jueves, julio 10, 2008

El broncas

Ilustrado por Brain

El broncas es, contra toda lógica, uno de mis mejores amigos. Afortunadamente, la amistad obedece al corazón antes que a la razón.

El broncas es capaz de que aflore mi lado más desagradable en cinco minutos y después de haberme sacado de mis casillas, pedirme disculpas por hacerlo. Nadie como él ha conseguido que me sienta como un auténtico gusano. Con los años, que ya van siendo muchos, he ido perdiendo furor mientras que él conserva intactas sus propiedades irritantes.

Sirva como ejemplo su último cumpleaños que coincidió con uno de los partidos de la selección española. Le llamé para felicitarle pero al tercer ring me acordé de que estaban jugando el partido y colgué para no molestarle. Inmediatamente me llamó para echarme una tremenda bronca POR LLAMARLE EN MEDIO DE UN PARTIDO EN EL QUE JUGABA ESPAÑA.

Lo suyo son las broncas, de ahí le viene el sobrenombre. No discrimina a nadie, todos se llevan su ración. El físico le acompaña con un aspecto iracundo, de tez rojiza, ojos azules de hielo y abundante pelo castaño rojizo. Si no abriera la boca se podría pensar que es eslavo o irlandés, pero no, es de Asturias, más concretamente de Pola de Siero.

Lleva en Madrid casi toda la vida pero sigue fiel a su acento bable. Mantiene por romanticismo su puesto en El Rastro que en su época de estudiante le ayudó a pagar la pensión. Continúa frecuentando los bailes para sacar a bailar a las zagalas que para él son todas guapas. Le gustan las que tienen curvas, para poder agarrarse, como dice él.

Trabajamos juntos en los años 80. Al poco de conocernos me tiró los tejos. Muy preocupada le comenté a mi marido que posiblemente debería ponerme a régimen porque si había llamado la atención del broncas andaría sobrada de carnes. Más tarde comprendí que no era nada personal, solo su técnica de broadcast para tantear a posibles receptoras que se hicieran eco.

Después de este incidente seguimos peleándonos como buenos amigos a la menor excusa. El broncas es una persona perfeccionista, intolerante a fallos. Le encantaba ponerse su bata blanca (impoluta). Era el encargado de la documentación técnica y nos mantenía a todos a raya con la revisión gramatical. Los documentos que pasaban por él no tenían mácula. Poseía un afán acaparador de recursos impresionante y no había cosa que más le gustase que hacerse con los equipos del laboratorio (muy escasos) que iba conquistando ante cualquier ausencia. No respetaba ni a los que se ausentaban para ir al lavabo. Más de una vez renunciábamos a las necesidades fisiológicas por miedo a perder nuestro equipo de desarrollo y entrar en una polémica con él.

Después de las telecomunicaciones, lo que más le gusta es el fútbol. Era el entrenador del equipo de fútbol sala de la empresa. Allí se despachaba a sus anchas, entrenaba a grito pelao y en la alineación de jugadores, siempre figuraba él sin que nadie osase a llevarle la contraria. Conservamos fotos épicas.

Nuestros caminos laborales se separaron a mitad de los 80 pero se reencontraron diez años más tarde. Yo fui cambiando de trabajos a voluntad propia y él sufrió una regularización de empleo a pesar de su enorme amor y entrega a la empresa. Nos encontramos en otro proyecto, yo como cliente y él como suministrador. De la misma manera que mi paisano Fray Luis de León, al reincorporarse a sus clases después de cinco años de prisión dijo: Dicebamus hesterna die... Mi amigo el broncas me volvió a bronquear como si fuera ayer.

Pero bajo esa capa iracunda se esconde un corazón tierno; un alma leal; un buen amigo con el que puedes contar siempre. Sin embargo, cada vez que nos vemos no me libro de una regañina. Sin ir más lejos, al quedar este jueves para cenar me dijo:

“¡Vamos a ver qué partido de fútbol vas a joderme esta vez!”

A pesar de todo, somos amigos y le aprecio mucho


Actualización a la 1:28 a.m. del día 11-07-2008

Confirmado, El broncas es del Planeta Axturias. Hemos sido incapaces de que nos contestase de forma coherente a estas dos preguntas:

- ¿Cuantos años tienes?

-¿En qué empresa trabajas?

