martes, junio 19, 2007

A la yugular


Buscando en el fondo editorial me he encontrado con este relato de terror académico que hago público para que sepa el personal que el doctorado no se regala.

Como bien decía Don Gregorio Marañón: "En España, las oposiciones son el espectáculo más sangriento después de los toros", no es por enmendar la plana al maestro, pero yo añadiría que defender un trabajo de doctorado no le anda a la zaga a una oposición. A mis años estoy curada de espantos, pero hace apenas unas semanas quedé impresionada en una sesión de exposición de trabajos de doctorado. Durante dos horas, que se me hicieron infinitas, pude ver el tercer grado a que fueron sometidos mis compañeros de estudios.

Nada pronosticaba la masacre, el primer ponente salió distendido, presentó su trabajo y con toda naturalidad expuso sus opiniones con entera libertad, manifestándose muy poco favorable a la utilidad del tema que exponía. Llegó el turno de preguntas y con él la sorpresa. Las cuestiones no iban dirigidas a aclarar alguna duda, o matizar alguna opinión, eran dardos envenenados para demostrar la superioridad de conocimientos del profesor dejando en difícil situación al ponente.

Los allí presentes, faltos de reflejos para suavizar la situación, empezábamos a sentir el pánico en nuestras entrañas, pues todos deberíamos pasar por ese trance.
Pero el que tenía menos tiempo para asimilar la situación, el segundo ponente, salió al estrado. Allí, a pesar de la presión, realizó su presentación con cierto aplomo, gracias a que poseía un carácter templado. Pero se le sometió sin remedio al turno de preguntas y de nuevo la inquisición académica hizo acto de presencia.

El cielo se iba poniendo muy negro para el tercer ponente. Salió destemplado y amnésico. El tema que exponía no lo conocía con profundidad y se hizo un lío. En este caso no hubo que recurrir al turno de preguntas para dejar al ponente con la sangre helada.

Puedo llegar a justificar que se ponga a prueba a los estudiantes de doctorado para ver cómo reaccionan ante imprevistos, no en vano serán en un futuro profesores de Universidad que deben saber desenvolverse con soltura tanto entre los alumnos como en los congresos. Lo que no tiene justificación es esa errónea percepción académica del prestigio, entendido como un afán por demostrar su superioridad de conocimientos, que raya con el patetismo cuando se aplica a situaciones de desigualdad de profesor-alumno.

Llegué a casa en estado de trance y sólo fui capaz de hacer una tortilla de patatas para la cena. Me sentí incapaz de ponerme a estudiar, dejándome arrastrar por la TV para adormecer mis neuronas. En veinte años de profesión no he visto una lidia más sangrienta, aunque aún me queda por ver una oposición.

¡¡Ni me menees!!

14 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

La estupidez humana no tiene límites. Los tribunales tienen que demostrar que están a la altura, sobre todo cuando se trata de demostrarse a sí mismos lo que ya es evidente: que parece que valoran menos aprender que enseñar. Y al final, lo mejor para no hacer sangre y no salpicar sus profundas creencias, es hacerles el juego. Total, la estupidez humana no entiende de tarimas arriba o tarimas abajo. Que les den. Según sus gustos, porque no deseo mal a nadie.

Unknown dijo...

En la calle se compite por ser la [persona ;)] que tiene la mejor apariencia externa, en la empresa se compite por ser la que aparenta tener más poder, en la universidad por ser la que aparenta tener más sabiduría.

¡Si nos dejáramos de una vez de apariencias y de preocuparnos un poco menos de "tener" y un poco más de "ser"... !

Antonio dijo...

Sangre, sudor y hollín, los mandamientos del aprendiz. No tomarlo literal que nos "conocemos", plis.)

La Universidad esa otra Casta. Los funcionarios mejor pagados, con mayor prestigio y, en muchos casos, vivero de maldades obsoletas.
La realidad no es libresca, sino remedo de posibilidades. De ahí no hay quien los saque.

Como Escuela, mejor el wiki, o la Calle, opino. Sobre todo desde que por mi p. cabeza, quienes me pedían consejo para estudiar, ahora me dan clase".)

