martes, octubre 03, 2006

Historias del mercado


Desde hace un año compro en el mercado de Las Ventas. Empecé a comprar allí porque en el mes de agosto cerraron casi todos los puestos de la galería de alimentación que está cerca de mi casa y me tuve que buscar la vida. Esta búsqueda me llevó al mercado más bueno, bonito(1) y barato de Madrid.

Una vez que se compra en el mercado de las Ventas se ven con escándalo los precios de otros establecimientos y lo que antes parecía gasto se percibe como derroche. En este mercado se mezclan todas las razas de todos los continentes y todas las clases sociales de Madrid. Entre tanta variedad también hay cantidad y el hacer cola pidiendo la vez es algo habitual para comprar en los puestos.

Siendo como soy de natural impaciente me viene muy bien este ejercicio de paciencia que intento complementar con una de las cosas que más me gusta: observar. Esta observación a veces se ve perturbada cuando mis ojos se posan en el cuerpo de bomberos, que también compra en este mercado. No hay cuerpo más fascinante que el de estos hombres valientes entrenados para salvarnos la vida en situaciones de peligro y a los que cedería gustosa mi turno si se diera la ocasión.

Pero además del cuerpo de bomberos me ha llamado la atención un par de clientas de este mercado que rompen moldes y que me gustaría glosar aquí. Ambas dos son octogenarias y tienen en común su amor por la vida canalizado por distintas vías.

Una de ellas es la abuelita taurina que conocí en la carnicería el pasado mes de mayo. Me sorprendió la conversación que estableció con el carnicero sobre la feria de San Isidro. Me pareció tan atinada y fundamentada su crítica taurina que metí baza en la conversación(2). Resultó que la abuelita iba TODAS las tardes a los toros con una entrada para jubilados. Ni la artrosis ni las muchedumbres ni el calor le mermaban fuerzas para tarde tras tarde dejarse caer por la Plaza de la Ventas del Espíritu Santo .

La otra es la abuelita gourmet, que encontré en la charcutería, comprando embutidos. Nada en su indumentaria denotaba su poderío económico a la hora de enfrentarse a la compra de embutidos. Primero pidió lomo ibérico del de bellota, diciendo "Hijo, que no tenga mucha sal", después pidió jamón ibérico pata negra insistiendo en que no fuera salado y añadiendo "hijo, pero no me lo cortes tan finito que luego no me sabe a nada". Se dejó 30 euros en el pedido y me dije, "llegará a centenaria con tan buena alimentación, pero los nietos o sobrinos no van a ver ni un euro".

Las tengo a ambas en un pedestal. Ya me gustaría llegar a su edad pudiendo ir a los toros todas las tardes de la Feria de San Isidro y que la pensión me permitiera comer sólo embutidos ibéricos, aunque tengan poca sal.

(1) Lo de bonito es un decir, me ciega la falta de objetividad
(2) No es mi estilo meterme en las conversaciones, soy más de escucharlas con cierto disimulo

Sección-Vivir para comer

technorati , ,,



¡¡Ni me menees!!

12 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

La plaza del mercado es siempre un lugar de humanidad desbordante. Yo no lo frecuento demasiado aquí en Bilbao, pero siempre que estoy de vacaciones, me gusta ir al mercado de la ciudad en que estemos. Creo que es una forma de sentir cómo es la gente.
Además cada vez son más placenteros a la vista... y al gusto no digamos. Sobre todo si tiras de jabugo ;-)

Briseida dijo...

ojalá, llegar a abuelitas octogenarias y con ese espíritu disfrutador.
Por cierto, ¿no le has dicho a ambas que "de mayor quiero ser como tú"?

:)

besos!

Fernando García Pañeda dijo...

Coincido con Julen. Frecuento todos los mercados que puedo, porque te dan el pulso de cada ciudad... pero cuando estoy de viaje; en casa me quedo con el Hiper de turno (sobre todo por los pañales) o el ultramarinos de mi barrio.
Yo de mayor quiero ser como sea Lula cuando sea mayor ;)

Itziar Ortega dijo...

Vaya, nos habéis salido románticos! Me ha sorprendido que Julen y Fernando vayan a los mercados. Me alegro. Buena señal. las cosas están cambiando. Aunque yo prefiero la rapidez de los hiper y hasta el anonimato. Lo siento.
Pero a mi menda lo que más me ha gustado del relato de lula es lo del cuerpazo (digo cuerpo) de bomberos. Es una lástima que mi buhardilla de Lavapiés quede un poco lejos de Ventas. Que si no...

Anónimo dijo...

El mercado es un buen sitio para la observación y también escuchar conversaciones aunque no quieras. Las abuelas octogenarias son un buen ejemplo de cómo llegar a esa edad en buenas condiciones: disfrutar y alimentarse bien.

Espero que disfrutaras de la playa y no te lloviera. Besos

Unknown dijo...

Yo estoy con Fernando. De mayor quiero ser como Lula cuando sea mayor.

Ella conoce el secreto de la vida y no como los cientificos de la Universidad de California , que dicen que hay que eliminar alguna hormona metabólica y los sistemas reproductores.

Re dijo...

