sábado, diciembre 31, 2005

Vuelan

Esta Nochevieja faltará a la mesa mi benjamina que está en Sevilla con unas amigas. El año pasado faltaron los dos mayores y superé su ausencia sin dramatismo...


Recuerdo que cuando era pequeña por las tardes escuchaba la radio con mi madre. A eso de las cinco de la tarde y antes de que comenzase el consultorio sentimental de Doña Elena Francis, en Radio Intercontinental emitían un programa de canciones dedicadas de media hora de duración. El público solía solicitar canciones del género de la copla española, de escasa variedad dado que el gusto de la audiencia se podría calificar como de sota, caballo y rey.

Era muy frecuente solicitar canciones con clara intencionalidad en la dedicatoria. Así, las familias del sector del transporte les dedicaban la canción del "Amigo conductor"cantada por Perlita de Huelva a sus familiares al volante. Los que por desgracia tenían a sus seres queridos emigrados en Alemania solicitaban "El emigrante", interpretada magistralmente por Juanito Valderrama. Las cuencas mineras se decantaban por la garganta prodigiosa de Antonio Molina que mostraba su entusiasmo por la dinamita con "Soy minero" y demostraba tener unos pulmones fuera de toda sospecha de silicosis. Pero el tema estrella, el más solicitado era "Como se quiere a los hijos" cantado por Paquito Jerez, del que entresaco un fragmento muy significativo del melodrama de los hijos que emprenden el vuelo.

Apenas sabe volar el hijo de la paloma
abandona el palomar.
Como se quiere a los hijos
ya no se puede querer.
Es un cariño que duele
y que te alegra a la vez
.

Un hijo es la gloria que nos manda Dios
por eso se cuidan con tanto primor.
Como se quiere a los hijos
no se puede querer más.
Por ellos se da la vida
sabiendo el pago que dan.


Autores: Padilla/Clemente/Deths


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Cuando sonaba esta canción, miraba por el rabillo del ojo a mi madre que nada más oír las primeras notas dejaba la costura o lo que estuviera haciendo para prestar atención a la letra de la canción. En el punto en que Paquito de Jerez entonaba "Por ellos se da la vida sabiendo el pago que dan" mi madre me miraba y yo percibía cierto temblor en su barbilla. Desde mi ingenuidad no comprendía cómo podría pensar que yo sería una hija desagradecida y que algún día me iría de casa dejándola sola.

Pasó el tiempo, el programa de radio desapareció, casi nadie recordaba quién era Paquito de Jerez y como presentía mi madre, apenas supe volar abandoné mi hogar para hacer mi propio nido, en el que cobijé a tres polluelos. Sin embargo, nunca olvidé la letra de la canción pero la despojé de su dramatismo. Me dije a mi misma que no me apegaría a los hijos y que era ley de vida que volasen por si mismos.

Esta Nochevieja me ha puesto a prueba la canción de Paquito de Jerez, se me han acumulado dos partidas el mismo día que cumplía años, como si todo se hubiera confabulado para cambiar de golpe. Mi hija la mayor tenía como objetivo independizarse este año y como todo lo deja para el final, ha tenido que ser el último día del año el que haga sus maletas. Mi hijo el mediano con el primer dinero fruto de su trabajo, se organizó un viaje a Cuba y por cuestiones de presupuesto escogió el vuelo de la Nochevieja.

A punto de empezar un año nuevo, con un año más y dos hijos menos, no me tembló la barbilla ni derramé una lágrima. Superé el drama de Paquito de Jerez.

Sección-Reflexiones
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jueves, diciembre 29, 2005

Negro

Siempre se habla de la blanca Navidad, pero cuando hay que ponerse en estas fiestas de tiros largos se elige el color negro que, además de elegante, disimula como ningún otro los estragos que en la línea produce la sobrealimentación Navideña. En estas fechas de derroche culinario, al marisco, al cordero, a los turrones y a los mazapanes hay que añadir los embutidos, que es compañía que nunca estorba.

En los fríos invernales, con la matanza del cerdo reciente, las morcillas, negras como la noche y sabrosas como pocos manjares no deben faltar en ninguna despensa. Por eso aproveché un viaje en la antevíspera de la Navidad a mi pueblo para traerme una buena provisión de morcillas, las mismas que hicieron las delicias de mis ancestros y cuya afición me corre por las venas(1).

