martes, enero 03, 2006

Cabalgata de Reyes


Los Reyes Magos, tan exóticos y sabios ellos, regresan cada 6 de enero para solaz de los niños y terror de los padres. No se cuantos siglos arrastramos de tradición ni en qué países se les espera con ansia, pero en España todos los comercios, grandes y pequeños, afilan sus facas para despojarnos de la paga de Navidad que se verá consumida con las compras irracionales que nos obligamos a realizar. Pero todo este dispendio innecesario es pecata minuta comparado con la asistencia a la cabalgata de Reyes.

Si el lector no tiene hijos comprenderá por este relato lo que le espera y posiblemente se reafirme en su postura de no tenerlos. Si por el contrario los tiene en edad temprana, le servirá de consuelo ver que él no es la única víctima abocada a festejar a los Reyes Magos; y si ya los tiene mayores, como es mi caso, disfrutará recordando el tiempo perdido y que afortunadamente no volverá (al menos hasta los nietos).

Todo padre que se precie debe llevar a sus hijos a la cabalgata de Reyes de su ciudad, en mi caso Madrid. La noche del 5 de enero suele hacer un frío que pela, pero esto nunca puede ser excusa para quedarse calentito en casa viendo la cabalgata por la tele, ya que demostraría que eres un padre comodón y egoísta. Sacando pecho, con una camiseta de La Camerana(1) y con los niños abrigados hasta las cejas, los aguerridos padres salen a la lucha por encontrar un sitio para ver la cabalgata.

En Madrid, la cabalgata discurre desde el Paseo de Coches del Parque del Buen Retiro hasta la Plaza Mayor, pasando por la Puerta de Alcalá, la plaza de la Cibeles y la Puerta del Sol. El Ayuntamiento -siempre colaborador- cierra al tráfico la zona del recorrido, que al ser una arteria vital de la ciudad sólo te deja la opción del metro para desplazarse al lugar de los hechos. Cómo el día 5 de enero es generalmente laborable, los padres deben tener una planificación sin fisuras para poder conseguir el objetivo de ver los camellos (si se va un poco apurado es mejor ir hacia la Puerta del Sol y si se va sobrado de tiempo se puede ver desde la puerta de Alcalá). Elijas el destino que elijas, vayas a la hora que vayas, el metro estará abarrotado y las pasarás canutas para que no se te pierda algún niño cuando se abran las puertas y la multitud, cual magma candente, brote a borbotones de los vagones. Si los niños no son habituales a las hora punta de los transportes públicos, podrán aprender lo que es un atasco humano y cómo es posible que se tarde 20 minutos en recorrer 50 metros.

Una vez fuera del metro se agradece hasta el fresquito de la calle. A solo tres pasos nos encontramos a los vendedores de globos que, cómo no, les colocan uno a cada niño por un precio astronómico. La primera precaución que se debe tomar es atar firmemente el globo a la muñeca de las criaturas para evitar que se les escape y empiecen a berrear. Se puede observar la calle Alcalá como un río de niños portadores de globos, en este caso no eternos.

Algunos privilegiados, que siempre los hay, contemplan el paso de los Reyes por noble recorrido desde los edificios emblemáticos, generalmente bancos o grandes empresas, detrás de los cristales - a ver quien es el guapo que abre una ventana con el frío que hace-, aislándose de los padres menos afortunados. El resto de padres, a modo de ejército de infantería, toman posiciones que mantendrán durante más de una hora para ver el paso de las carrozas. Una vez que los padres están en su sitio, el siguiente obstáculo que deben superar es cómo hacer para que los niños puedan ver un algo. Para familias de menos de dos hijos, el problema entraña poca dificultad: los padres cogen en brazos a sus hijos. Pero para familias numerosas -como es mi caso- es una continua negociación para ver cuál es el que está en brazos cada momento. Sin embargo, la sabiduría popular ha resuelto ingeniosamente el problema de la visibilidad de los niños: la escalera. Algunos padres portan -a modo de cruz- una escalera de aluminio de 4-5 peldaños que despliegan una vez llegados al sitio y en la que colocan a sus hijos para que disfruten de buena vista, siendo la envidia de todos los niños que les rodean.