Llorábamos de risa ante nuestra incapacidad de ligar una conversación con sentido



¡¡Ni me menees!!

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Ye asturianu, de esos que dicen que España ye Asturies y lo demás terreno conquistado.

Rrío dijo...

Qué envidia! Yo quiero también que me dediquen un post como éste!

Por cierto que ser entrenador tiene sus ventajas: siempre te sacas a tí mismo de titular.

Creo que habría que reeditar aquellos partidillos, antes de que tengamos que jugarlos en silla de ruedas.

Lula Towanda dijo...

Alycie No me digas que eres Astur. Yo siempre pensé que el Broncas era un ser especial pero un día me enviaron un ppt en el que describían a los asturianos y dije: ¡Andá! no es raro, es Astur

rrio Todo llegará, estoy escribiendo retazos de lo que será "Con batas y a lo loco"

Desde luego el entrenador está hecho un chaval y dispuesto a entrenar a grito pelao. Por supuesto que su plaza de titular no se la quita nadie.
Si organizáis el equipo me apunto de animadora madurita :-)

Joseph Cartaphilus dijo...

Me resulta un tanto extraña la capacidad de reunir afectos que tienen este tipo de personajes, pero es verdad que es así. Alguno pasó por mi vida. No llegó a ser amigo, pero solo por las cosas que tiene la vida, no por prejuicios. Alguna vez pensé que tiene que ver con el tema de si, pero por lo menos a mi me quiere. Luego deseché la idea por estúpida. En el fondo se quiere a quien se quiere y las razones poco saben de esas cosas

Dichosos corazones, irracionales ellos

Miguel Arribas dijo...

He conocido personajes como el que con tanta gracia y brillantez describes.
Son seres que despiertan encontradas reacciones de amor-odio.
Salvadas las distancias y con todo respeto se parecen a Blas--mi mastín-- que cuando sestea gruñe al que se le acerca para a continuación ofrecerle como señal de paz su ancha y blanca tripa.
Un día escribiré sobre "mi" broncas particular.

Rrío dijo...

Lula: me preocupas, ¿lo de la bata lo dices por mí?. Porque lo de a lo loco ya SÉ que lo dices por mí :-)

Miguel: A este broncas, te lo aseguro, uno no puede por menos de quererle.

Miguel Arribas dijo...

rrio:

Dudo si te refieres al broncas de Lula o al broncas de Blas.

Por lo que he leído y por lo que sé de mi broncas ambos se hacen acreedores de nuestra simpatía.

saludos

Lula Towanda dijo...

Joseph Cartaphilus: El dictado del corazón es así. En mi caso lo lógico es que al broncas le hubiese dejado lo dientes en un cucurucho al tercer grito, pero tiene mucho bueno dentro y eso se aprecia. No sabes los afectos que acumula.
Desde el punto de vista técnico diríamos que tiene problemas de interfaz de usuario, no es precisamente un iPhone.

Miguel: Siempre he pensado que al broncas lo aprecio más cuando lo tengo más lejos, pero luego en el trato me río mucho.
Son relaciones extrañas, nunca aburridas.
Ya me gustará conocer las historias de Blas, tu broncas particular

rrio: Quiero dejar constancia de aquellos años locos en que llevábamos bata y nos lo pasábamos tan bien que parecía que aquello no era trabajo. Vivíamos de forma alocada sin pensar que las cosa buenas no duran siempre.
Le iré dando forma con los personajes y más tarde sacaré a la luz ese rico anecdotario que bien conoces.

La imagen que ilustra este post está sacada de una foto que conservo como oro enpaño (si no la tienes te la paso) del día que abandonamos Cobardín Ateo. Es comparable a la de Bill Gates y sus secuaces. Nosotros no nos hicimos millonarios pero seguro que nos lo pasábamos mejor que ellos.

Rrío dijo...

Miguel: El broncas de Lula, y de muchos de nosotros. Aunque a mí me pareció siempre un hombre dulce.

Lula: acuerdate pues de las sandalias en la oficina, y de los acordeones de papel. También de los 1200 baudios. Y de los grapinados, etc.

Me encantaría un "dueto" literario sobre la bata blanca (creía que te referias a una bata rosa, ahora que caigo que te referías a la blanca, me tranquilizo).

En verano llegabamos a llevar pantalones cortos bajo la bata, todo un desafío. A ver si toma nota Miguel Sebastián que se cree tan moderno por ir sin corbata.