Como estaban tiernas las puse a orear en la terraza. Las colgué de un clavo y las apoyé en papel de estraza para que no tocaran directamente la pared. Las ristras de morcilla parecían enormes collares de coral negro comestible. Pasó la Noche Buena y el día de Navidad. Cuando mi hija la erudita se iba ya para su casa me dispuse a repartir las cuentas de este collar tan exquisito.

Mi consternación fue enorme cuando en lugar de las morcillas encontré en la pared de la terraza el papel de estraza salpicado de manchas negras. Las morcillas destripadas y esparcidas sobre el papel, como si de óleo se tratara, dibujaban extrañas abstracciones que bien pudieran haber salido de la imaginación de Antonio Saura. Pero no fue la mano del artista la que ejecutó esos dibujos, sino el pico inmisericorde de unos pájaros que devoran lo que encuentran a su paso.

Fue Alfred Hitchcock el primero que nos puso en sobreaviso sobre los pájaros. Siempre que veo una agrupación de estos bichos en reposo, todos con la misma orientación, me parece que están a la espera de un ataque y se me pone la carne de gallina. En la terrorífica película de "The birds" el color de estos demonios voladores era el negro. Negro es el color de los pájaros de mal agüero, negros son los cuervos que te habrán de sacar los ojos y negros los pájaros que han destrozado el manjar que yo más quiero, que también es negro.

Negras mis Navidades sin morcillas de mi pueblo.

(1) Por las mías, por las de mis hijos, por las de mi hermana, por las de mis primas, por las de mis sobrinas....

Sección-Expedientes-X

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martes, diciembre 27, 2005

El fracaso

El otro día pusieron en la tele la película "Los niños del coro" y me trajo a la memoria mi pasado musical...


Cuando entré en el internado a la tierna edad de seis años no sabía lo que era el fracaso. Hasta ese momento era capaz de hacer todas las cosas que me proponía y podría conseguir todos mis objetivos a base de perseverar con pertinaz insistencia. La alta autoestima, unida a un fuerte carácter, me hacían ser un pequeño monstruito. Las monjas rápidamente me pusieron una etiqueta: "Esta niña es muy soberbia". En ese nuevo entorno, lejos de la protección materna, me esperaba la revelación de cómo es la vida a marchas forzadas.

En el colegio la vida venía regida por la religión. Antes de desayunar alimentábamos nuestro espíritu con una misa en latín. Allí cantábamos todo tipo de canciones sacras, desde el Salve Regina al Pange lingua(1). Las puras voces que entonaban estas canciones no eran fruto de la improvisación, más bien al contrario, eran consecuencia de los ensayos que hacíamos dos veces por semana todas las alumnas.

Sor Purificación, a quien llamábamos Sor Pura, era la monja responsable de formarnos musicalmente. Era muy gorda, con una triple papada, casi como Montserrat Caballé pero sustituyendo sus túnicas vaporosas por un austero hábito religioso. Llevaba unas gafas transparentes y tenía unas poderosas manos con las que daba pescozones al menor descuido.

En los ensayos generales, nos reunía a todas las alumnas en la sala de música. Nos colocaba de pie en distintas filas ordenadas por estatura. Al frente de la primera fila colocaba una bancada para poder subirse en ella y dirigir nuestros trinos desde cierta altura. Los kilos le restaban mucha agilidad y para subirse al banco se apoyaba en los frágiles hombros de las niñas de la primera fila. Por las leyes de la naturaleza, las niñas de menor estatura también eran las de menos edad, digamos que las que tenían unos seis años. Mis hombros fueron alguna vez apoyo de sor Pura para elevarse en su pedestal y sentí sobre ellos todo el peso del poder musical.

Nos tenía catalogadas en tres grupos musicales diferentes. El coro de Ángeles para las voces infantiles menores de diez años, el coro formado por las mejores voces afinadas del colegio y el pelotón. Por el articulo treinta y tres, sin prueba previa, pasé a formar parte del coro de Ángeles. Me hacía muchísima ilusión aprender cánticos en latín y lo prefería incluso a jugar en el patio con mis amigas.