Yo vivo al lado del Mercado de Nuestra Señora de Africa, en Santa Cruz de Tenerife, y "mi" Pepe es un auténtico forofo de hacer la compra alli aunque en este caso los precios son un pelín más caros que en el súper de franquicia, aunque es que yo ya me he acostumbrado a las "marcas blancas" de este y a menos que sea una emergencia o un capricho de esos de chuletón un domingo o similar...
Por otro lado, no puedo contenerme y hacer un comentario respecto al cuerpo de Bomberos... entre otras cosas porque mi famoso ex era (es) bombero: efectivamente este "colectivo" se cuida que da gusto y al menos aqui en Santa Cruz es una pasada porque en uno de los turnos tienen a uno de los bomberos más veteranos que cocina que te mueres y que hace personalmente la compra en el mercado cuando le toca guardia... no se privan de nada!!! Una pena que luego los miras y ves cada barriga... estos viven del mito!!!!

Zifnab dijo...

A mi lo de los toros no me llama demasiado, pero lo de no dejar ni un duro para tu cadaver es un propósito de senilidad que asumiría con gusto

Me gustan los mercados

Se feliz

Anónimo dijo...

SShhhh, no digas lo de los precios que cada vez viene más gente.

Llevo toda la vida viviendo en ese barrio y hay un espectáculo que se repite todos los años pero que siempre me llama la atención; el día antes o en la propia mañana de Nochebuena y Nochevieja aparecen multitud de gitanos vestidos de gala que vienen a hacer la compra. Ya no vienen tantos como cuando era pequeño y siempre estoy tentado de ir a preguntarles si es una tradición familiar, una promesa o algo por el estilo.

Anónimo dijo...

Julen A mi me pasa lo mismo, un mercado define la ciudad y el gusto por la vida. El mercado más bonito que conozco es el de Valencia, lugar bueno dónde los haya con sentimiento lúdico de la existencia. Aquí puedes ver una foto Foro esférica del mercado de Valencia
Comparto contigo la pasión por los jamones de Jabugo.

Almena Lo mío es la expresión escrita, en la oral soy demasiado tímida. Las admiro en silencio.

Fernando Uno de mis objetivos es llegar a centenaria pero últimamente frecuento una residencia de ancianos y se me están rompiendo los esquemas. Llevo en la cabeza un post sobre este tema pero no sé como contarlo aún. Yo de mayor quiero disfrutar de las cosas buenas de la vida que algunas son gratis, pero me gustaría tener un poco de dinero para las que son de pago, como las chacinas ibéricas.

Itziar Es que el cuerpo de bomberos tiene mucho cuerpo y alegra mucho a la vista. Las chicas los tenemos muy idealizados pero por lo menos externamente nos dan motivos. Recuerdo la inauguración en invierno de un bar de copas propiedad de unos bomberos en que destacaban por su cuerpo serrano en camiseta de manga corta. El día siguiente me lo pase hablando con mis colegas ingenieros sobre el cuerpo de bomberos. La verdad es que no sé como no me mandaron a paseo.

María El mercado es un cruce de vidas y un lugar abierto. Viene bien para salir de las burbujas dónde vivimos
Me llovió un poquito pero algo sol tomé aunque de mojarme sólo los pies paseando con la marea baja.

Telémaco Como llegaré a ese estado antes que vosotros lo iré escribiendo para crear escuela.
No me ha gustado lo del gusanito, alargar la vida a costa de impedir la reproducción (dicen "remover" los sistemas reproductores y seguro que es traducción de "remove" que es algo diferente a remover)

Rebecuqui Yo con la marca blanca no puedo y para mi ir al super es una tortura, pero el mercado me encanta.
No sabía que tu ex es bombero, te conocerás los secretos de la profesión y que no es oro todo lo que reluce. Los bomberos del mercado de Las Ventas también se les ve que saben comprar y alimentarse pero tienen un aspecto bastante macizo aunque algunos peinan canas.

Zifnab Lo bueno de no dejar herencia es que nadie está esperando a que te mueras. El almacenar riqueza sabiendo que no la puedes disfrutar no tiene sentido, porque estamos de paso.

VillayKorte Seguro que hemos estado esperando en la pescadería más grande del mercado. El jefe de los que despachan es muy dicharachero. No te aburres esperando mientras cuenta cosas de su novia. No he visto una persona detrás de un mostrador con tanto sentido del humor.
No sabía lo de lo gitanos. Estas Navidades fui a mi galería comercial a comprar el marisco y me metieron un sablazo de muerte y la centolla y las nécoras estaban mal cocidas. Casi me dio un ataque de caspa. En Nochevieja encargué el marisco en la pescadería del dicharachero y todo estuvo fenomenal. Este año estaré más atenta con lo gitanos engalanados porque compraré el marisco allí.

karuna dijo...

Me uno a Fernando y a Julen; soy de las que visito los mercados de otros lugares y me encanta. Es curioso, pero no me gusta nada hacer la compra semanal, de hecho no suelo hacerla... aquí decimos que "no tengo comprera".
Lula el domingo me estuve bañando en el mar y se estaba genial. ¿por qué no te haces una escapadita por estos lares? Te espero. Besos

Lula Towanda dijo...

Karuna Veraneo por Huelva pero este año hicimos una excursión de Barbate a Tarifa. ¡¡No hay playas como las de Cádiz!!. Mi marido nos hizo una foto a S.M. y a mi en el cabo de Trafalgar, tan bonita, que la tengo de fondo de escritorio.
De buen gusto me iría por allí de nuevo, pero estoy de trabajo hasta las cejas.