Estamos hablando del Nuevo Espacio Universitario Europeo?¿

Lo Mejor, los 2.0 o 3.0 meses de Vacaciones. Así se agradece el artículo de neolengua y resilencia;)

Re dijo...

Miedo me da...

Antonio dijo...

Saco otra OPSIC del CESID, o dejamos que la explique Ibarra en la Universidad?¿ A ver si así comprendo lo que este hombre nos defiende, a toóos los extremeños.


Por cierto, Rebecuqui; La Mierda Es El Jefe ,)
Vas a tner Suerte

Re dijo...

ADMC: Hoy estoy "in albis", desmenuza un poco, plis...

Lula Towanda dijo...

Julen Tontos hay en todas partes, pero yo pensaba que un entorno tan inteligente como la Universidad estaría exento de estupidez. Pues no, hay gente estupenda y también hay tontos de baba porque no se les puede llamar de otra manera.
No es lo mismo sabiduría que conocimientos y a veces se aplican más en acumular conocimientos que ir creciendo en sabiduría.

Telémaco ¡Qué bonita reflexión! Todo es competencia pero falsa como las pesetas de madera. No puedo evitar mirar la vida y verla como una mala representación de teatro. Lo terrible es que no se puede vivir sin actuar y a veces me canso de ser una cabra Margarita domesticada.

Admc. Justo el Espacio Universitario Europeo debiera ser otra cosa. Pueden cambiar las leyes, pero las personas.... Con todo, ahí estoy yo, en las fauces de la empresa para meterme en la boca del lobo académico. ¡con lo bien que estaría en mi casa haciendo ganchillo!

Rebecuqui Les deberíamos apuntar a los académicos a la danza del vientre para que se les quite ese rigor sapiens

Fernando García Pañeda dijo...

Ya como estudiantes normales, no de tercer grado, hay una indisimulada afición por la mofa de los doctos profesores-catedráticos hacia los alumnos. Al menos es lo que yo detecté en su día.
He pasado por varias oposiciones, y mi preparación era hacerte como una piedra: no sentir, no pensar (más que en las preguntas), no ver nada alrededor. Y salí airoso. O a lo mejor tocado del ala y no me enteré ;)

la-de-marbella dijo...

No soporto los examenes, me bloqueo, me quedo en blanco. Puedo comprender tus sentimientos maxime cuando los que supuestamente saben se convierten en inquisidores de los que lo han de demostrar. Que mal trago, Hija Mia!!!

Enrique Sabaté dijo...

Lula en todas partes que vayas hay mezquinos. Y de eso se trata de serlo y zancadillear al más débil para que siga en su sitio. No vaya que al creerse un igual nos quite el puesto por que es más capaz.

Antonio dijo...

Que rollo tiene que ser, saberlo todo. Avisadme si empiezo,)

Anónimo dijo...

A veces lo único que quieren es quedar por encima de los demás, sepan o no sepan. Y eso nos lo encontramos en todos sitios. Creo que es una pena pero es así. Besos

Lula Towanda dijo...

Fernando Si has pasado por varias oposiciones estarás más que curtido. Nada, a hacer un doctorado que lo tienes chupao.

Marbellí Exacto, a mi me pasa igual, en cuanto me tienen que juzgar me pongo nerviosa. Cuando me examiné para el handicap o del carnet de conducir me temblaban las piernas. Me da mucha vergüenza hablar en público pero la vida se ha encargado de que pase vergüenza. Los primeros cinco minutos lo paso mal y luego entro en trance y no me doy cuenta de nada.

Enrique ¿No habrá un conjuro para eliminar la mezquindad?

Admc. Es mucho menos aburrido eso de “Sólo sé que no sé nada”

María Espero que los que se creen que están arriba sufran la ley de la gravedad y se den una castaña

mint dijo...

Después de lo que ha dicho Telémaco no se me ocurre nada mejor. Tal como lo cuentas ha de ser muy duro, ánimo que tu seguro que puedes y si se ponen muy bordes amenázales con hacerles un retrato en Sección Femenina, ya verás que pronto se amansan. Un beso.