Ensayábamos en el coro donde había un órgano que tocaba Sor Pura con su dedos morcilleros pero milagrosamente ágiles. Al principio no me sabía bien las letras en latín y cantaba muy bajito por si me equivocaba, hasta que me fui animando y saqué mi chorro de voz. Sor pura paró en seco su interpretación y dijo: "aquí hay alguien que desafina". Hizo la prueba del nueve y fui expulsada del coro de ángeles.

En ese momento supe lo que sintieron Adán y Eva al salir de paraíso: consternación al saber que la situación no tenía retorno posible y que jamás volverían a ser las cosas como antes. Que lo que no puede ser, no lo es y además es imposible. De nada servía mi memoria para aprender las letras en latín o la entrega total de mi tiempo de ocio a la música, carecía de lo básico: no tenía oído musical. En ese momento supe lo que es una barrera insalvable y me escoció el fracaso.

Aquel fracaso me abrió los ojos a la vida e intuí que no sería el único, que tendría que descubrir todas mis carencias que hasta ese momento pensaba que no existían. La capacidad de reacción a esa tierna edad me dotó de un instinto de superación del fracaso y por eso, aunque le temo, lo conozco y sé que siempre lo podré superar.


(1) Pange, lingua, gloriosi
Corporis mysterium,
Sanguinisque pretiosi,
quem in mundi pretium
fructus ventris generosi
Rex effudit gentium.


Sección-Ave María Purísima

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viernes, diciembre 23, 2005

Feliz Navidad

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martes, diciembre 20, 2005

Y se armó el Belén

Anticipándose a las próximas Fiestas de Navidad, el periódico ABC lanzó una promoción para construir un Belén navideño paso a paso. El primer día de lanzamiento regalaba con su periódico una figura de la Virgen María al módico precio de un euro. La Virgen María tiene su tirón comercial y si a esto se añade la buena calidad de la imagen de unos 15 cm en barro policromado, la oferta era muy atractiva. Muchas familias que no tenían Belén o que lo querían renovar se apuntaron sin pensar a esta oferta.

Una de estas familias fue la de una compañera de trabajo (y sin embargo amiga), que tiene dos hijas pequeñas y que aún no tenía su Belén para estas fiestas. La promoción, como todas las promociones, tenía su truco, el resto de las figuritas se entregaban junto con la compra del periódico (1 ?) más 4,95 ? por la pieza del Belén. La cosa se ponía en mil pelas de las de antes, pero la decisión estaba tomada(1) y el maldito parné no iba a enturbiar la ilusión de sus preciosas hijas.

Lo mismo pensaron muchas familias de su Barrio por lo que el quiosquero se encontró de pronto gestionando el Belén paso a paso de sus parroquianos. Las piezas ocupaban su espacio y tuvo que limitarse a solicitar solo las necesarias para cubrir los encargos de sus clientes. Este aprovisionamiento orientado al stock mínimo causó los problemas que surgen cuando no existe margen de maniobra. Por error, vendió una de las figuritas de mi amiga, en concreto la mula, a otro parroquiano y de repente lo que era una rutina diaria empezó a ser una obsesión. El miedo por que volviera a ocurrir le llevó a dar prioridad absoluta a la tarea de hacerse con su figurita diaria y a iniciar la búsqueda de la mula por otros quioscos.

El Belén por partes se está haciendo por todo Madrid y las figuras no sobran por lo que mi amiga aún no ha encontrado la mula. Su quiosquero para consolarla le dice que su caso no es el peor que tiene veinte familias esperando el niño Jesús y que eso sí que es grave. Pero no queda ahí la cosa, el otro día fue mi amiga a comprar su figurita, que ese día era un Rey Mago, mientras su marido sacaba el coche del parking. Al estacionar el vehículo para esperarla se dio un golpe con otro coche y se empezó a impacientar. Mi amiga por intentar darse prisa se le cayó el Rey Mago al suelo y se le rompió. En ese momento se mascaba la tragedia. Tomando aire y en actitud positiva trazó un plan para solucionar el problema. Aunque llegaban un poco tarde al trabajo, fueron parando en todos los quioscos por los que pasaban hasta que en el cuarto encontró el Rey Mago del día.