Cuando discurre la cabalgata entre las prietas filas de familias, los pajes de las carrozas van lanzando caramelos. Ante esto, los niños se bajan de los brazos de sus padres o de las escaleras -según el caso- y corren como locos a pillarlos por el suelo con grave riesgo de que les pisen las manos o les quemen el globo con un cigarrillo. El frío empieza a hacer mella entre los padres pero los niños parece que ni se dan cuenta. El vaho se divisa en todas las bocas, salvo en las que están cubiertas por las bufandas. El fin de la cabalgata está próximo. En la apoteosis final, envueltos en lujosos ropajes, aparecen los Reyes Magos para delirio de los niños y detrás de ellos tres raquíticos camellos, tres, con una escasa carga de regalos, que los niños en su egoísmo natural piensan que son los suyos.

Año tras año los niños le piden el oro y el moro a los Reyes y a pesar que nunca se cumplen sus expectativas no por ello cae en picado el mercado de juguetes(2), ni disminuye su entusiasmo en sus ganas de pedir más, más y más...

(1) Camisetas térmicas donde las haya
(2) Que aprendan de los niños los inversores en la bolsa

Sección-Sapos y Culebras
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¡¡Ni me menees!!

17 comentarios:

Unknown dijo...

Lula, tiene muchas incomodidades pero la ilusión e inocencia de un niño pequeño ese día es algo irrecuperable e impagable.
Aunque es verdad que dura muy pocos años ,después descubren la verdad, y sólo queda la parte "chunga" de la historia.

almena dijo...

jajajja sí, sí, es cierto, "... para que los niños puedan ver "un algo"...."
Aún así, ver esa emoción incontenida reflejada en tantas caritas... a mí me parece único.

Besos!

Anónimo dijo...

Pues a mi lo que siempre me ha fastidiado es que en ese momento estén retransmitiendo por televisión varias cabalgatas diferentes a la vez. Parece que están empeñados en que los niños acaben dándose cuenta de todo.

CARMEN_R_PURAS dijo...

¡Y qué vamos a hacer más que llevarlos a la cabalgata! ¡Cualquiera les dice que no! En fín, yo tengo más suerte porque la cabalgata de mi pueblo tiene mucha menos gente.

Anónimo dijo...

Jajajajaa...me identifico plenamente, Lula.

Es mas. Juraria que hay un paje que todos los años me pega un par de caramelazos con saña. Igual es un cliente insatisfecho...a saber.

Y ademas.....como anochece pronto, no siquiera se puede sacar fotos....:(

chousas dijo...

Si es que siempre había tan pocos caramelos para tantos críos, que conseguir al menos uno era toda una proeza XD

Galufante dijo...

Ufff...ya me estoy empezando a arrepentir...y casi acabo de empezar...
En fin, habrá que hacer de tripas corazón, unos pantys gruesos y un forro polar y a pillar caramelos...

Ya te contaré¡¡¡

Agur.

Lula Towanda dijo...

Telémaco: Tienes razón que la ilusión de un niño no tiene precio y lo bueno es que ahí queda y luego se recuerda. De pequeña también me llevaron a la cabalgata y aun lo recuerdo.
Muy ingenioso el vídeo sobre la verdad, me ha recordado la poesía del mundo al revés de José Agustín Goytisolo
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.
Era la canción de cuna de que le cantaba a mis hijos (desafinando por supuesto, pero ellos no lo notaban)


almena Mira que estuve tentada de llevar también mi escalera de aluminio, para que pudieran ver bien la cabalgata pero a mi marido le daba la risa cuando se lo decía. Esas caritas llenas de ilusión y emocionados de ver cumplirse sus deseos, que tiempos...

Kotinussa La delicadeza de los medios de comunicación es proverbial. Menos mal que no hay mejor sordo/ciego que el que no quiere oir/ver y los niños no están por que le chafen sus expectativas. Peores son los niños mayores que intentan abrirles los ojos a los más pequeños. Mi hijo mediano me vino muy triste diciendo que Dani le había dicho quienes eran los Reyes y entonces le dije que la madre de Dani avergonzada de que los Reyes le trajeran carbón por ser tan malo, le tenía que comprar ella misma los regalos. Creo que le convencí por ese año.

CARMEN_R_PURAS Es una de las ventajas de las ciudades pequeñas, que no haya aglomeraciones y que no sea una Odisea asistir a un evento de este tipo.

