar al grupo y nos pegamos cinco horas hablando los dos solos de lo divino y lo humano hasta quedarnos afónicos. Vamos, por hablar, hasta de la vidriera de la catedral de Praga, porque resultó que ambos estuvimos allí por las mismas fechas el año pasado. Esa misma noche nos intercambiamos los correos, y al lunes siguiente tengo un par de frases suyas en mi buzón de entrada, diciéndome lo muy bien que se lo pasó, lo mucho que le gusto y preguntándome si podemos quedar él y yo en otro momento, y según lo estoy leyendo, me está invitando al chat, y ese mismo día me da su número de móvil y yo a él el mío, y quedamos para el jueves por la tarde. A ciertas edades como que no se pierde el tiempo, eh?

Así que, desentrenada que no veas y con un susto en el cuerpo porque le gusto a un tío de cuarenta y un años, que está bueno, es soltero, inteligente, culto y aparentemente interesante, me acerco a la cervecería donde hemos quedado a las ocho de la tarde, y cuando me doy cuenta, nos han dado las doce de la noche y yo aún tengo que coger carretera para irme a casa.

Y durante tres semanas Juan y yo nos vemos cada dos o tres días y nos quedamos roncos perdidos de hablar de historia, de filosofía, de arte, de política y de contarnos chistes tontos o macabros que me encantan y me río como una loca, hasta que una noche de copas por fin se lanza, yo es que soy muy antigua para según qué cosas y no doy el primer paso ni aunque me maten. Y bueno, la cosa no pasa a la posteridad por ninguna causa y como ya este Juan venía contándome que su ex lo andaba llamando y que estaba triste por la separación, y que en cuanto ella se enteró de que andaba tonteando conmigo se puso histérica y qué se yo, pues nada, una de esas tardes de jueves en la misma cervecería, cogí y le dije que hiciera el favor de volver con ella, que a mí me gustaba mucho y todo eso, pero que yo no estaba por la labor de tener algo serio con nadie por ahora y que si él iba a perder la oportunidad de volver con la persona a la quiere… total, que vamos, no se lo pensó más que un par de días y me llamó para decirme que volvía con la ex.

Manda huevos. A uno lo mando al carajo para desahogarme porque me deja por otra, al segundo porque no me cambia (como ex) por su nueva novia y al tercero porque prefiere volver con su ex en vez de iniciar algo conmigo… esto qué es lo que es?

Así que después de dos semanas o así de reflexión y de pensármelo mucho, decidí que aún estaba a tiempo para que este año sea mi año, en esos días no llevábamos ni dos meses estrenados, así que me voy a quitar de encima todos los peñazos de mi vida, voy a terminar de exorcizar todos mis pequeños (y grandes) fantasmas y mientras tanto me decanto por lo del barbecho y la reserva de la biosfera, porque tampoco es plan (ni yo soy del tipo) de andar de cacería cada fin de semana, a la desesperada. Me parece que lo suyo va a ser lo de perseguir el desarrollo económico y humano de mí misma, así como la investigación, la educación y la serie de labores con objeto de mejorar mi predisposición al cultivo. Digo yo que en algún lado del planeta habrá un roto para esta descosida, no?

¡¡Ni me menees!!

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que sí, porqee para todo hay más rotos que cosidos.

Me ha gustado mucho el post porque, más o menos, estoy igual que tú. Ahora, casi de sabático..

Muy interesante lo de quemar las naves. Yo lo hice, pero ahora estoy atrapado en un continente desconocido, y no soy Cristobal Colón.

A ver si planto maíz, que me han dicho que se da bien por estas tierras.

Salvd¡

admc

Re dijo...

Hola anónimo... cuidado con el maíz, recientes estudios han descubierto que el estómago de los occidentales no lo toleran bien, jajaja, algo así como lo de que las razas asiáticas tampoco toleran los lácteos, así que yo que tú plantaba trigo o cebada.
Es un estado un poco raro, verdad?, la cosa es que basta que lo asumas, lo proclames y lo mantengas para que todo tu entorno se empeñe en hacerte desistir, no te pasa lo mismo?
Gracias por leerme, por opinar y por gustarte. Besitos.

Anónimo dijo...

Vale, probaré a cambiar de dieta, y contarlo muy suave y bajito, para no molestar,)

Hay que aprender a cultivar, me han dicho, sin olvidarse vivir

MMmmm.. trigo y cebada,
me gusta.

Gracias a tí
:D))

admc

Anónimo dijo...

Luego de repasar tu blog, por cierto muy original y gracioso, también te he dejado un comentario en el arenero; Espero no despertar tu enojo, es solamente lo que pienso.
saludos:

Anónimo dijo...

Muy acertado el 4dro; Un tigre en un trigal, al lado de un "ángel" con alas de "pavo". Los ojos preciosos, por cierto.

Espero que te animes,)
Volvemos a Natura, y se puede poner música¡

Playa, siesta y fiesta

B

Re dijo...

Kukilin, te confundes, "el arenero" es de Lula, no mío.
Anónimos, gracias a todos, lo del tigre en el trigal también es "made by Lula", pero como siempre, un acierto en la ilustración de mis post,bonita alegoría del galimatías de mi vida.

Lula Towanda dijo...

Por alusiones no me puedo quedar callada (y sin ellas tampoco :-)

kukilin Te contesto a lo del arenero en su sitio. Que en lo toros hay que ponerse siempre en su sitio si no quieres que te abronquen.

B Era difícil ilustrar el barbecho voluntario. Cuando tropecé con este cuadro supe que era lo que había que poner. Tiene muchísimas lecturas y es precioso

Anónimo dijo...

Rebecuqui; Perdona la intromisión nuevamente, pero como la señora Lula me ha contestado aquí, hago uso de la misma, para comunicarle, que he dejado un nuevo comentario en EL ARENERO:
Gracias a ti.

mint dijo...

Oye está genial esto de soltar lastre, y a riesgo de parecerme a algún ex te confesaré que cuando leo cosas así me doy cuenta que los tíos somos un peñazo y que casi todos cometemos los mismo errores y tenemos actitudes parecidas. Así que poca fe y a no creer demasiado en los milagros. ¿Qué esta descosida se merece algún roto? seguro. ¿Qué aparecerá? Es muy probable. Pero mientras tanto a cuidarse mucho y a quererse mucho, que donde menos se espera salta un Al Gore para cuidar de la biosfera. Y aprende a disfrutar de los tropiezos, que en todos hay momentos geniales que vale la pena conservar. Corto porque me empieza a salir la vena Elena Francis. Un beso muy grande querida “descosida” (me encanta).