Así sigue mi amiga, sin mula, y haciéndose con su figurita diaria. Los veinte vecinos que no tienen niño Jesús que poner en su portal estarán más desesperados aún. La alternativa que les queda es ir a la Plaza Mayor y comprar una figura igual o equivalente. Como cosa del mercado libre ya habrá algún especulador del Belén del ABC que tendrá puesto en la Plaza Mayor(2) y cobrará las figuritas sueltas a precio de oro(3). Aquí hay negocio para todos, el ABC vendiendo religiosamente su periódico diario, los de la logística dosificando la distribución para crear el mercado de segunda mano, y los del puesto de la Plaza mayor como canal de distribución alternativo. Y es que el sistema capitalista está lleno de oportunidades para todos mientras existan los consumidores.

(1) Alea jacta est, como dijo Julio Cesar.
(2) Seguro que es cuñado del almacenista del ABC que se habrá ocupado de reservar ciertas piezas de la tirada para darles valor.
(3) No quiero ni pensar a lo que se cotizará el Niño Jesús, casi como el Niño Jesús de Praga.

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domingo, diciembre 18, 2005

Pasando la bola

Mi buen amigo Telémaco me ha pasado el testigo de un meme literario invitándome a pasar la bola, no sé si en este caso más que la bola será su dichosa piedra que acarrea de arriba para abajo sin descanso.

Aquí van mis deberes hechos:

1. ¿Qué libro te gustaría ser?

  • "El diablo Cojuelo" de Luis Vélez de Guevara que puede ver la verdad detrás de tanta máscara y destriparla con suma ironía.


2. ¿Alguna vez te enamoraste de un personaje de ficción?

  • Si, de Don Quijote


3. ¿El último libro que compraste?

  • "Psicomagia" de Jodoroswsky. Aún no lo he empezado a leer


4. ¿El último libro que leíste?

  • "Teoría de la clase ociosa" de Thorstein Veblen. Estoy en ello, porque esto del blog te quita mucho tiempo de la lectura en papel.


5. Los cinco libros que llevarías a una isla desierta en orden de preferencia. ( como aquello que salvaría si todo el resto fuera a destruirse).

Cinco libros para el resto del vida son pocos, pero peor es el caso de la novela "451 grados Fahrenheit" en la que tocan a un libro por persona. Me los llevaría más bien tochos para que me durara la lectura a pesar de lo que dice mi querido Quevedo "lo bueno si breve, dos veces bueno". Este en mi top 5:

  • "El Quijote" de D. Miguel de Cervantes
  • "Las mil y una noches"
  • "Los episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós (difícil meterlos en un solo libro :-) )
  • "Los Toros" de Jose María de Cossio (ídem que los Episodios)
  • "La divina comedia" de Dante Alighieri


6. Cuentos que te han gustado muchísimo.

  • "Cuentos de Eva Luna" de Isabel Allende
  • "Mujeres de ojos grandes" de Ángeles Mastretta
  • todos los de "Las mil y una noches?


7. A quién se lo paso y porqué?

  • A María y a Pablo porque algún hilo invisible del destino nos unió en la blogesfera.
  • A Chousas porque siento curiosidad por ver como responde a estas preguntas
  • A Almena que seguro que le da un toque Haiku
  • A Zifnab que dará su visión mágica
  • A la-de-marbella que sé lo mucho que le gusta leer
  • A Burton para pasar la bola al otro lado del Atlántico

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miércoles, diciembre 14, 2005

El Perro del hortelano

El post del Sr. Martínez sobre La retórica de las reuniones, me ha traído a la memoria la figura del perro del hortelano que escribí a tras sentir que me segaban la hierba bajo los pies. Este es mi desahogo.


Bajo el título de "El perro del hortelano"(1), Lope de Vega nos pone en clave de humor el mito de "ni come, ni deja comer" encarnado en la figura de Diana, condesa de Belflor, que no se atreve a aceptar a su secretario como galán ni deja que éste corteje a su doncella. En un sinfín de situaciones provocadas por la condesa, unas avanzando en su romance otras retrocediendo, bien se la podría llamar condesa de "Sí-pero-no". Como buena comedia, el desenlace es venturoso y los amantes al final son felices y comen perdices.

Pero la vida no es una tómbola, ton, ton, tómbola, como decía Marisol radiante de una falsa felicidad. Tampoco es una comedia de capa y espada con final feliz, es más bien una comedia de engaños donde nadie dice lo que realmente piensa o pretende y todos asumen la careta como algo inevitable.

