viernes, junio 16, 2006

El Bueno, el Feo y el Malo


Como dice el sector eclesiástico, Dios escribe recto con renglones torcidos, y va a haber que darles la razón en el caso de la incorporación de la mujer al mercado laboral. La telegrafía les proporcionó la oportunidad de trabajar (escritura recta), pero el motivo fue por ser una mano de obra más barata que el hombre (renglón torcido que aún no se ha enderezado).

En la búsqueda incesante de Muxfin de documentación para su blog Colgado de las telecomunicaciones, encontró una polémica que surgió en 1881 sobre el papel de la mujer en la telegrafía. La lectura de este documento ha dado pie a que realicemos una reflexión conjunta sobre las distintas posturas de este debate. El lector comprenderá, mientras vaya leyendo, el por qué del título del post.

A raíz de una memoria del jefe postal de Victoria (Australia), desfavorable al papel de la mujer en la telegrafía, se desató en Europa una polémica entre los partidarios y los detractores de las telegrafistas reflejada en el Journal Telégraphique(1) y traducida por la Revista de Telégrafos(2).

Opinaron tres personas relevantes del mundo de la telegrafía sin pelos en la lengua (o la pluma en este caso), y sin miedo a ser políticamente incorrectos, por el simple motivo de que no existía la percepción de la mujer como ser humano en aquellas épocas.

La primera autoridad telegrafista, Herr J. Mathias, telegrafista de Cannstatt (Stuttgard), se ha ganado a pulso el sobrenombre de El Malo, gracias a las siguientes perlas :

"...son efectivamente los conocimientos previos de necesidad más imperiosa, habrá que reconocer que en la mayor parte de los casos no los poseen las mujeres suficientemente."

"¿Dónde se encuentran mujeres que escriban correcta y rápidamente?.."

"Otro motivo que no habla en favor de las mujeres en el servicio telegráfico es el efecto que ejerce desde el punto de vista moral y de la disciplina sobre los empleados masculinos cuyas ocupaciones son simultáneas y se verifican en el mismo lugar."

Para llegar a esta conclusión final:

"Creemos que vale más, en efecto, reservar los empleos de la telegrafía a los hombres que hayan servido durante muchos años en el ejército de su país, que hacer de esta institución un refugio para las mujeres que no hallan otro asilo que les convenga o que sienten poca inclinación hacia las funciones que la naturaleza las ha destinado."

El segundo participante en el debate, Mr. M.W.G. Gould, Superintendente de la central de telégrafos de Londres, que si bien, defiende la eficacia de la mujer como telegrafista, está a favor de la disminución de personal femenino por las frecuentes dimisiones y ausencias temporales. Estas son sus conclusiones que le hace acreedor del apelativo de El Feo:

"Reconocida la habilidad de las mujeres como telegrafistas y el poco número de carreras abiertas al sexo femenino, no sería político ni equitativo el excluirlas por completo del servicio telegráfico."


Y por último tenemos a Clint Eastwood, perdón a il Signore Patocchi, Inspector de los Telégrafos suizos en Bellinzone que se convierte en un verdadero defensor de la igualdad, he aquí algunas frases por la que le hemos otorgado el título de El Bueno:


"Parécenos que esta crítica severa dirigida contra las mujeres no está justificada ni por la experiencia generalmente adquirida hasta la fecha, ni por los derechos que la sociedad moderna quiere con justicia conceder a esta amable mitad del género humano."


"..la mujer sabe, por sus estudios, su trabajo, sus obras, su corazón, su mano y su ingenio, mantenerse en un puesto que no es inferior al del hombre..."


"Negar esa aptitud (de la profesión) equivaldría ante todo a acusar de ello, no a las mujeres telegrafistas, sino al sistema de enseñanza adoptado en las escuelas."


"En otros tiempos las mujeres no tenían más refugio que los asilos donde iban a sepultar los tesoros de su inteligencia y de su corazón en el aislamiento y la abstinencia; pero hoy la civilización se les ofrece más propicia, brindándoles con otros recursos a fin de que puedan ostentar sus preciosos dones."

Pasados los años aún existen algunos hombres como El Malo, que evitan expresarse con la crudeza del Herr J. Mathias, pero con aviesas intenciones. Predomina el perfil de El Feo, que pone chinitas en el camino de las mujeres y sólo por razones políticas no las excluyen del todo. Aunque existen hombres como El Bueno, por algún extraño motivo, Los Feos le ganan la partida en el reparto del poder.

Para allanar el camino a El bueno deberíamos cantar a pleno pulmón la canción de los Sirex: Que se mueran los feos, que se mueran los feos, que no quede ninguno, ninguno, ninguno, ninguno de feo .....

(1) Journal Télégraphique: publicación creada en 1869 por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en 1934 cambió su nombre por Journal des Télécommunications
(2) Revista de telégrafos año 1882. El empleo de mujeres en el servicio telegráfico.
(3) Otras fuentes que hablan sobre la mujer y el telégrafo:
Revista de telégrafos Año 1874 Nº 8. Condiciones de la admisión de mujeres en las oficinas telegráficas de Italia. (pdf)
La semana telegráfico-postal. Año 1870, Nº 58. De la participación de la mujer en el servicio telegráfico. (pdf)
Revista de telégrafos Año 1871 Nº 19. Las mujeres telegrafistas en Suecia. (pdf)


Sección-Reflexiones

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¡¡Ni me menees!!