Anónimo dijo...

El aprecio no tiene precio.

Se sustenta en que el otro nos deja conjugar virtudes y miserias a tiempo completo.

La clave esta en lo mismo, esperas lo mismo y te hace crecer.

Recibes y das.

Comprensión, que dificil desde uno mismo, y cuanto hace crecer y querer, pensar, y estar.

Lula Towanda dijo...

rrio: En agosto del 2005, que fueron nuestras bodas de plata con el trabajo escribí este post para celebrarlo.
En él ya salen una sandalias :-)
Creo que este podría ser el inicio del relato de "Con batas y a lo loco" que estaría encantada que escribieramos al alimón.

La idea es publicar post sueltos e integrarlos después en el wiki de lulapedia

K: La amistad no tiene precio. El querer a los demás tal como son y que nos quieran con nuestros defectos da sentido a nuestras vidas. Somos máquinas emocionales y necesitamos de afecto

Anónimo dijo...

Tengo sangre de "culomollau".
Y la parte del carballu, es mas encina y bellotera, como tumihma pueh comprobá.
Disfruta del sur.
¡Salud, para tí y los tuyos!

Lula Towanda dijo...

alycie : Voy a necesitar un diccionario de bable.
Por el sur estaré, pero me llevo mi Towando y en la paya tengo servicio de wi-fi. Seguiré conectada desde el sur.
Gracias por tus deseos

Anónimo dijo...

Mi madre es de Gijón, culomollau.
Yo de Almendralejo, Badajoz.
¡Saludos!

Anónimo dijo...

Pues voy a protestar porque el broncas nunca me ha tirado los tejos se ve que me veia flacucha.

A mi me recuerda continuamente el microondas que perdió en un concurso de lambada por no apuntarnos (claro que en aquel tiempo el microondas era alto standing). Yo también le quiero

Unknown dijo...

La anécdota de cuando te tiró "los tejos", las "carnes" y el "broadcast" es grandiosa. ¡Lo mejor que he leido hoy!

la-de-marbella dijo...

Bueno parece un tipo agradable a pesar de su caracter. Por aqui tambien conozco algun asturiano con un caracter un poco especial.

Anónimo dijo...

Me guta.
Si el Broncas pega bien, le puedo presentar a algún amigo para que nos Demoh de ostias, como hacíamos antaño.

Así podrás aplaudir..
Kpulla

Fernando García Pañeda dijo...

Pues podía ser vasco, perfectamente.
Qué quieres que te diga, Lula, esa gente, por buen corazón que tengan, me pone muy nervioso. Seré poco tolerante :)
Por cierto, qué buena narradora. Suscribo lo dicho por Telémaco sobre lo del broadcast.

Anónimo dijo...

Los broncas son unos hijos de P, casi todos.El que cada uno tenemos en la panda o en el corazón por la razón que sea lo convertimos en nuestro ¨Hijo de P ¨ y...que no nos lo toquen.
Somoza y....
Un saludo de Iñaki de Villa.

Lula Towanda dijo...

Alycie: Buena mezcla. Seguro que tu entusiasmo por la norma viene de tu sangre materna. Se te ve con raíces "culomollau".

Chica gato: Bueno, puede ser porque eres muy delgada o porque no captaste el tejo, ya sabes lo críptico que es a veces el broncas. Tu tema con el microondas ha sido para él una tragedia griega, vamos si ya se veía él con tan magnífico electrodoméstico tan solo con usar sus dotes danzarinas. Si hubierais ganado el concurso, no dudes que el microondas habría sido para él.

Telémaco: Ya ves, hay que estar atenta a todo lo que pase. No solo la báscula nos dice si nuestro peso es el ideal . Nunca me he tomado a mal ninguna cosa del broncas, debe ser que lleva un halo compensador de su mala interfaz.

Marbellí: Los asturianos tienen fama de tener su carácter pero afortunadamente (y misteriosamente) se les comprende.

Toni: El broncas se le queda la violencia en el lenguaje. Es pacífico total.

Fernando: Gracias por el cumplido. Será que el broncas es un chicharrón del norte. No soy tampoco muy tolerante con los gruñidos por eso digo la amistad obedece al corazón antes que a la razón.

Iñaki: Veo que tu tienes también un broncas en tu vida, cuidalo :-)