De todos los teatros de la vida es sin duda el laboral donde se interpretan las comedias de enredos de forma sublime. Es frecuente toparse con emboscados(2) que esconden una faca junto a la PDA, que no hacen ni dejan hacer. Utilizan el dardo de la palabra para preparar el camino de la puñalada trapera, capaces, como Cirano de Bergerac, de concluir un verso con una certera estocada. Extrapolándolo al entorno actual, el verso de Cirano se convierte en presentación de powerpoint y la estocada en descalificación de los que pretenden conjugar el verbo hacer.

Es posible detectar estos especimenes analizando su pasado limpio de cualquier acción ejecutiva, proyecto bien realizado o logro conseguido. Suelen cubrirse con el manto de la perfección para encontrar siempre algo que dé pie a posponer la acción. Se mueven como pez en el agua en el mundo del papel, las normas y las formas.

El arte de no hacer ni dejar que otros hagan está sustentado sobre la impotencia y la envidia. La impotencia de saberse inútiles y la envidia por los que son capaces de hacer algo. Bajo la máscara de la predisposición más absoluta a la colaboración se esconden las aviesas intenciones de boicoteo a la acción de los que son capaces. Las excusas bien argumentadas, el rostro compungido, las disculpas más profundas, la interposición de terceros, la solidaridad más sincera son los signos externos de estos perros del hortelano.

La vida es fácil para estos canes tan puñeteros y disponen de numerosas reservas naturales protegidas donde desarrollarse y conseguir un nivel de desánimo en los capaces casi infinito. Los podemos encontrar en los núcleos corporativos poniendo chinitas en el camino de los que tienen cuentas de resultados, en las oficinas de proyectos, en los departamentos horizontales como los de Sistemas de información, Recursos Humanos, Calidad, Planificación, Innovación... Allí se sienten seguros de poder cortar toda iniciativa encaminada a la acción.

El daño que causan es doble no solo no hacen sino que impiden a los demás que hagan. Si se consiguiera al menos que no perturbaran a los hacendosos ya se habría mejorado bastante la situación porque intentar que ellos hagan algo no se consigue ni con viagra profesional contra la impotencia laboral.

(1) Magnífica la versión de Pilar Miró para el cine. Carmelo Gómez sublime en el papel de sufrido galán y Emma Suárez estupenda dando vida al personaje de Diana. En el cine en el que vimos la película pasamos mi hija la erudita y yo un frío de muerte, solo soportable por los versos de Lope.
(2) Emboscar: RAE: Dicho principalmente de quien esquiva sus obligaciones militares en tiempo de guerra. Escudarse con una ocupación cómoda para mantenerse alejado del cumplimiento de otra.

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sábado, diciembre 10, 2005

Torneo de golf

Hace un par de años en el puente de la Constitución se organizó un torneo de golf en una zona del sur de España. Los participantes eran empleados de una gran Corporación y sus familiares directos. Asistí como acompañante a título de esposa y esto es lo que aconteció...

Los torneos de golf que organizan algunas Corporaciones son reuniones dignas de estudio sociológico porque cada persona tiene dos componentes: su nivel jerárquico y su handicap personal, siendo normal que estos valores estén descompensados. En este caso concreto, el secretario del consejo, máxima autoridad(1), era el que tenía peor nivel de juego(2) .

Uno de los puntos más conflictivos de un torneo es organizar los grupos de salida. Normalmente los jugadores quieren jugar con otros de nivel de juego superior. Como no es posible satisfacer a todos, siempre hay alguno que protesta cuando le incluyen en el pelotón de los torpes, salvo que le toque con el secretario del consejo en cuyo caso no podrá disimular su satisfacción.

Otro efecto que se manifiesta es el efecto coronela, que consiste en que la esposa hereda la jerarquía de su marido y establece relaciones jerárquicas con otras esposas. En este caso, el nivel de juego del marido no puntúa en el plano de la relación. Este tipo de relaciones se manifiesta sobre todo a la hora de la comida cuando se agrupan por mesas y en los asientos del autobús.

La competitividad de juego se complementa con la pugna por los recursos escasos, tales como proveerse de bocadillos en una parada del autobús, la lucha por encontrar mesa en el comedor, la aventura de llenar tu plato trinchero con el buffet del hotel, un asiento delantero en el autobús... En estos comportamientos puedes entrever la vileza del ser humano en todo su esplendor.