Aitor En la bola de cristal te veo con niños pequeños y un poco mosca con los pajes de los Reyes. Piensa que los pajes son como los consultores que van soltando caramelos (ideas) y los niños (clientes) que se matan por ir a recogerlas (ni en una novela de ciencia-ficción). El paje que te tira los caramelos con aviesas intenciones seguro que es un colega que te quiere quitar del medio mediante una baja laboral... Y además como no se pueden sacar fotos, queda todo en la más absoluta impunidad..

chousas Que bien sabe un caramelo conseguido de esta guisa, aunque esté pringoso y no se le pueda quitar el papel. Confieso que nunca jugué bien al juego de la silla, pero a eso de los caramelos era un poco bruta con tal de cogerlos.

Galufante Desde mis tiempos ha mejorado mucho la industria textil. De la camiseta "la camerana" a las prendas térmicas de hoy día media un abismo. Veo en la bola de cristal que eres casi primerizo, ¡no te queda mili!
Ya me contaras si sobrevives a los fríos.

Galufante dijo...

Lula, a todo se sobrevive...mientras lo sigamos contando...ya te contaré...

Agur.

Zifnab dijo...

Y yo que cargaba desde mi más tierna infancia con una especie de froidiano trauma porque mis progenitores jamás me habían llevado a verle la cara a loa Reyes Magos. Quizás y solo quizás ahora les entienda. Después fui a la Escuela de Artes Mágicas y descubrçi la más aterradora de las verdades. Ahhhhhhh Los Padres no existen, pero eso es otra historia

Se feliz

Anónimo dijo...

Mi hermana (en aquella época recién casada y recién licenciada de Pedagogía)le desveló a los 8 años la "otra" verdad a mi hija pequeña.
Juré que cuando ella tuviera hijos yo haría lo mismo, pero no nunca he tenido el valor.

la-de-marbella dijo...

Chiquilla eres una madre Heroica, yo solo de pensar en la cabalgata de Madrid tiemblo.Menos mal que la de Marbella es facil de ver. Saludos Marbellís.

Lula Towanda dijo...

Galufante Ya me contarás...

Zifnab Eso habrá que solucionarlo, vete tu solito o en compañía de amigos a ver pasar las carrozas o tal vez puedas ir en una carroza de Mago, con tus colegas los Reyes. Ahora que sabes a ciencia cierta que los padres no existen, no tienes que llevarlos, ni comprarles un globo

Muxfin Menos más que había estudiado Pedagogía, si llega a estudiar para Cruela de Vil no sé que hubiera pasado. Me alegro que no ejecutaras tu venganza en un ser inocente, pero yo en tu lugar le habría gastado alguna bromita pesada a la pedagoga.

la-de-marbella En Madrid llevar a los niños a cualquier evento infantil es un acto heroico. Sin ir más lejos el "cortilandia" es una auténtica pesadilla de Navidad. Yo les decía a mis hijos: Si soy malos os llevo a "Cortilandia" y en ese momento se transfiguraban en ángeles.

burtonbk dijo...

Genial dicho que aprendar los inversores de los niños
Guau que panorama y yo que pensaba que papá noel o el viejito pascuero como se conoce por acá era el rey del consumo, pues los reyes no le hacen nada de mal eh?
Bueno me aoreto para lo que venga cuando tenga críos, pues se vista de rojo o tenga coronas, el bolsillo me dolerá igual
salu2

Lula Towanda dijo...

Cuando tengas hijos estarás encantada de pasar penalidades para que ellos lo pasen bien. Los hijos te curan el egoismo.

Anónimo dijo...

Yo no vivo en Madrid, vivo en las "afueras" (jeje), en la comunidad, pero llevaba a mi hijo a la cabalgata de Madrid porque el espectáculo, las carrozas, las luces, el ambiente, aunque con su "sufrimiento", era completamente distinto y lo has relatado estupendamente. Muy abrigados y aguantando estoicamente el frío, pero lo pasábamos bien viendo la cara de los niños e intentado hacerles mantener la ilusión.
Hoy es 5 de enero, creo que mi adolescente favorito ha ido a la cabalgata de esta ciudad "de las afueras" con sus amigos. ¡A saber qué hacen! Besos

Lula Towanda dijo...

María No esperaba menos de ti, llevando a tu niño favorito (ahora adolescente) a la cabalgata de los madriles. Gracias a Dios ya estamos liberadas de pasar esos fríos y ahora los "niños" si quieren que vayan por su propio pie.