12 comentarios:

burtonbk dijo...

Concuerdo plenamente que se mueran y pudran los feos
felicitaciones me ha encantado este post a cuatro manos
salu2

Chica Gato dijo...

De acuerdo "que se mueran los feos". Y al malo? lo dejamos por obvio? Lo tremendo es, y se que Lula lo ha pensado, que reemplazas algunas palabras y te sale un texto actual. Me ha encantado

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu post, contigo siempre aprendemos.
Me parece increíble que en 2006 sigamos encontrando estas figuras, y esta distinción laboral entre hombres y mujeres. Tenemos habilidades y defectos distintos (en general), pero eso no nos hace mejores ni peores para un trabajo, ni a los hombres tampoco

Chica Gato dijo...

Para LULA. Acabo de encontrar esta perla:
enciclopedia del siglo XIV de Francesc Eiximenis. "No impidas jamás a tu mujer que sepa leer y escribir, por la razones siguientes. La primera es que, si quiere ser mala, no dejará de serlo por no saber leer y escribir. Después, porque la hembra que sabe eso es de mucho mayor valor que si no lo sabe".

Lula Towanda dijo...

burton Gracias por tu felicitación en la parte que me toca. He tenido la suerte de escribirlo a medias con uno de los hombres buenos. Nos quedamos con lo buenos y ¡¡¡¡que se mueran los feos!!!!...

Chica Gato El malo es un hombre equivocado y que no abunda mucho, pero el feo es mucho más peligroso porque bajo su política piel de cordero se esconde un auténtico c... y es el que en realidad hace más daño. ¡¡¡ que se muera!!!
Gracias por la parte que me corresponde. El artífice del hilo argumental y del título ha sido Muxfin, yo solo he cargado las tintas. Vamos que he entrado al trapo con energía.
Evidentemente Francesc Eiximenis, parece que era un tipo listo y avanzado en su época, lo podríamos poner en el grupo de los buenos aunque no se manifiesta en cuestiones laborales, tan solo en las familiares.
Como tenía curiosidad en el sentido del valor añadido de la mujer instruida rebuscando por la Internet he encontrado en http://jamillan.com/reivi.htm, una reseña de la enciclopedia de Francesc Eiximenis en el que hace referencia a un capítulo titulado ?De qué maneras el hombre puede humillar la malicia y audacia y altivez de su mujer". Después de esto me parece que muy bueno no era este franciscano, mas bien parece feo tirando a malo.

mapashita Gracias por el porcentaje que me corresponde en los halagos.
Como ves el tiempo pasa y las aptitudes permanecen. Las cosas no cambian tanto como aparecen. Es triste que a más del 50% de la población tenga aun menos oportunidades laborales por el simple hecho de ser mujer.

almena dijo...

uyyyyy qué de feos quedan todavía. Es como si su precursor telegrafista hubiera dejado una semilla inmortal de "feos".
Prefiero a los "malos", sus armas van destapadas y no tienen mucho futuro.

Un beso! feliz domingo

chousas dijo...

Después de leer esto he ido corriendo a buscar un articulillo que tenía por ahí acerca de las conclusiones "científicas" del siglo XIX acerca de la inferioridad de la mujer en base al tamaño del cerebro... Y no de figuras marginales de la ciencia de entonces no...
Y como aquí, había los malos, los feos y también los buenos (y buenas).
(Las pretendidas pruebas científicas no eran más que un amaño de datos numéricos puestos al servicio de los prejuicios de la época respecto a todo lo que no fuese hombre, blanco o imperialista).

la-de-marbella dijo...

Llegará un día en que lo que cuentas sea puro anecdotico, pero mientras que de actualidad sigue la historia.......Saludos, lo has contado de maravilla.

Lula Towanda dijo...

almena Totalmente de acuerdo contigo en que los Feos son nuestros depredadores laborales. Es que las medias tintas y el manto de la política lo envenena todo. Luchemos por un mundo más bello en el que no existan feos.

chousas ¡¡¡¡Bingooooo!!!! el primer hombre que deja un comentario en este post. Mala es la injusticia, pero cuando se quiere justificar científicamente es la monda lironda. Lo triste es que ese debate aun existe y no tiene visos de cesar.

la-de-marbella Ya me gustaría que este debate fuera pura anécdota, cuentos de una "abuelita cebolleta". Tal vez nuestros hijos, yo, aunque tengo pensado vivir hasta los 100 años, no creo que lo vea.

Zifnab dijo...

Pues si...

Mierda mundo

Pero a las mujeres les queda un largo camino para deshacerse de esos pensamientos entre ellas mismas. El día que os deshagais de eso con lo que os marcamos a sangre y fueo y que os cuesta tanto abandonar, ya puede haber muchos feos, que les va a dar igual

Se feliz

Anónimo dijo...

seguro que por aquel entonces el bueno quedó como el malo.

Lula Towanda dijo...

Zifnab: Para eso estamos, para que sea menos marrón este mundo. Algún día llegará en que no haya hombres feos, espero que en ese momento tampoco haya mujeres feas.

pablo Al bueno, más que malo, le llamarían tonto.