Inicié el viaje con mi mejor predisposición y respeto a los participantes, pero tras tres días de sufrir la marginación social de las coronelas, de quedarme sin nada que poner en mi plato trinchero, ni mesa en que sentarme, harta de ver hacer trampas al secretario del consejo(3) y escuchar como le adulaban sin el menor recato, se me despertó lo peor de mí misma y haciendo gala de la frase de Mae West: Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor, tracé un plan y en el viaje de vuelta pude ejecutar mi venganza.

Primero trinqué el mejor sitio del autobús en el que solía sentarse una coronela por la que sentía especial inquina. Cuando llegó la presunta usufructuaría del asiento, empezó a hacer comentarios sobre la falta de respeto a los mayores. Me hice la tonta -que se me da muy bien- y seguí sentada en mi sito como si nada. La muy bruja, le quitó el sitio a su mejor amiga y cuando ésta llegó se excusó acusándome, pero yo tenía la conciencia muy tranquila.

En la primera parada del autobús, dada mi situación estratégica, pude salir de los primeros y pillar un pedacito de mostrador. Para reservar el sitio hasta que viniera mi marido me coloqué de espaldas al mostrador apoyando los codos en la barra. No era una postura muy femenina pero era estratégicamente acertada. Estando de esta guisa vi acercarse al secretario del consejo, que acostumbrado a todo tipo de deferencias esperaba que le cediese parte de mi sitio. Craso error de cálculo por su parte; con una mirada cargada de intención y una sonrisa maligna separé aun más los codos de mis costillas y no dejé resquicio alguno para el jerarca que, con la mirada baja, se fue a buscar otro sitio.

En el próximo torneo, que tiemblen las coronelas y los jerarcas

(1) Mi subconsciente me traiciona, cuando digo autoridad me sale la palabra incompetente y tengo que reprimirme.
(2) Para los que no estén familiarizados con los términos del golf: con un peor nivel de juego el handicap es más alto. En el relato el golfista hay un mini glosario de términos
(3) El fedatario, le daba patadas disimuladas a la bola para sacarla de zonas difíciles. Actitud totalmente reprobable en un caballero.

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miércoles, diciembre 07, 2005

El bolso ajado

Seguro que Almena que va siempre atenta cuando pasea para encontrar lo insólito no se ha topado aun con el singular sitio que describo en este relato. Por mi parte, suelo ir distraída en mis asuntos mientas piso las calles de Madrid, pero quiso el destino que conociera tan peculiar tienda.

Me gusta mirar el escaparate de Loewe. Siempre deseé tener un bolso de esta firma, pero cuando vi expuesto un modelo tipo saco la atracción fue irresistible; nada pudo impedir que mis manos y mi nariz mancillasen el inmaculado cristal. Aunque mi poder adquisitivo me permitía adquirirlo, mi conciencia me impidió hacerlo, por lo que tras un suspiro me alejé de la tienda dejando mis huellas dactilares como recuerdo.

En unas rebajas de Loewe encontré mi bolso soñado con un 60% de descuento, en este caso la conciencia no fue capaz de sujetar a mi tarjeta de crédito y el bolso pasó a ser de mi propiedad. Tan grande fue mi ilusión que empecé a utilizarlo a diario, relegando al resto de mis bolsos al ostracismo.

Tres años transcurrieron en los que el bolso y yo éramos una unidad de destino en lo universal(1). Como diría Quevedo: érase una mujer a un bolso pegada.... Pero ni la mejor piel resiste tanto trote, y a pesar de que siempre lo traté con mucho cuidado, al final se ajó.

Recordé que mi zapatero me había recomendado una tienda en el viejo Madrid, de nombre Restauraciones Peña, en la que arreglaban bolsos, los limpiaban y teñían. La tienda está situada en la Calle Ave María, en el antiguo y castizo barrio madrileño de Lavapiés. Me deslicé con el coche por las estrechas y sinuosas calles con vertiginosas pendientes y con mucha dificultad lo aparqué enfrente del cine Doré(2).

Restauraciones Peña, fundada en 1947 por el Sr. Peña, está actualmente regentada por tres socios que trabajan la artesanía del cuero y tienen presencia en Internet en la página www.arreglodebolsos.com. La tienda es amplia y está decorada acorde a la fecha de su inauguración. Lo más sobresaliente es un enorme cartel con aspecto de presidir el local desde el día de su inauguración, que reza lo siguiente:



¿Qué es un cliente?

El cliente es la persona más importante de esta casa, ya se manifieste en persona, por escrito o por teléfono.
El cliente no depende de nosotros, somos nosotros los que dependemos de él.


Me pareció un auténtico hallazgo encontrar esta frase, tan de moda entre los consultores de empresa, que venden esta idea como si fuera producto de alguna reflexión.

Estoy convencida de que en un año de malas expectativas para las consultoras, la esposa de un "Arturo" o de un PWC, en vez de comprarse un bolso nuevo, para ahorrar costes llevó su bolso ajado a arreglar, leyó la frase y se la contó a su marido. El consultor salvó la cuenta de resultados de su empresa ese año con el rollo de la Orientación a Cliente y le hicieron socio. A las pruebas me remito.

(1) Una de las frases favoritas del régimen franquista para "describir" a España.
(2) Sede actual de la Filmoteca Española.


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sábado, diciembre 03, 2005

Terminator

Hace unos tres años despidieron del trabajo una amiga mía con un procedimiento de una crueldad innecesaria. El relato que sigue a continuación fue fruto de lo que me contó con algún añadido de humor negro, ya que en no cabe otro color para estos hechos. Esta semana una persona muy cercana ha sufrido el mismo procedimiento de despido y ha revivido en mi memoria este relato. Espero que este procedimiento toque pronto a su fin.

La cuenta de resultados es lo más sagrado para una empresa, todo lo que pueda mancillarla y ponerla en entredicho hay que amputarlo. Cuando empieza a perder lustre, normalmente se contrata a un financiero para salir de la situación y este señor economista empieza por lo más fácil para que le cuadren las cuentas: disminuir los gastos. Hay muchos tipos de gastos que se reducen hasta que se llega a un tipo de gasto de aspecto humano y que religiosamente cobra una nómina a fin de mes.

Cuando se llega a esta situación es preciso definir los criterios de selección de víctimas y elegir el verdugo. Parece normal que para ejecutar este triste procedimiento se echara mano de las alimañas de la empresa pero el despedir no forma parte del core del negocio y por eso hay que subcontratar este servicio a unas consultoras especializadas en ello

Estos consultores, debidamente formados en estas lides, son seres asépticos que cumplen con el rito de ponerte de patitas en la calle sin despeinarse, sin perder la sonrisa y con la satisfacción del deber cumplido. Al igual que la Guardia Civil(1) actúan en parejas , llaman una a una a sus víctimas a un selecto despacho de dirección, les ofrecen asiento y un té(2) antes de exponerles la grave situación por la que atraviesa la cuenta de resultados, secuela del exceso de trabajadores. A continuación le comunican que prescinden de sus servicios ya que su salario supone una carga inasumible para la empresa.

La víctima, sorprendida, no da crédito a lo que oye, ya que en estas situaciones de regularización de empleo todos los trabajadores piensan que no les va a tocar a ellos. En este momento de confusión, los consultores terminator, acompañan a la víctima a la mesa de trabajo donde le sugieren que recoja sus cosas y que no hable con sus compañeros. Los terminator, dejan a la nueva baja en plantilla en la calle y vuelven de nuevo al despacho de lujo para gestionar otro nuevo despido. El interfecto laboral, que no ha asimilado los 15 últimos minutos de su vida, se encuentra en la calle con una caja de cartón que contiene sus objetos personales de la oficina y si le pinchan con un alfiler no sangra

Cuando finaliza la dura jornada, los consultores terminator llegan rendidos a su casa. Es tarde, los niños están acostados y los besan con ternura. La mesa está dispuesta para la cena, a los postres dirán a su mujer: "Cariño, este año cuando despida al número 100, cumpliré los objetivos y nos podremos comprar un coche nuevo".


(1) Creo que la Guardia Civil, para reducir gastos, quiere que las parejas se reduzcan a la mitad, formando parejas de a uno. ¿habrá hecho un master en Administración de Empresas el Director de la Guardia Civil?
(2) Sería más conveniente una tila, por lo que ocurre a continuación

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